Las elecciones presidenciales en EEUU (3/8)
El tercer contendiente
Cerca está el día que leeremos centenares de páginas de agudos analistas concluyendo que en el 2020 Biden no ganó sino que Trump perdió pero en “realpolitik” solo importa quien reúne mayor número de compromisarios en el Colegio Electoral
Luis Eduardo Martínez
@luisemartinezh
Compiten por la presidencia de los Estados Unidos de América veinte candidatos aunque solo se preste atención a dos si bien he llegado a convencerme, y conmigo algunos, que son tres a los cuales hay que seguir el paso.
El tercero en cuestión es Joe Biden por que los dos primeros –sin que eso signifique nada en el orden final- son Donald Trump y Donald Trump. Sí, porque a Donald “el bueno” si lo hay, el aspirante que más problemas le crea y que miles de votos le hace perder es Donald “el malo”. Cerca está el día que leeremos centenares de páginas de agudos analistas concluyendo que en el 2020 Biden no ganó sino que Trump perdió pero en “realpolitik” solo importa quien reúne mayor número de compromisarios en el Colegio Electoral y a la fecha ese es, en palabras del “malo” Trump, “Sleepy Joe”.
Nacido en Scranton, Pensilvania –un estado pendular clave para la elección presidencial- Joseph Robinette Biden, de 77 años, lidera en estas elecciones estadounidenses atípicas todas las encuestas que le dan entre 8 y 10 puntos por encima pero más importante encabeza la votación esperada en un numero de estados tal que ya toca las puertas de la Casa Blanca.
Logra al final de su larga vida pública la candidatura demócrata y la más probable que posible presidencia después de haber sido vicepresidente y senador en una trayectoria de casi 5 décadas. Recuerdo ahora haber oído en un foro en la Universidad Complutense de Madrid a Felipe González, el legendario líder de PSOE español, afirmar “solo al final se sabe lo que vale un hombre”, de modo que en el caso de Biden no se esconde ni debería sorprender nada al americano que ahora vota, porque los votos por correo ya empezaron a emitirse. De él, católico, viudo, marcado por las tragedias con su primera esposa y dos de sus hijos muertos tempranamente, quienes lo respaldan no esperan desconciertos porque después de estar tanto en el escenario se sabe lo que vale y quien es.
¿Y pueblos y gobiernos extranjeros que pueden conjeturar?
Leo “Why America Must Lead Again: Rescuing U.S. Foreign Policy After Trump” calzado por Biden en “Foreign Affairs” publicación que periódicamente consulto y encuentro que los retos que plantea son globales: el cambio climático, las migraciones masivas, las desubicaciones tecnológicas, las enfermedades contagiosas, el autoritarismo, el nacionalismo. Promueve una alianza con democracias –a la cual elogia como forma de gobierno- alrededor del mundo mencionando a Australia, Japón, Corea del Sur, reforzando lazos con la India e Indonesia e integrando a “nuestros amigos” en América Latina y África.
Promete revertir las medidas antiinmigrantes de Trump, “crueles y sin sentido”, como la separación de padres e hijos en la frontera, poner fin a las medidas anti-asilo, subir las cuotas de refugiados –en el caso de los venezolanos previamente aseguró que aprobará el TPS reiteradamente negado por los republicanos-, prohibir la tortura y restaurar la transparencia en las operaciones militares y del servicio secreto.
Afirma que luchará contra el dinero negro, exigirá mayor rigurosidad al sistema financiero global, perseguirá los mercados ilícitos y paraísos fiscales. Buscará la inversión privada extranjera facilitando la incorporación de empresas informáticas y tecnológicas declarándose contra el proteccionismo. Defenderá los derechos humanos.
Asegura que regresará a casa las tropas en Afganistán y el Oriente próximo y que las misiones extranjeras las limitará a combatir el terrorismo que amenace a Estados Unidos, mencionando particularmente a Al Qaeda e Isis.
Respecto a seguridad nuclear, renovará los acuerdos previos con Irán. Muestra su desacuerdo con el asesinato (“killing”) de Qasem Soleimani, comandante de las fuerzas iraníes, a quien sin embargo, llama “agente peligroso.” Lo mismo con Corea del Norte: hay que llevar a cabo señala una acción disuasoria conjunta, incluyendo China.
¿Está Venezuela en la bitácora de Biden? En el primer párrafo del artículo citado nos menciona y copio primero en inglés para después traducir: “He has emboldened our adversaries and squandered our leverage to contend with national security challenges from North Korea to Iran, from Syria to Afghanistan to Venezuela, with practically nothing to show for it”. “Ha envalentonado –Trump- a nuestros adversarios y malgastado nuestra influencia para hacer frente a los desafíos de seguridad nacional desde Corea del Norte hasta Irán, desde Siria hasta Afganistán y Venezuela, sin prácticamente nada que mostrar”. No nos ubica en muy buena compañía pero nuestras esperanzas es que de llegar a la Casa Blanca tenga algo bueno que mostrar prontamente.
Cierro esta columna la madrugada del miércoles 30: anoche vi de principio a fin el debate Trump-Biden. No voy a comentarlo porque me referiré a este y a los dos restantes en mi séptima entrega de esta serie de ocho después del que se lleve adelante en Belmont University en Nashville, Tennessee. Solo menciono que la anfitriona FOX News, de conocidas simpatías republicanas, publicó minutos después que el 55 % de su audiencia afirmaba que Biden había ganado mientas que CBS concluía igual con 47 % para el Vicepresidente frente a 42 % de Trump. BBC News, siempre ponderada, se inclinó por un juicio cualitativo: “Biden salió mejor librado” resumió.
@luisemartinezh
Compiten por la presidencia de los Estados Unidos de América veinte candidatos aunque solo se preste atención a dos si bien he llegado a convencerme, y conmigo algunos, que son tres a los cuales hay que seguir el paso.
El tercero en cuestión es Joe Biden por que los dos primeros –sin que eso signifique nada en el orden final- son Donald Trump y Donald Trump. Sí, porque a Donald “el bueno” si lo hay, el aspirante que más problemas le crea y que miles de votos le hace perder es Donald “el malo”. Cerca está el día que leeremos centenares de páginas de agudos analistas concluyendo que en el 2020 Biden no ganó sino que Trump perdió pero en “realpolitik” solo importa quien reúne mayor número de compromisarios en el Colegio Electoral y a la fecha ese es, en palabras del “malo” Trump, “Sleepy Joe”.
Nacido en Scranton, Pensilvania –un estado pendular clave para la elección presidencial- Joseph Robinette Biden, de 77 años, lidera en estas elecciones estadounidenses atípicas todas las encuestas que le dan entre 8 y 10 puntos por encima pero más importante encabeza la votación esperada en un numero de estados tal que ya toca las puertas de la Casa Blanca.
En un informe privado que entregué el pasado domingo a un reducido grupo de líderes empresariales que me lo solicitaron, luego de analizar con la mayor rigurosidad entre 5 y 10 encuestas por estado, dependiendo cuan cerrado fuesen los resultados, y correr varios ejercicios de simulación mi conclusión fue que Biden tenía en el bolsillo 271 compromisarios –con 270 es suficiente para convertirse en el 46mo presidente de US- faltando aún por decidir North Caroline, Florida y Pensilvania –su estado natal- sin contar con las sorpresas que pueden dar Texas y Ohio otrora territorios indisputados republicanos. Y que conste que en mi análisis no me apoyé en los apostadores, que según Oddschecker y Belfair de las más famosas casas de apuestas dan 2 a 1 a que gana Biden o en el mago Allan Lichtman, profesor de la American University que ha predicho correctamente cada ganador presidencial desde 1984, que vaticina que el presidente será Biden.
Logra al final de su larga vida pública la candidatura demócrata y la más probable que posible presidencia después de haber sido vicepresidente y senador en una trayectoria de casi 5 décadas. Recuerdo ahora haber oído en un foro en la Universidad Complutense de Madrid a Felipe González, el legendario líder de PSOE español, afirmar “solo al final se sabe lo que vale un hombre”, de modo que en el caso de Biden no se esconde ni debería sorprender nada al americano que ahora vota, porque los votos por correo ya empezaron a emitirse. De él, católico, viudo, marcado por las tragedias con su primera esposa y dos de sus hijos muertos tempranamente, quienes lo respaldan no esperan desconciertos porque después de estar tanto en el escenario se sabe lo que vale y quien es.
¿Y pueblos y gobiernos extranjeros que pueden conjeturar?
Leo “Why America Must Lead Again: Rescuing U.S. Foreign Policy After Trump” calzado por Biden en “Foreign Affairs” publicación que periódicamente consulto y encuentro que los retos que plantea son globales: el cambio climático, las migraciones masivas, las desubicaciones tecnológicas, las enfermedades contagiosas, el autoritarismo, el nacionalismo. Promueve una alianza con democracias –a la cual elogia como forma de gobierno- alrededor del mundo mencionando a Australia, Japón, Corea del Sur, reforzando lazos con la India e Indonesia e integrando a “nuestros amigos” en América Latina y África.
Promete revertir las medidas antiinmigrantes de Trump, “crueles y sin sentido”, como la separación de padres e hijos en la frontera, poner fin a las medidas anti-asilo, subir las cuotas de refugiados –en el caso de los venezolanos previamente aseguró que aprobará el TPS reiteradamente negado por los republicanos-, prohibir la tortura y restaurar la transparencia en las operaciones militares y del servicio secreto.
Afirma que luchará contra el dinero negro, exigirá mayor rigurosidad al sistema financiero global, perseguirá los mercados ilícitos y paraísos fiscales. Buscará la inversión privada extranjera facilitando la incorporación de empresas informáticas y tecnológicas declarándose contra el proteccionismo. Defenderá los derechos humanos.
Asegura que regresará a casa las tropas en Afganistán y el Oriente próximo y que las misiones extranjeras las limitará a combatir el terrorismo que amenace a Estados Unidos, mencionando particularmente a Al Qaeda e Isis.
Respecto a seguridad nuclear, renovará los acuerdos previos con Irán. Muestra su desacuerdo con el asesinato (“killing”) de Qasem Soleimani, comandante de las fuerzas iraníes, a quien sin embargo, llama “agente peligroso.” Lo mismo con Corea del Norte: hay que llevar a cabo señala una acción disuasoria conjunta, incluyendo China.
¿Está Venezuela en la bitácora de Biden? En el primer párrafo del artículo citado nos menciona y copio primero en inglés para después traducir: “He has emboldened our adversaries and squandered our leverage to contend with national security challenges from North Korea to Iran, from Syria to Afghanistan to Venezuela, with practically nothing to show for it”. “Ha envalentonado –Trump- a nuestros adversarios y malgastado nuestra influencia para hacer frente a los desafíos de seguridad nacional desde Corea del Norte hasta Irán, desde Siria hasta Afganistán y Venezuela, sin prácticamente nada que mostrar”. No nos ubica en muy buena compañía pero nuestras esperanzas es que de llegar a la Casa Blanca tenga algo bueno que mostrar prontamente.
Cierro esta columna la madrugada del miércoles 30: anoche vi de principio a fin el debate Trump-Biden. No voy a comentarlo porque me referiré a este y a los dos restantes en mi séptima entrega de esta serie de ocho después del que se lleve adelante en Belmont University en Nashville, Tennessee. Solo menciono que la anfitriona FOX News, de conocidas simpatías republicanas, publicó minutos después que el 55 % de su audiencia afirmaba que Biden había ganado mientas que CBS concluía igual con 47 % para el Vicepresidente frente a 42 % de Trump. BBC News, siempre ponderada, se inclinó por un juicio cualitativo: “Biden salió mejor librado” resumió.
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