Inmovilidad y división opositora
FÉLIX CORDERO PERAZA. La principal causa de su división es consecuencia de las rivalidades entre ellos, la falta de un líder y las diferencias ideológicas y estratégicas
En la sociedad hay una discusión subyacente acerca de las razones por las cuales el liderazgo opositor luce débil, incompetente y sin fortaleza para hacer política alternativa frente al gobierno del proyecto chavista. ¿Cómo es eso, que alrededor del 70% de la población adversa al chavismo y el liderazgo opositor se encuentra contra las cuerdas? Tanto, que parte importante de ellos prefieren y aguijonean una intervención extranjera colectiva, individual o corporativa. Promueven sanciones económicas a personeros oficialistas, piden aplicar la Carta Democrática, de la OEA, recurren a las Naciones Unidas, a la Comunidad Europea, al Grupo de Lima y otros. Piensan que la solución de los problemas nacionales vendrá por la ayuda del exterior. Dejando en segundo lugar, la lucha interna y las acciones de una estrategia política de gran aliento. Y a una población confundida y desilusionada que duda de la viabilidad de la tal y cacareada intervención extraterritorio. Sin embargo y es necesario también decirlo, el éxito o no del proyecto Chávez tendrá efecto social y político en el continente.
¡Divide y reinarás!
¿Cuáles son, entonces, las principales causas de esta mala situación de la oposición? Veamos. ¿Es producto de una inteligente estratagema del chavismo? ¿Qué ha diseñado para mantenerla inmóvil y dividida? Pudiéramos decir que en parte sí. Porque sin duda el gobierno y el partido PSUV, han trabajado para eso. Se ve a las claras. Ese es uno de sus principales objetivos. Les divide e inmoviliza por conveniencia a sabiendas de que 7 de cada 10 electores están contra el gobierno. Les sigue juicio y hace preso a unos y a otros no. Estimula la rivalidad entre ellos. ¡Divide y reinarás! La célebre y conocida frase de Maquiavelo, en “El Príncipe”. O aquella de Julio César ¡Divide y vencerás! Para dividir a la oposición se valen de intrigas y maquinaciones de alta factura política, en donde “el diálogo” siempre ha jugado un decisivo papel. Otro tema abusivamente usado para dividir es el llamado “Condiciones y Garantías Electorales” que ha generado la participación de algunos en elecciones y otros no. Trapos rojos para fracturar a lo interno de la oposición.
Diferencias conceptuales y estratégicas
Pero la principal causa de su división es consecuencia de las rivalidades entre ellos, la falta de un líder y las diferencias ideológicas y estratégicas. Poseen enfoques distintos de los problemas y sus soluciones y tienen concepción desigual de la realidad del país. En su trabajo por catequizar y cautivar a sus militantes compiten a muerte, en primer lugar, con los otros partidos opositores. Situación que ha sido aprovechada muy sagazmente por el chavismo. Que golpea estratégicamente al liderazgo opositor con sentido divisor. La técnica de la información y contrainformación ha tenido un rol destacado. Conversaciones personales y encuentros secretos han sido vehículos muy bien utilizados. Explotan la vanidad y los egos acumulados por años, en busca de prestigio y notoriedad. Bertrand Russell sostenía que “El poder junto con la gloria es la aspiración más alta y la recompensa más grande de la humanidad”. Y de acuerdo al sociólogo y científico Max Weber, poder es simplemente “la posibilidad de imponer la propia voluntad al comportamiento de otras personas”. ¡A la oposición venezolana solo los une el antichavismo que genera el modelo del socialismo del siglo XXI!
La masa no está para bollo
Dramática y compleja las condiciones y entorno del liderazgo opositor. Como si su objetivo fuera pelear entre ellos invierten sus mejores recursos y potencialidades para desacreditar a sus compañeros de al lado y no al que tienen de frente. La rivalidad es tanta que no se ponen de acuerdo en la mínima cosa de su plataforma organizacional. Por ejemplo, en la designación de un secretario. Los acuerdos no se cumplen. Les aglutina la perspectiva de un cambio de gobierno y se preparan llenos de ilusión para participar en él. Cada uno con la esperanza de obtener el mayor provecho. Hay que tener en cuenta que la masa no está para bollo y la expectativa de una conmoción social de naturaleza violenta es un escenario probable. La crisis económica, la hambruna y la hiperinflación tienen a la gente indignada y ya en lo último de su capacidad de aguante. Bastante se ha armado de paciencia el pueblo. Estoicismo y temple. Crisis generalizada de los servicios públicos, la inflación sube cada día y la escasez se agrava indetenible. Y el gobierno, fracaso tras fracaso en sus políticas económicas. ¿Cuál es la salida a esto? ¡Amanecerá y veremos!
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