ING. CELIA HERRERA
Un nuevo aniversario de la conocida como Cota Mil, suscitó el interés de dejar plasmada la historia narrada por los profesionales de la arquitectura, el urbanismo, la ingeniería y otros ciudadanos que vivieron esa buena época de Venezuela y sus grandes obras de infraestructura, desde el desarrollo de los proyectos hasta la construcción, de los casi 14 km que operan a la fecha, incluyendo diez distribuidores que permiten su conexión con la red vial arterial y colectora principal del Área Metropolitana de Caracas.
En 2013 la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat realizó el Foro Conexión Cota Mil con vialidad alterna al Litoral. Acotaba entonces el Arq. Víctor Artís, que la Av. Boyacá estaba contemplada en Plan Rotival del año 1939, con un trazado de carretera para tránsito ligero y de paseo, que enlazaría con la vía a La Guaira y subiría hasta el pie del cerro El Ávila desde el sector Ruperto Lugo, tocando el Sur del sector Manicomio, llegando luego a la Puerta de Caracas y después de pasar por el Norte de Maripérez, terminaría en San Rafael para bajar a Sabana Grande.
Comentó sobre el primer proyecto de enlace entre la Cota Mil y La Guaira, elaborado en 1951 y empleado para construir el primer tramo entre Tiro al Blanco y Maripérez, para facilitar la construcción del Teleférico. Destacó la creación de la Oficina Obras Cota Mil, en 1965, que cumplió la misión de desarrollar los proyectos para construir la avenida desde el Distribuidor Baralt hasta La Urbina, enlazarla con la Autopista Francisco Fajardo al oeste de la ciudad, y seguir hasta Guarenas en autopista, la hoy Gran Mariscal de Ayacucho.
Conversando con colegas ingenieros viales, he podido conocer datos interesantes que deben quedar asentados para las nuevas generaciones. El trazado de la Cota Mil es autoría del Ing. Orlando Russo, funcionario de carrera del Ministerio de Transporte toda su vida. Los distribuidores, llevan el sello del Ing. Alfredo Calzadilla, consultor vial de dilatada trayectoria. La construcción de la avenida, se hizo por etapas y estuvo a cargo de varias empresas. El viaducto Los Chorros, experimentó problemas estructurales y fue objeto de obras de reforzamiento; caso que contó con asesoría del Ing. Anastasio Labropoulos, de pericia en el área estructural.
A pesar de no lograr aún su conexión con la autopista Caracas-La Guaira, la Cota Mil presta servicio como vía expresa de carácter urbano, cuyo trazado sinuoso se adapta con respeto, a la forma de nuestra montaña de referencia, El Ávila. Que siga serpenteando el norte de la ciudad, dando significación al medio urbano y rindiendo homenaje a sus artífices.
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