Espíritu de la Navidad: la celebración pagana que mutó en Venezuela
Esta celebración de origen nórdico es en el país un día para agradecer lo vivido en el año y pedir los deseos para 2025
El espíritu de la Navidad es una fiesta pagana, natural de países nórdicos alemanes, como Dinamarca, Noruega y Suecia. Tiene su origen en la fiesta vikinga de invierno conocida como “Yule”, asociada al solsticio de invierno, que ocurría cada 21 de diciembre.
Esta celebración, sin embargo, es considerada en Venezuela como un día para agradecer lo vivido en el año y pedir los deseos para 2025. Sin embargo, se considera que tal celebración no forma parte de las tradiciones cristianas.
Esta celebración, sin embargo, es considerada en Venezuela como un día para agradecer lo vivido en el año y pedir los deseos para 2025. Sin embargo, se considera que tal celebración no forma parte de las tradiciones cristianas.
Al ser la noche más larga del año, el folklore definió a esta fecha como una lucha entre el bien y el mal. Posteriormente, con el proceso de cristianización de los pueblos germánicos, cerca del año 700 dC, la Navidad fue tomando protagonismo y ambas celebraciones se fusionaron. Luego desembarcaron más allá de las frías tierras nórdicas.
Ahora, millones de personas alrededor del mundo celebran la llegada del espíritu de la Navidad. Pero, ¿qué es exactamente el espíritu de la Navidad? Hijo de la tradición oral, es conocido como una entidad o el espíritu de un anciano que desciende para traer paz, amor, alegría y prosperidad a los creyentes. Algunas personas también asocian su presencia con el ángel Uriel.
Ahora, millones de personas alrededor del mundo celebran la llegada del espíritu de la Navidad. Pero, ¿qué es exactamente el espíritu de la Navidad? Hijo de la tradición oral, es conocido como una entidad o el espíritu de un anciano que desciende para traer paz, amor, alegría y prosperidad a los creyentes. Algunas personas también asocian su presencia con el ángel Uriel.
La forma de celebrarlo depende de cada persona o familia. Lo cierto es que es una tradición que inicia desde el seno familiar y va evolucionando según las preferencias de cada individuo. Sin embargo, los siguientes puntos son comunes en cualquier celebración del 21 de diciembre:
Limpiar la casa.
Limpiar la casa.
Abrir las ventanas y puertas de la casa.
Usar tres tipos de incienso al momento de abrir las puertas y ventanas, como una manera de desechar las malas energías del hogar y recibir las buenas, que llegan con el espíritu de la Navidad.
Encender velas anaranjadas, rojas y doradas. Hay quienes utilizan 21 velas.
Hacer una reunión familiar o con amigos.
Elaborar una lista con 21 deseos y quemarlos (o no) en una fogata o vela.
Rituales de meditación o incluso oraciones al ángel Uriel. En este punto, para la autoridad católica, los únicos arcángeles que celebran la fe cristiana son Miguel, Gabriel y Rafael, que son los que aparecen en la Biblia.
Los rituales como toda celebración pagana, se agregan o eliminan costumbres. Por eso se dice que no existe una forma correcta o única, aunque sí se da un momento de comunión, respeto y de unir voluntades para alcanzar algo positivo.
Las mandarinas siempre están presentes, mientras que, entre las tradiciones cristianas están:
Hacer la novena al Niño Jesús (se hacen desde el 16 hasta el 24 y conmemoran los días anteriores de la Navidad).
Asistir a las misas de aguinaldo.
Rezar el Rosario en casa, realizando oraciones propias.
Encender las cuatro velitas de la Corona de Adviento cada domingo de Adviento.
Colocar el pesebre en familia.
El 24 de diciembre en torno al pesebre, entre las 11:30 y 11:50, cantarle el cumpleaños al Niño Jesús, colocar el Niño Jesús en el pesebre.
Hacer obras de caridad a personas necesitadas en Navidad.
El valor de la Navidad es el pesebre de Belén y se debe volver la mirada a los tres personajes fundamentales que son María, José y Jesús de Nazaret. Asimismo, en estos tiempos, y sobre todo en estas navidades, los valores que deben cultivarse son la esperanza como virtud cristiana, la vida, la alegría y la transformación espiritual.
Hacer la novena al Niño Jesús (se hacen desde el 16 hasta el 24 y conmemoran los días anteriores de la Navidad).
Asistir a las misas de aguinaldo.
Rezar el Rosario en casa, realizando oraciones propias.
Encender las cuatro velitas de la Corona de Adviento cada domingo de Adviento.
Colocar el pesebre en familia.
El 24 de diciembre en torno al pesebre, entre las 11:30 y 11:50, cantarle el cumpleaños al Niño Jesús, colocar el Niño Jesús en el pesebre.
Hacer obras de caridad a personas necesitadas en Navidad.
El valor de la Navidad es el pesebre de Belén y se debe volver la mirada a los tres personajes fundamentales que son María, José y Jesús de Nazaret. Asimismo, en estos tiempos, y sobre todo en estas navidades, los valores que deben cultivarse son la esperanza como virtud cristiana, la vida, la alegría y la transformación espiritual.
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