En un violento drama familiar ocurrido en el sector La Línea de Petare tres personas resultaron muertas a tiros.
En el hecho, un hombre identificado como Rubén Darío González de 78 años de edad, asesinó a su esposa María Agustina de González (70) y a su hijo Omar González (52) para, luego de ver la magnitud de lo ocurrido, terminar por suicidarse de un disparo en la cabeza.
Versiones suministradas por allegados señalan que Rubén Darío González, un abogado jubilado del Seniat, sufría de mal carácter y constantemente reñía con su pareja con quien tenía más de 50 años de matrimonio.
El sábado se inició una discusión por una “tontería”, el ánimo de Rubén Darío se fue exacerbando hasta que sacó a un arma de fuego y apuntó a su esposa, explican parientes.
Al ver la escena, Omar, hijo de ambos, intentó interponerse, proteger a su mamá y evitar una tragedia, pero fracasó en su intento. Su padre disparó, dos balazos le dieron y cayó muerto. Rubén continuó disparando. Su esposa recibió nueve tiros y murió; luego se disparó en la cabeza.
“Tenía muy mal carácter, peleaba por tonterías. Jamás nos imaginamos que algo así podía ocurrir”, dijo su hijo Guillermo González.
En el hecho, un hombre identificado como Rubén Darío González de 78 años de edad, asesinó a su esposa María Agustina de González (70) y a su hijo Omar González (52) para, luego de ver la magnitud de lo ocurrido, terminar por suicidarse de un disparo en la cabeza.
Versiones suministradas por allegados señalan que Rubén Darío González, un abogado jubilado del Seniat, sufría de mal carácter y constantemente reñía con su pareja con quien tenía más de 50 años de matrimonio.
El sábado se inició una discusión por una “tontería”, el ánimo de Rubén Darío se fue exacerbando hasta que sacó a un arma de fuego y apuntó a su esposa, explican parientes.
Al ver la escena, Omar, hijo de ambos, intentó interponerse, proteger a su mamá y evitar una tragedia, pero fracasó en su intento. Su padre disparó, dos balazos le dieron y cayó muerto. Rubén continuó disparando. Su esposa recibió nueve tiros y murió; luego se disparó en la cabeza.
“Tenía muy mal carácter, peleaba por tonterías. Jamás nos imaginamos que algo así podía ocurrir”, dijo su hijo Guillermo González.
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