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Sombras del mal: El Asesino del Alfabeto nunca fue capturado

Se trataba de un homicida con un curioso método para seleccionar a sus víctimas

  • CARLOS D' HOY

03/03/2024 06:00 am

Aunque estamos acostumbrados a los casos que tienen cierre, esos en los que los asesinos son detenidos y de alguna manera terminan pagando por sus crímenes, hay muchas historias en las que el brazo de la ley no es tan largo como quisiéramos y los asesinos se salen con las suyas.

Hoy conoceremos una de esas historias. El caso del asesino serial bautizado como el Asesino del Alfabeto o The Alphabet Killer, por la particular forma como seleccionaba a sus víctimas.

Esta historia comienza en Rochester, Nueva York, Estados Unidos, el 19 de noviembre del año 1971, cuando Carmen Colón, una niña de 10 años de edad, desapareció de su casa.

No fue localizada sino hasta dos días más tarde, cuando encontraron su cadáver en la población de Churchville, a 19 kilómetros de su casa. La pequeña había sido abusada y estrangulada.

Un par de años más tarde, otra niña, Wanda Walkowicz de 11 años, desapareció. Era el 2 de abril de 1973. El cuerpo, también estrangulado, fue localizado al día siguiente, en un área de descanso de la Ruta Estatal 104 en Webster, a 11 km de Rochester.

Las muertes de las dos niñas sembraron el terror entre las familias de la pujante ciudad de Rochester, la policía había recopilado evidencias y fluidos corporales, pero a pesar de la extensa investigación, las pistas se enfriaron.

Pasarían dos años en relativa calma y cuando las aguas parecían haber vuelto a su nivel, se reportó la desaparición de otra niña: Michelle Maenza, de 11 años de edad, el 26 de noviembre de 1973. El cadáver fue encontrado dos días más tarde en la población de Macedon, a 24 km de Rochester.

El pánico se desató y, mientras los medios de comunicación hacían sus propias conjeturas, las autoridades liberaron algunos datos a ver si podían identificar al misterioso criminal.

Entre esos datos dieron a conocer el modus operandi que bautizaría al asesino: el alfabeto. Todas las víctimas tenían nombres y apellidos que comenzaban por la misma letra, Carmen Colon, Wanda Walkowicz y Michelle Maenza.

Además sus cuerpos fueron hallados en lugares que coincidían con sus nombres. Carmen Colon fue encontrada en Churchville, el cadáver de Wanda Walkowicz fue localizado en Webster y finalmente Michelle Maenza en Macedon, todos cerca de Rochester.

Tras aterrorizar a Nueva York, el asesino desapareció, no dejó huellas ni rastros. La policía quedó con una investigación abierta y sin un asesino tras las rejas.

Hasta el 13 de abril de 2010, cuando un asesino en serie fue detenido en California. Tenía cierta similitud con los crímenes de Rochester, pero el ADN recuperado en los cuerpos de las niñas no coincidió con el de Joseph Naso, “Crazy Joe”.

Tampoco concordaba la edad. Las víctimas de “Crazy Joe” eran adultas, en su mayoría prostitutas, aunque varias de ellas compartían letras coincidentes en nombres y apellidos, pero no se le imputaron esas muertes. El caso del Alphabet Killer permanece abierto. 
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