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Sombras del Mal: El terror de los mototaxistas

Entre los años 2011 y 2012 un asesino se dedicó a asesinar a jóvenes mototaxistas colombianos.

  • CARLOS D' HOY

03/09/2023 06:00 am

Hoy conoceremos a un criminal cercano, podríamos decir que casi que es local, operaba en Colombia, además que sus víctimas rompen el molde de los tradicionales asesinos en serie: mataba a hombres y con un oficio determinado: mototaxistas.
Se trata de Luis Gregorio Ramírez Maestre, “el Asesino de la soga” como fue identificado, por el método usado para matar a sus víctimas. Es señalado de asesinar a unas 30 personas, aunque las autoridades consideran que es el autor de al menos 60 homicidios, pero fue juzgado y condenado solo por un asesinato.
De su historia personal se conoce muy poco. Al parecer fue un niño maltratado por su padre, un artesano que hacía sombreros, mochilas y bolsos, con él aprendió a hacer los nudos, que años más tarde serían su firma como asesino serial.
Se sabe que se casó y que vivió en Valledupar, Medellín y Bogotá. Tiene dos hijos y que de manera inesperada de pronto abandonó todo y comenzó una cadena de asesinatos.
Ramírez Maestre es una persona locuaz y fácil de conocer, eso le permitió ganarse la confianza de sus víctimas. Se hacía su amigo y de sus familiares. De esa manera, cuando decidía cumplir su “tarea”, sus víctimas estaban confiadas.
Sus objetivos tenían características comunes: Eran hombres, jóvenes de entre 19 y 30 años, delgados, ninguno pesaba más de 60 kilogramos y de baja estatura, no superaban un 1,70 metros de altura.
“Tras ganarse su confianza les pedía que lo llevasen a lugares cuidadosamente seleccionados y una vez en el sitio, los estrangulaba hasta dejarlos inconscientes.
Posteriormente, los ataba a un árbol en posiciones incómodas. Los amarraba de cuclillas con brazos extendidos hacia arriba, de forma que cualquier movimiento que hicieran para desatarse o ponerse cómodos, como bajar los brazos o estirar las piernas, apretaba el nudo que tenían en el cuello.
Luego se quedaba viendo como se ahorcaban, si tardaban mucho se retiraba, para volver cuando estaban agonizando.
Una vez muertos les quitaba documentos de identidad, dinero, teléfonos y joyas, se llevaba las motos y las vendía por piezas. No dejaba rastros.
Durante los años 2011 y 2012 viajó por municipios y ciudades colombianas, entre ellos, Tenerife, donde lo atraparon, Magdalena, Sabanalarga, Aguachica, Santa Marta, Valledupar y Puerto Wilches.
Luis Gregorio Ramírez se mantuvo activo, hasta que asesinó a John Jairo Amador, un mototaxista de 19 años en la población de Tenerife. Se llevó un teléfono de alta gama de Amador y lo utilizó, eso permitió a las autoridades ubicarlo y hacerle seguimiento.
Finalmente lograron detenerlo, al capturarlo tenía decenas de cédulas de sus víctimas, otros objetos y piezas de motos.
“El asesino de la soga” confesó el asesinato de John Jairo Amador, por ese crimen fue condenado a más de 50 años de cárcel, condena que luego fue reducida a 34 años. Más tarde comenzaron a aparecer cuerpos, la Fiscalía colombiana prepara nuevos juicios por esos casos.
Según los expertos que estudiaron su conducta, Luis Gregorio Ramírez es un asesino sádico que disfruta con humillar y castigar a sus víctimas, el móvil de los asesinatos fue el robo.

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