Un parque infantil habitado por el color
Jonathan Brender realizó una de sus obra en el Club Hebraica. Para este trabajo involucró a los niños quienes ya disfrutan de un espacio donde el color y la luz se dan la mano
Jonathan Brender es un artista que ama la libertad por eso sus creaciones lejos de estar encerrada entre cuatro paredes se abren a la luz del sol y del aire. La Naturaleza es su inspiración y, quizás por ello, busca esos entornos que están a la vista de todos.
Su arte ha cruzado las fronteras y de allí que varios muros de Florida, EE.UU. hayan perdido su monotonía opaca para llenarse de sus colores y de sus formas.
En Caracas encontró una pared que estaba en el parque infantil del Club Hebraica y ese muro sin vida, como él lo calificó, se convirtió en un área llena de luz y de color. Allí hizo partícipe a los niños de la obra y de una manera interactiva los involucró, entonces los pequeños buscaban flores y los colores que a ellos les gustaba.
En una especie de mosaicos en serie se reproduce la idea y luego se pega a la pared. El material viene de Italia pues Brender considera que es allá donde tienen la tecnología para imprimir esta especie de mosaico.
En su trabajo quedan evidenciados tres valores: la constancia, la disciplina y la dedicación que él adquirió y aprendió en el seno de su familia.
Lo cierto es que Jonathan Brender pretende conmover a todos, quizás, por ello le encanta ese trabajo al aire libre, porque para él cuando se hace referencia al arte éste debería estar acompañado por la libertad, expuesto para el disfrute de todos.
Dentro de los próximos trabajos que gestiona en su taller se encuentran los aeropuertos, lo que indica que las dimensiones no son un problema para este artista.
Su arte ha cruzado las fronteras y de allí que varios muros de Florida, EE.UU. hayan perdido su monotonía opaca para llenarse de sus colores y de sus formas.
En Caracas encontró una pared que estaba en el parque infantil del Club Hebraica y ese muro sin vida, como él lo calificó, se convirtió en un área llena de luz y de color. Allí hizo partícipe a los niños de la obra y de una manera interactiva los involucró, entonces los pequeños buscaban flores y los colores que a ellos les gustaba.
En una especie de mosaicos en serie se reproduce la idea y luego se pega a la pared. El material viene de Italia pues Brender considera que es allá donde tienen la tecnología para imprimir esta especie de mosaico.
En su trabajo quedan evidenciados tres valores: la constancia, la disciplina y la dedicación que él adquirió y aprendió en el seno de su familia.
Lo cierto es que Jonathan Brender pretende conmover a todos, quizás, por ello le encanta ese trabajo al aire libre, porque para él cuando se hace referencia al arte éste debería estar acompañado por la libertad, expuesto para el disfrute de todos.
Dentro de los próximos trabajos que gestiona en su taller se encuentran los aeropuertos, lo que indica que las dimensiones no son un problema para este artista.
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