Un año después de llegar a la cárcel sin cargos, la petición de piedad sin respuesta por parte de los gobernantes sauditas y por temor a un brote de coronavirus tras las rejas, la princesa Basmah bint Saud hizo pública su demanda.
La princesa es miembro de la familia real, tiene 56 años y desde hace tiempo es vista como defensora de los derechos de las mujeres y de una monarquía constitucional. El año pasado desapareció misteriosamente de la vida pública.
Solo unas horas después, esos tweets fueron eliminados. Dos fuentes cercanas a su familia le dijeron a AFP que la cuenta había sido pirateada brevemente "por alguien en Arabia Saudita"..
La princesa es miembro de la familia real, tiene 56 años y desde hace tiempo es vista como defensora de los derechos de las mujeres y de una monarquía constitucional. El año pasado desapareció misteriosamente de la vida pública.
El mes pasado, su cuenta de Twitter cobró vida con una carta de la princesa que decía que había sido "secuestrada" y "encarcelada" junto con su hija de 28 años, Suhoud al-Sharif, e imploraba al rey Salman y a su poderoso hijo, el príncipe heredero, Mohammed bin Salman su ayuda.
Basmah bint Saud se encuentra prisionera en la cárcel de alta seguridad de Al-Ha'ir de Riad conocida por tener entre sus detenidos a terroristas y prisioneros políticos por lo que la princesa teme por su vida.
"Desde los tweets, no hay más contacto; no hay signos de la princesa o Suhoud", dijo una de las fuentes.
"No más llamadas telefónicas, nada".
Los temores de la familia se han ampliado aún más por las preocupaciones sobre un posible brote del nuevo coronavirus dentro de Al-Ha'ir.
"No más llamadas telefónicas, nada".
Los temores de la familia se han ampliado aún más por las preocupaciones sobre un posible brote del nuevo coronavirus dentro de Al-Ha'ir.
La princesa Basmah sufre de varios problemas de salud, incluida la osteoporosis y problemas gastrointestinales graves, Las fuentes dijeron que le han negado tratamiento médico en la cárcel. Su detención en una prisión no tiene precedentes en Arabia Saudita, donde los miembros de la familia real generalmente están bajo arresto domiciliario o detenidos en villas u hoteles de lujo.
El hecho de haber hecho pública su solicitud de libertad pueden ocasionarle más problemas. Las autoridades sauditas son muy sensibles a las críticas en público.
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