Elisa Vegas: “Lo bueno atrae lo bueno”
La titular de la Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho es disciplinada, no deja nada a la casualidad y trabaja incansablemente en la búsqueda de la excelencia
CAROLINA JAIMES BRANGER
Talentosa y bella, trabajadora y estudiosa. Elisa Vegas, con inmensa gracia, se abre paso dentro de un mundo eminentemente de hombres: la dirección de orquesta. Dirigió varias dentro y fuera de El Sistema, hasta hoy cuando es titular de la Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho. Disciplinada, no deja nada a la casualidad. Es una trabajadora incansable en búsqueda de la excelencia y se siente más cómoda dentro del foso de una orquesta que en el escenario. Esta joven caraqueña de rancia estirpe es una referencia obligada en la música venezolana actual. Y ella, con sencillez y elegancia, deslumbra a quienes la conocen.
-¿Cuán fácil –o difícil- ha sido abrirte espacio dentro de un mundo como la dirección orquestal, tradicional y generalmente masculino?
-Ciertamente la dirección orquestal es tradicionalmente una carrera musical masculina pero las mujeres poco a poco -y sobre todo en las últimas tres décadas - hemos empezado a tener un espacio significativo, pequeño al principio y ahora un poco más amplio, dentro de la dirección. Estos cambios se deben también a que en estos nuevos tiempos la mujer ha asumido nuevos retos profesionales en muchos campos y ha ido tomando posiciones antes destinadas únicamente a los hombres.
Desde que decidí ser directora de orquesta supe que me venía un reto difícil pero que con estudio, dedicación y responsabilidad podía ir poco a poco creciendo y desarrollándome y afortunadamente así ha sido. No pienso mucho en mi género y creo que eso me ha ayudado. Actualmente ser diferente ayuda, así que no podría decirte que ha sido difícil, pero por supuesto que tampoco ha sido fácil…
Estaba consciente que ser directora de orquesta era un reto difícil FOTO NATALIA ALEIRAM
¿Tu juventud ha ayudado o ha sido otro obstáculo que vencer?
-La juventud me ha ayudado a tener energías para desarrollar proyectos, a tener la música como forma de vida. La juventud permite soñar y transmitir emociones sin ser duramente juzgado.
Sin embargo, cuando se asume un rol de liderazgo y se es joven, uno debe madurar rápidamente en muchos aspectos. He tenido que aprender a gerenciar desde muy temprano, a hacer música con maestros y profesores con mucha más experiencia que yo y es allí cuando he tenido que crecer rápidamente y saber que mi carrera exige de mi un crecimiento un poco más rápido que el de mis pares.
Eres clarinetista desde que eras una niña… ¿sigues practicándolo o estás dedicada al cien por ciento a la dirección?
-Hace unos 10 años tuve que tomar la decisión de dedicarme casi exclusivamente a la dirección orquestal. El clarinete me llevó a la dirección y le estaré eternamente agradecida a éste, mi instrumento. A veces lo saco en casa para tocar un poco porque definitivamente el contacto que hay del músico con su instrumento es mucho más personal que el del director con su instrumento, que es la orquesta. Esos momentos más íntimos con la música los logro a través del clarinete (o el estudio de una partitura orquestal en mi estudio) y es por ello que no lo tengo del todo abandonado.
-Ahora eres madre. ¿Cómo conjugas tus obligaciones, que son muchas, con la maternidad?
-Esta ha sido una etapa de muchísima felicidad. Creo que lo bueno atrae lo bueno y ser madre ha sido Maravilloso con “M” Mayúscula. Siento que ahora soy más fuerte, más centrada y la maternidad genera y potencia una cantidad de “súper poderes” que no conocía.
Afortunadamente mi esposo, Gaspar Colón y toda mi familia me han apoyado mucho desde que soy madre y es gracias a ellos también que he podido conjugar mi rol de madre con el de directora artística de la Sinfónica Ayacucho.
Elisa Vegas le apasiona dirigir en el foso de los teatros FOTO CORTESÍA-Háblame de tus experiencias internacionales.
-He tenido oportunidad de dirigir fuera de Venezuela en proyectos como la temporada de ópera de Guatemala o en la temporada aniversario de la Orquesta de Cámara de Lausanne, Suiza. Estas experiencias me han permitido medirme y explorar un poco más mis posibilidades dentro de la dirección orquestal.
Actualmente estoy en Venezuela y es una decisión personal y familiar. Me siento 100% feliz cuando los esfuerzos realizados son por y para mi país y no hay nada que se compare a ello y puedo decirte sin que me quede nada por dentro que eso no lo cambio por nada.
-La crítica hasta ahora ha sido benévola contigo, porque te lo has ganado. ¿Cómo recibes las opiniones negativas?
-Muchas gracias por lo que dices de la crítica. No te voy a negar que es muy gratificante recibir respuestas positivas del público luego de una presentación. Las opiniones negativas las escucho y si son constructivas por supuesto que seguro hay algo que pueda tomar de ellas.
Lo que sí te puedo decir es que en cada preparación de un concierto y en cada presentación yo doy lo mejor de mí. Si en ese momento gusta o no es otra cosa, pero yo sé que hice lo mejor que pude.
-Vas como pez en el agua de la música popular a la académica. ¿Con qué género te sientes más identificada?
-Qué pregunta tan difícil… más que un género en particular podría decirte que lo que más me apasiona es dirigir en el foso de los teatros. Me encanta estar involucrada en producciones escénico - musicales como óperas, zarzuelas, ballets o musicales. No puedes imaginar la cantidad de emociones y sensaciones que me genera poder estar en el foso haciendo la música para un espectáculo que ocurre en un escenario.
-¿Cuál ha sido hasta ahora tu reto más importante?
-Llevar la dirección artística de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho. Un reto que asumí en 2018 y que me ha llenado de grandes satisfacciones. Esta orquesta fue fundada por mi maestro de la dirección, Rodolfo Saglimbeni, y siempre ha tenido un lugar importante en mi desarrollo como directora. Ahora en 2019 la Sinfónica Ayacucho cumple 30 años y me siento honrada de poder llevar las riendas artísticas de la Temporada Aniversario que ya se avecina.
Varios proyectos sociales conforman la agenda de trabajo de Elisa Vegas FOTO CORTESÍA
-Tienes un proyecto social que marcha muy bien. Háblame de ese proyecto.
-Con la Sinfónica Ayacucho tenemos proyectos sociales que para nosotros son muy importantes, entre ellos está “Viaje al fondo de una orquesta” dirigido a niños, “Los abuelos son una nota” dirigido a los adultos mayores, proyectos en plazas y espacios públicos y una nueva alianza que tenemos con una fundación de turismo nacional, Eposak, con la que hemos podido conectar y profundizar mucho más las raíces musicales de algunas comunidades de nuestro país como Birongo, Kamarata y próximamente nuevos destinos.
- Siempre que hablas en público, agradeces…
-Si. Agradezco a todas las empresas, instituciones y personas que han apoyado esta nueva etapa de la Sinfónica Ayacucho. Creo que el apoyo a la cultura es fundamental para el crecimiento y desarrollo de nuestro país. Además, puedo decirte absolutamente convencida que en un concierto todos (público y músicos) nos llenamos de aire puro, de una energía y magia muy linda que nos permite afrontar el día a día de una mejor manera.
- ¿Qué significa Venezuela para Elisa Vegas?
-Venezuela es mi único destino: es mi raíz y a este, mi país, le debo todo lo que soy. Soy una convencida de que no debemos abandonar nuestros espacios y que cada uno desde su nicho debe poner lo mejor de sí para poder construir con lo que hay. Los venezolanos nos caracterizamos por ser muy creativos y debemos usar estas dotes en pro de enaltecernos.
Una directora que no abandona sus espacios FOTOS CORTESÍA
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