SOFÍA TORRES

Especial El Universal

Caracas.- “Está planteado para un nuevo gobierno llamar a un acuerdo nacional de gobernabilidad para crear un ambiente de convivencia sin persecuciones ni violencia”. Así lo sostuvo en entrevista para El Universal el doctor en Ciencias Políticas, Carlos Raúl Hernández, quien considera que es posible que el presidente Nicolás Maduro acuda al diálogo que convocó, a partir del 21 de mayo, como oposición.

Hernández argumentó que los diversos sectores políticos y sociales deben participar en el referido pacto para el cumplimiento de cuatro objetivos estratégicos, además del acuerdo mismo, que es de suyo un objetivo: reinstitucionalizar el país, regresar al Estado de derecho y al régimen constitucional, reformar la economía en función de insertarla en el proceso global, descentralizar el Estado e impulsar una gran reforma social. “Pero para poder llegar ahí, hay que votar por Henri Falcón para ganar las elecciones”, advirtió.

Manifestó que espera que el madurismo se convierta en la oposición, una que además sea civilizada y no un grupo subversivo que repita contra una naciente gestión lo que ha rechazado, “y aprenda a vivir democráticamente”.

Insistió el profesor universitario en que hay que comprometerse públicamente con ese acuerdo al que dice apostar firmemente, no para mantener “este infiernito sino para erradicarlo a toda velocidad”.

Para el especialista, un nuevo gobierno debe olvidarse del pasado, desterrar las retaliaciones y recordar la metáfora bíblica: “el que mira para atrás, se convierte en estatua de sal”, porque precisamente la estabilidad de Venezuela pasa por “un pacto de gobernabilidad sin venganzas”.

Reinstitucionalización

Recalcó Hernández que el esfuerzo para la reinstitucionalización debe contar con los militares e involucrarlos pues, según afirmó, la inmensa mayoría de ellos son profesionales honorables, que como cualquiera, llevan a sus hijos al colegio y tienen dificultades para completar el mercado.

“Hay que devolver a las Fuerzas Armadas su majestad, sacarlas del bochinche y el irrespeto en que las ha sumido la revolución, en circunstancias en las que la tropa pasa hambre y los oficiales no pueden satisfacer las necesidades de sus familias. Separarlos de la política práctica porque a ellos les corresponde portar las armas de la nación”, agregó.

Recuperar la separación de poderes, legalizar los partidos, cesar de inmediato la invasión dictatorial de las atribuciones de la Asamblea Nacional, poner en libertad a los presos políticos y permitir que regresen los exiliados, son para Hernández elementos claves en la refundación de las instituciones para recuperar el Estado de derecho.

–¿En qué consiste la reforma económica globalizadora que usted considera debe aplicarse?

–La reforma económica implica varios pasos, entre ellos, la entrega a los productores privados de las miles de empresas que se pudren en manos del Estado y reformular Pdvsa. Muchos piensan que se debe privatizar pero es muy difícil que alguien quiera comprar una empresa quebrada y con 300% de empleados supernumerarios. Nadie quiere buscarse un conflicto tan grande. Pero se puede estudiar la fórmula de “concurrencia de explotación” para que en los yacimientos bajo control de ella puedan trabajar otras empresas petroleras nacionales y globales.

Considera que hay que derogar todas las leyes que entorpecen la inversión privada y desarrollar una política para que cada venezolano pueda ser un empresario, liquidar la hiperinflación y la hiperdevaluación, y para eso dolarizar es un excelente remedio. Servirá para recuperar rápidamente el nivel de ingresos que cae minuto a minuto. Que la gente tenga dólares en el bolsillo y no los papeluchos ridículos que nos da Maduro.

Asegura que vendrá una estrecha alianza con los organismos financieros internacionales, como el FMI, el Banco Mundial, la CAF, la Unión Europea y el BID para obtener el respaldo financiero que implica este propósito. Todo eso en el marco de restablecer los equilibrios macroeconómicos y explotar honrada y sanamente la abundancia de minerales estratégicos y el propio petróleo. Debemos ponernos la meta de producir cuanto antes cinco millones de barriles al día.

Descentralización veloz

Hernández recordó que desde los años dictatoriales de Juan Vicente Gómez el país vivió una dinámica de centralización y concentración del poder, que se detuvo en 1989 con el Gran Viraje de Carlos Andrés Pérez, su Ley de Elección Directa de Gobernadores y la de Régimen Municipal que creó la figura y permitió elegir alcaldes por voto popular. Ambas decisiones - alegó- mejoraron exponencialmente la eficiencia de esos funcionarios y permitieron el ascenso en las condiciones de vida de pueblos y aldeas. “Luego la revolución aplastó la descentralización y hoy urge regresar a ella”.

-–¿Cómo la revolución reorientó nuevamente al país hacia la centralización?

–Desde el inicio de la tragedia revolucionaria, la destrucción se enfiló precisamente contra las autonomías regionales y municipales, los partidos políticos, los productores de riqueza y cualquier otra forma de modernidad. Como el abrumador apoyo popular les permitía ganar gobernaciones y alcaldías, los exterminadores aprovecharon la ventaja pero con la idea entre ceja y ceja de castrarlas “en el proceso”. De entrada, en 1999 se abolió el situado para los estados que establecía la Constitución de 1961. Este consistía en un porcentaje de los ingresos fiscales ordinarios y extraordinarios que les correspondía automáticamente.

Entre las desgracias que trae inseparablemente la revolución está arrancar facultades a los niveles medios y bajos de la administración para entregarlos al caudillo y su rosca. Eso congestiona de tal manera el Estado central, que explota la entropía como ocurrió al gobierno. Hay que impulsar la descentralización a la velocidad de la luz. Jamás la provincia había sufrido un abandono extremo como hoy. Si para hacer un puente sobre una quebrada en Socopó, en El Pilar o en El Manteco, se requiere la firma de un ministro o incluso del presidente de la República, lo más probable es que no se haga nunca o cuando se apruebe ya no existan las quebradas. Es necesario devolver los recursos económicos a gobernaciones y alcaldías para que puedan hacer las obras necesarias.

–¿Cómo retornar a la descentralización?

–Existen amplias posibilidades de conseguir financiamiento internacional para la masiva construcción de infraestructura en todo el territorio, en una alianza entre el poder nacional, el estadal y el municipal. Un nuevo gobierno inyectará millones de dólares a la provincia para la descentralización, que se traducirán en mejorar su nivel de vida. Con empresas privadas globales, se debe desarrollar un megaplán de construcción de infraestructura porque la revolución nos hizo retroceder a los años cuarenta. Represas y acueductos, producción y distribución de electricidad, cloacas, construcción de viviendas, vías de comunicación, puertos y aeropuertos, vías férreas, informática, tendrán que hacerse con mentalidad de liderazgo de posguerra, como hicieron los europeos luego del fin del nazismo y los alemanes para unir su país luego que cayó el Muro de Berlín. Para todo eso hay que fortalecer los consejos regionales y los concejos municipales, sus capacidades contraloras, para que garanticen la transparencia de las inversiones, y que tengan poder real.

Olvidar el asistencialismo

Al abordar la propuesta de una gran reforma social, el analista comentó que desde un principio de la revolución bolivariana se alertó que la “concepción deformada, politiquera y populista de las misiones” garantizaría su fracaso, y “en efecto, la pobreza que supuestamente combatían, aumentó”.

En ese sentido, estimó que hay que invertir por lo menos 25% del PIB en políticas sociales de nueva generación -no asistencialistas ni de reparto, como lo hizo el chavismo- dirigidas esencialmente a formar a los jóvenes para el trabajo, regresar al INCE, combatir la desnutrición infantil, estimular la escolaridad y facilitar la incorporación de las mujeres al mercado laboral. Acotó que también hay que reformar y fortalecer la seguridad social, los sistemas de salud público y privado, y el régimen de pensiones y jubilaciones.

Es imprescindible, aseguró, la masiva inversión pública y privada en la educación, la capacitación de los jóvenes en altas tecnologías, de lo contrario Venezuela seguirá perdiendo eso que los expertos denominan “el bono demográfico”: la juventud de su población que permite a los países incrementar la productividad.

–¿Cuál es la incidencia real de los jóvenes en el desarrollo de las sociedades?

–Nuestros jóvenes, en vez de trabajar con altas tecnologías productoras de riqueza para ellos y la sociedad, se ven obligados, dentro de la economía socialista, a desperdiciar sus vidas como buhoneros, en la venta de chucherías, CD o cualquier otra cosa sin valor. En los años más importantes de su formación no aprenden nada para ganarse la vida y asegurar el futuro. Con una juventud en esas labores, la sociedad se empobrece y cuesta mucho salir del subdesarrollo, como ocurre en Latinoamérica. Por eso hay que enfocar esfuerzos en una educación básica de calidad y la educación para el trabajo.

“Los experimentos socialistas fracasaron una vez más en uno de los países con más ingresos en el mundo, lo que demuestra también una vez más, que deben arrojarse al basurero de la historia”.

Coyuntura electoral 20-M

Al ser consultado acerca de los venideros comicios presidenciales, Hernández orientó su respuesta hacia la candidatura del pastor Javier Bertucci. La define como una “carambola electoral a dos bandas y con piquete abajo que lanzó el gobierno”.

“Está muy claro por su teatralidad e histrionismo, que su función es restar votos al candidato de la oposición, se ve en la propuesta de que Falcón renuncie para apoyarlo a él. Según oí decir, en ninguna parte se ha visto que quien puntea en las encuestas decline para apoyar al tercero en línea”, explicó el profesor.

De acuerdo a Hernández, ciertamente Bertucci ha sido útil tanto al gobierno como a los demás enemigos de Falcón, “porque ese 10% de votos que parece acumula el pastor, sería bueno que los tuviera Falcón”. “Se presenta como el candidato de los evangélicos, pero la unión de las Iglesias ha dejado claro que no tienen propuesta presidencial”, sentenció.

También se refirió a la “guerra sucia” contra aquellos que defienden el voto, especialmente mujeres. Expresó que la ofensiva perpetrada por quienes “carecen de sentido político y hasta común, resulta en ocasiones entretenida, por la candidez de los planteamientos, caracterizados por la falta de ideas y el esmero en insultos”.

Confesó que le divierten los ataques, ya que comprueba que se le presta mucha atención a lo que escriben, y citó a Madonna: “Lo único peor a que uno lo acosen los paparazzi es que no lo acosen los paparazzi”.

En cuanto al anuncio del revocatorio para diputados a partir de junio, el analista dijo que es “otra bola de nudillos” que el gobierno, “que vive tramando maldades”, se apresuró a lanzar en el futuro inmediato.

–¿Cómo se enfrentaría ese proceso refrendario?

–Ese revocatorio se daría en el contexto de un nuevo gobierno. Y de no ser que Falcón llame a votar por ellos no entiendo cómo podrían los diputados de la MUD convencer a la ciudadanía de votar porque ahora sí habría condiciones, luego de la prédica del último año ¿Cómo es que en junio sí habrá condiciones para votar en el revocatorio parlamentario, pero no las había en las presidenciales, legislativas y ni para alcaldes? A las militancias les costará asimilar eso.

–Pese a los pronunciamientos realizados, ¿reconocería la comunidad internacional a Henri Falcón, de resultar electo?

-Un gobierno de Falcón tendrá reconocimiento inmediato de gran parte de la comunidad internacional, la nueva entelequia, el nuevo “Yelmo de Mambrino”, (un casco milagroso de oro puro que hacía invulnerable al que lo portara), el resto se tomaría un lapso para estudiar lo que pasa y luego igualmente reconocería y apoyaría al nuevo gobierno.

Varios diplomáticos europeos en privado han dicho que por supuesto darían aval a Falcón. El que sí tiene problemas serios en ese caso es Maduro y debería buscar la manera de irse del poder con negociaciones y acuerdos necesarios de justicia transicional. No le sale perder esta gran oportunidad que le manda la vida, en el entendido de que vendría a gobernar gente con el ánimo de resolver problemas y no de crearlos. No tendremos en el poder guapetones ni azotes. Casi la totalidad de las transiciones -palabra pavosa- fueron posibles porque se logró aislar al radicalismo que siempre las ponen en peligro.

Felipe González decía recientemente que Maduro “se cae solo” y así uno entiende mejor porque Franco gobernó 39 años. Rómulo Betancourt en su obra Venezuela, política y petróleo, explica que la caída de Gallegos tuvo mucho que ver con el espíritu de venganza contra el medinismo que había en sectores de su partido.

@soficarol21