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Tamara Adrián: “En Venezuela la homofobia y la transfobia son la ley”

Según la profesora universitaria se ha presumido que la aprehensión del periodista Roland Carreño estaría relacionada con una persecución contra una supuesta tendencia sexual

  • ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

28/11/2020 12:10 pm

*Valeria Maza (Girl UpVenezuela)
Especial para El Universal

Aunque según informes de ONU Mujeres, las transgénero tienen una esperanza de vida de 35 años, y su destino laboral no suele ser esperanzador, Tamara Adrián se considera la excepción. Esta abogada y profesora universitaria fue electa como diputada para la Asamblea Nacional en el año 2016, y desde ese momento no se ha detenido en su lucha por los derechos para la comunidad LGTBI pese a los obstáculos políticos y sociales que admite tener que sortear a diario.

Sus rizos rojos le rodean el rostro en la imagen de una videollamada con interferencia, que finalmente pudo incluir en su apretada agenda de activista. Con la mirada firme y segura, saluda, y tras decir su nombre, afirma: “Vamos adelante."
Inicia contando que aunque su norte no es solamente legislar a favor de su comunidad, considera que pelear por la igualdad y eliminar las leyes segregacionistas, es de vital importancia ahora que la región ha avanzado a pasos agigantados en esta materia.

“...Solo en Venezuela, Perú y Paraguay estamos en una situación distinta. Con el agravante de que en nuestro país, en el siglo pasado, los derechos de identidad para la población transgénero habían sido reconocidos constitucionalmente, y desde que se estableció la dictadura, las personas trans no tenemos cabida en la sociedad", dice.

El cambio de nombre como un derecho
En el 2017, Costa Rica propuso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la redacción de un tratado llamado Opinión Consultiva 24/17, una herramienta que garantiza los derechos de la población sexodiversa latinoamericana. Entre sus postulados, establece el derecho al reconocimiento de identidad, es decir, que en América debería ser legal cambiarse el nombre para las personas trans.

La Constitución venezolana carece de artículos que se refieran a este tópico. Adrián sostiene que desde 2006, las decisiones de la Corte Interamericana de DDHH no son aplicables en el país, a pesar de que la Carta Magna establece que los pactos interamericanos tienen preferencia. Argumenta que el Gobierno de Nicolás Maduro no tiene interés en los derechos humanos de ningún tipo, y menos en el reconocimiento de identidad. Para ella, este tema es interesante; lo explica de esta manera: “Imagínate que tu nombre fuese José Luis, pero eres una mujer, y ese nombre aparece en tu diploma de la universidad... ¿Cómo buscas un trabajo? ¿Cómo abres una cuenta bancaria con una identidad ajena?”

Gran parte de Latinoamérica reconoce la identidad de género de las personas intersexuales y transgénero. La abogada menciona que el país más reciente en unirse a esta lista fue Chile, aunque en algún momento fue una nación muy homófoba y atrasada en tema de leyes, ya que no reconocían el divorcio hasta hace cuarenta años, y que es inaudito que Venezuela esté tan detenida respecto a cualquier lucha social.“En Venezuela la homofobia y la transfobia son la ley. El régimen está acostumbrado a desprestigiar basado en su presunta orientación sexual, por eso se ha insinuado como la causa de la detención contra Roland Carreño, hasta amenazaron a Capriles con eso mismo”, argumentó.

Tamara indicó que el acoso a la comunidad LGTBI es constante e incómodo, aún en el ámbito escolar.
“Un niño o niña trans tiene el derecho a asistir en condiciones de igualdad al colegio. Debería poder usar el uniforme que tenga en cuenta el aspecto físico más acorde al género con el que se sienta cómodo", puntualiza Tamara Adrián.
Después comenta que una de las consecuencias de que en Venezuela no se pueda hacer el cambio de nombre, es la gran deserción escolar por las maneras del sistema educativo. 

Destaca que, estadísticamente, los infantes trans tienen un nivel educacional inferior al de sus pares cisgénero. Pero no solo eso continuó sino que la intención de suicidio de los niños y jóvenes que viven esta situación es de un 60%, según un informe realizado por la entrevistada publicado en el libro Para dejar de ser fantasma.

Al igual quiso resaltar que la salud pública en Latinoamérica y varios países europeos, otorga gratuitamente el tratamiento hormonal y las operaciones pertinentes para el colectivo transgénero y transexual. “Ser trans no es una enfermedad, pero crea una condición de salud que se debe atender", explica respecto a las negativas de las empresas del seguro social chileno.
Tamara Adrián: “La lucha es de cada uno. Somos el 1,2% del mundo, casi un poco más que los pelirrojos, y tenemos una situación de exclusión que nos obliga a la organización y la lucha, a formar capacidades. Hemos sido casi expulsados del sistema educativo y laboral; hemos sido puestos al margen de la sociedad, por eso necesitamos visibilización”.
*Estudiante de Comunicación Social (USM)

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