Repetición de viejos argumentos y escasa credibilidad predominan en el actual panorama electoral
Luis Vicente León observa que “solo 15% de la población está dispuesta a votar, pero que si se cambian las condiciones electorales, esto subirá a 40%”.
Caracas.- La abstención fue bandera de los llamados partidos de izquierda (PSUV y MIR) durante los años de la época cuando las guerrillas se mantuvieron en su mayor apogeo, desde los gobiernos de Betacourt y Leoni, y hoy con ligeras variantes es estandarte que levantan organizaciones a las que se atribuye una ubicación política de centro y derecha.
“Votar es caer en la trampa del sistema” fue el sentido de la exhortación de la extrema izquierda de entonces; y “votar es hacerle el juego al Gobierno”, la excusa de hoy para quienes adversan la posición oficialista del PSUV.
Las argumentaciones, con sutiles variantes, son las mismas de ambos lados, y las situaciones muy parecidas. Aquella izquierda del inicio de la vida democrática tras la caída de Marcos Pérez Jiménez y la seguida presidencia de Rómulo Betancourt, se dividían entre quienes desde el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) por un lado, manejaban grupos armados (FLN-FALN), tanto en las ciudades como en áreas montañosas, e invitaban a la abstención; y por el otro los que especialmente en años previos al arribo al poder de Rafael Caldera con Copei, como el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y Unión Republicana Democrática (URD) y el MAS elegían la vía electoral con muchas posibilidades de éxito, aunque al final resultaban derrotadas en cuanto a aspiraciones presidenciales; pero llegaban a tener importantes representaciones en el Parlamento, con líderes como Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Freddy Muñoz, Luis Beltrán Prieto Figueróa, Jesús Ángel Paz Galarraga, Salón Meza Espinoza, Moises Moleiro y Ramón Tenorio Sifontes, entre muchos otros.
Pro, contras e intermedios en el debate
Hasta ahora se distinguen tres grupos con posiciones fijadas sobre el proceso electoral convocado por el Consejo Nacional Electoral para el 6 de diciembre próximo: la primera, gubernamental que apoyado en un Tribunal Supremo de Justicia que avala todos sus actos y un CNE predominantemente oficialista, que pregona, como lo asegura el presidente Nicolás Maduro, que “El Sistema de Garantías Electorales de Venezuela es el más completo y perfecto del mundo entero”, e insiste en el argumento presuntamente probatorio de su afirmación que “en Venezuela se ha celebrado 24 elecciones en 19 años”; pero la oposición ha lo ha venido respondiendo que "Cuba es uno de los países del mundo con mayor número de elecciones, siendo una dictadura".
Por el voto también se pronuncian los actores políticos vinculados a organizaciones que se han acercado durante los últimos meses al Gobierno de Maduro (MAS, Avanzada Progresista, Soluciones para Venezuela, El Cambio y Cambiemos), a través de mecanismos de diálogos en la popularmente llamada “mesita”, así como los beneficiarios políticos de la intervención de partidos por el TSJ, Acción Democrática, Primero Justicia Voluntad Popular y Copei, que repiten como justificación que “no votar beneficia al Gobierno” , agregando que la unidad antigubernamental permitió la victoria obtenida en las parlamentarias de 2015. Para estas organizaciones y sus dirigentes, las elecciones se pueden ganar simplemente teniendo representación en todas las mesas electorales, que es “donde se hacen la trampa”.
En la posición contraria figuran lo que queda de los partidos del llamado G-4 intervenidos por el TSJ, con Juan Guaidó y William Dávila, entre otros, que además de repetir en la "necesidad del aumento de la presión externa contra el Gobierno de Maduro", exigen mayores garantías e insisten en situaciones que, de acuerdo con su opinión, invalidan la argumentación gubernamental como: el ventajismo en el uso de los recursos del Estado para sus campañas, el control social a través de mecanismos como el Sistema Patria, los llamados “puntos rojos”, el “arrastre obligado de votantes”, el “robo de las elecciones (citando el caso del estado Bolívar, con la última elección de gobernadores) y el hecho de colocar autoridades paralelas en gobernaciones de estados y alcaldías. cuando el ganadores provienen de la oposición
También observa Datanálisis que el chavismo no ha mencionado la posibilidad de mejorarlas, sino que por el contrario, repiten su afirmación según las cuales, las presentes elecciones parlamentarias son las más “democráticas de nuestra historia”.
gilbertocarreno@gmail.com
“Votar es caer en la trampa del sistema” fue el sentido de la exhortación de la extrema izquierda de entonces; y “votar es hacerle el juego al Gobierno”, la excusa de hoy para quienes adversan la posición oficialista del PSUV.
Las argumentaciones, con sutiles variantes, son las mismas de ambos lados, y las situaciones muy parecidas. Aquella izquierda del inicio de la vida democrática tras la caída de Marcos Pérez Jiménez y la seguida presidencia de Rómulo Betancourt, se dividían entre quienes desde el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) por un lado, manejaban grupos armados (FLN-FALN), tanto en las ciudades como en áreas montañosas, e invitaban a la abstención; y por el otro los que especialmente en años previos al arribo al poder de Rafael Caldera con Copei, como el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y Unión Republicana Democrática (URD) y el MAS elegían la vía electoral con muchas posibilidades de éxito, aunque al final resultaban derrotadas en cuanto a aspiraciones presidenciales; pero llegaban a tener importantes representaciones en el Parlamento, con líderes como Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Freddy Muñoz, Luis Beltrán Prieto Figueróa, Jesús Ángel Paz Galarraga, Salón Meza Espinoza, Moises Moleiro y Ramón Tenorio Sifontes, entre muchos otros.
Pro, contras e intermedios en el debate
Hasta ahora se distinguen tres grupos con posiciones fijadas sobre el proceso electoral convocado por el Consejo Nacional Electoral para el 6 de diciembre próximo: la primera, gubernamental que apoyado en un Tribunal Supremo de Justicia que avala todos sus actos y un CNE predominantemente oficialista, que pregona, como lo asegura el presidente Nicolás Maduro, que “El Sistema de Garantías Electorales de Venezuela es el más completo y perfecto del mundo entero”, e insiste en el argumento presuntamente probatorio de su afirmación que “en Venezuela se ha celebrado 24 elecciones en 19 años”; pero la oposición ha lo ha venido respondiendo que "Cuba es uno de los países del mundo con mayor número de elecciones, siendo una dictadura".
De igual manera el Gobierno se muestra diligente en la búsqueda de observadores de organismos internacionales calificados, para garantizar la “claridad del actual proceso”.
Por el voto también se pronuncian los actores políticos vinculados a organizaciones que se han acercado durante los últimos meses al Gobierno de Maduro (MAS, Avanzada Progresista, Soluciones para Venezuela, El Cambio y Cambiemos), a través de mecanismos de diálogos en la popularmente llamada “mesita”, así como los beneficiarios políticos de la intervención de partidos por el TSJ, Acción Democrática, Primero Justicia Voluntad Popular y Copei, que repiten como justificación que “no votar beneficia al Gobierno” , agregando que la unidad antigubernamental permitió la victoria obtenida en las parlamentarias de 2015. Para estas organizaciones y sus dirigentes, las elecciones se pueden ganar simplemente teniendo representación en todas las mesas electorales, que es “donde se hacen la trampa”.
En la posición contraria figuran lo que queda de los partidos del llamado G-4 intervenidos por el TSJ, con Juan Guaidó y William Dávila, entre otros, que además de repetir en la "necesidad del aumento de la presión externa contra el Gobierno de Maduro", exigen mayores garantías e insisten en situaciones que, de acuerdo con su opinión, invalidan la argumentación gubernamental como: el ventajismo en el uso de los recursos del Estado para sus campañas, el control social a través de mecanismos como el Sistema Patria, los llamados “puntos rojos”, el “arrastre obligado de votantes”, el “robo de las elecciones (citando el caso del estado Bolívar, con la última elección de gobernadores) y el hecho de colocar autoridades paralelas en gobernaciones de estados y alcaldías. cuando el ganadores provienen de la oposición
En una posición intermedia se ubican personalidades como la doctora en derecho, Egée González –Lobato y Andrés Caleca, ambos exfuncionarios de los organismos rectores de las elecciones en Venezuela (el viejo CSE y el actual CNE) quienes vienen promoviendo el razonamiento frente al hecho electoral, favoreciendo la formulación de propuestas concretas, porque según entienden, no se trata solo de abstenerse de sufragar, sino de presentar alternativas claras de lucha. En esta posición se han ubicado principalmente, entre otras, la Iglesia Católica venezolana, a través de sus maximas autoridades, y Fedecámara, en la voz de sus dirigentes.
Eglé González Lobato y Caleca, quienes están convocando a un conservatorio virtual sobre propuestas ciudadanas, para este martes 15, de 4 a 6 de la tarde organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, introdujeron hace un mes un Amparo Constitucional ante el TSJ para solicitar un aplazamiento del actual proceso, por considerar inapropiado el momento para unas elecciones.
León y sus números
Frente a este cuadro destacan los gerentes de encuestadoras prestigiosas con su análisis numéricos sobre las tendencian que observan sus empresas con base en las más recientes consultas públicas. Entre ellos destaca el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, quien este fin de semana advirtió que “solo 15% de la población está dispuesta a votar, pero que si se cambian las condiciones electorales, esto subirá a 40%”.
León y sus números
Frente a este cuadro destacan los gerentes de encuestadoras prestigiosas con su análisis numéricos sobre las tendencian que observan sus empresas con base en las más recientes consultas públicas. Entre ellos destaca el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, quien este fin de semana advirtió que “solo 15% de la población está dispuesta a votar, pero que si se cambian las condiciones electorales, esto subirá a 40%”.
También observa Datanálisis que el chavismo no ha mencionado la posibilidad de mejorarlas, sino que por el contrario, repiten su afirmación según las cuales, las presentes elecciones parlamentarias son las más “democráticas de nuestra historia”.
gilbertocarreno@gmail.com
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