Licencias y poder: quiénes mueven los hilos
Los medios han informado que, en medio de una negociación presupuestaria ajustada en el Congreso, un grupo de legisladores de Florida vio la oportunidad de presionar sobre la política de Trump hacia Venezuela
La revocación de la licencia operativa a Chevron evidencia que muchas veces detrás cada decisión política o económica hay diversos intereses que se entrecruzan, distintos actores que pugnan y contextos que condicionan. En este caso, la medida no responde solamente a la estrategia más amplia de Washington de reinsertar al país en su dispositivo geopolítico, sino que también refleja una batalla corporativa y rivalidades internas.
Más allá del marco general de la política estadounidense hacia Venezuela, factores específicos han influido en esta decisión. ExxonMobil, con su histórica disputa sobre el acceso a los recursos venezolanos, ha jugado un importante papel, al igual que el lobby de Florida, cuyos intereses y presiones han contribuido a definir esta posición de Washington.
RICHARD GRENELL
Al inicio de su segundo mandato, Trump decidió designar a Richard Grenell como enviado especial para Venezuela, lo que expresaba un nuevo enfoque hacia el país. A diferencia de la estrategia de "presión máxima", sus primeros pasos en esta nueva etapa adoptaron un tono más pragmático y moderado. Este cambio podría atribuirse tanto al fracaso de las políticas anteriores como a la necesidad de crear canales de diálogo en lugar de seguir estrategias de cambio de gobierno que habían demostrado ser ineficaces.
FLORIDA
Los medios han informado que, en medio de una negociación presupuestaria ajustada en el Congreso, un grupo de legisladores de Florida vio la oportunidad de presionar sobre la política de Trump hacia Venezuela. Con la mayoría republicana dependiendo de tres o cuatro votos, varios congresistas de Florida aprovecharon para condicionar su apoyo al presupuesto de Trump a cambio de un endurecimiento de las sanciones. Según Axios, su exigencia específica fue la revocación de la licencia de Chevron.
MARCO RUBIO
También hay que considerar que sobre la a dinámica no pesaron solamente y representantes del Congreso. La llegada de Marco Rubio como Secretario de Estado ya había reforzado esta línea de acción.
Marco Rubio considera que Estados Unidos no solo debe proyectar poder hacia América Latina, sino también imponer el destino de la región. Desde hace años, Rubio ha defendido la idea de que un cambio de gobierno en Venezuela tendría un efecto dominó en Cuba, bajo el supuesto de que, sin el respaldo venezolano, el gobierno cubano enfrentará una presión interna que lo conduciría a una transición forzada. En este esquema, cortar el acceso de Venezuela a recursos estratégicos y someter a penurias a la población venezolana formaría parte de una campaña de asfixia más amplia.
EXXONMOBIL
Sin embargo, más allá del peso del lobby cubanoamericano, fue decisiva la actuación de la ExxoxMobil, una de las mayores corporaciones petroleras del mundo, que tuvo presencia en Venezuela desde principios del siglo pasado y se benefició de un modelo que la favorecía.
Su salida en 2007 no fue un simple desacuerdo comercial por la creación de empresas mixtas. Mientras otras compañías, como Chevron, Total, ENI, Statoil, Repsol o Rosneft, aceptaron las nuevas condiciones, ExxonMobil rechazó adaptarse al esquema de mayores ganancias para Venezuela. Más que una decisión empresarial, su retirada marcó el inicio de una confrontación política de largo alcance.
EL ESEQUIBO
ExxonMobil no actúa solo como una empresa petrolera, sino como un instrumento del poder corporativo estadounidense, con un largo historial de intervención y desestabilización en países productores que se remonta a los tiempos de la Standard Oil.
Luego de la salir de Venezuela, la compañía inició operaciones en Guyana a sabiendas de que invertiría en aguas no delimitadas. Durante el primer gobierno de Trump, ExxonMobil logró colocar a su CEO, Rex Tillerson, al frente del Departamento de Estado, desde donde impulsó que altos funcionarios de la ONU desconocieran el Acuerdo de Ginebra.
Un artículo publicado en el Washington Post describió estos movimientos como una represalia deliberada, una especie de “venganza” corporativa y geopolítica.
CHEVRON
El enfrentamiento entre ExxonMobil y Chevron en relación a Venezuela expresa una rivalidad corporativa y estrategias divergentes. Mientras ExxonMobil optó por demandas judiciales y por trabajar para un cambio de gobierno, Chevron optó por mantenerse en Venezuela.
De manera que la revocación de la licencia beneficia a ExxonMobil al reducir la competencia. En esta lógica se inscribe su reciente actuación y la utilización de los llamados cabilderos para influir en la administración Trump y sacar a Chevron de Venezuela.
ENTRAMADO
Las tensiones entre las grandes petroleras, la estrategia de Washington por reafirmar su dominio en la región y la presión de los congresistas cubanoamericanos han tejido un entramado rígido, donde los intereses económicos y políticos se refuerzan mutuamente. En este juego de fuerzas, la población venezolana queda atrapada en una dinámica de sanciones y restricciones que, lejos de ofrecer soluciones a los problemas del país, termina por agravarlos. La ecuación que se quiere imponer es: "o ceden, o se hunden".
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