Venezuela rechaza declaraciones "injerencistas" de Alto Comisionado de la ONU por los DDHH
A través de un comunicado publicado en la página web de la Cancillería, el Gobierno manifestó su rechazo a las declaraciones de Zeid Ra'ad Al Hussein, quien afirmó que en Venezuela "no existen las condiciones mínimas" para llevar adelante un proceso electoral justo, libre y transparente
Caracas.- La República Bolivariana de Venezuela, en un comunicado de la Cancillería, manifestó su rechazo contundente a las declaraciones "injerencistas" del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, por constituir un quebrantamiento de las normas y principios que deben regir su actuación.
"El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente que el Alto Comisionado pretenda juzgar los procesos electorales que se desarrollan en el país, sin disponer de mandato ni competencia alguna para ello, en perjuicio de las grandes mayorías e incluso los sectores de la oposición política que están decididos a dirimir sus diferencias mediante el ejercicio democrático y legítimo del derecho al voto", recalca la misiva publicada en el portal web de la Cancillería.
Dichas declaraciones en relación con la democracia y la vigencia de los derechos humanos en el país surgieron tras un encuentro Al Hussein y representantes de algunos sectores de la oposición venezolana, reseñó AVN.
"La libertad de expresión, opinión, asociación y asamblea pacífica están siendo reprimidas y severamente restringidas. Mi oficina ha recibido informes creíbles de cientos de asesinatos extrajudiciales en años recientes, durante las protestas y en las operaciones de seguridad", declaró el alto comisionado de la ONU.
"Estoy seriamente preocupado porque en este contexto no se cumplen de ninguna manera las mínimas condiciones para unas elecciones libres y creíbles", añadió.
A continuación comunicado íntegro:
La República Bolivariana de Venezuela repudia las infundadas e irresponsables afirmaciones realizadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, en relación con la democracia y la vigencia de los derechos humanos en el país.
Una vez más, el Alto Comisionado vulnera flagrantemente las normas y principios que deben regir su actuación, procediendo a fijar posición sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela de una manera selectiva, subjetiva y altamente politizada y parcializada.
Desde el comienzo de su mandato, el señor Al Hussein ha hipotecado la majestad del cargo que representa para colocarlo al servicio de la estrategia de agresión permanente que se desarrolla contra la República Bolivariana de Venezuela. No es casualidad que cada declaración del Alto Comisionado esté precedida por un encuentro con representantes de los sectores más extremos y antidemocráticos de la oposición venezolana.
En esta ocasión, en su desesperada obsesión contra Venezuela, el Alto Comisionado formula juicios de valor que resultan claramente desmentidos por los informes y opiniones del Experto Independiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Alfred de Zayas, quien visitó recientemente el país y recabó libremente en el terreno amplia información sobre la real situación de la democracia y los derechos humanos en Venezuela, desmontando la tesis de la supuesta crisis humanitaria.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente que el Alto Comisionado pretenda juzgar los procesos electorales que se desarrollan en el país, sin disponer de mandato ni competencia alguna para ello, en perjuicio de las grandes mayorías e incluso los sectores de la oposición política que están decididos a dirimir sus diferencias mediante el ejercicio democrático y legítimo del derecho al voto.
La complicidad del Alto Comisionado con la acometida multiforme que está en marcha contra Venezuela resulta grosera. Por ello, guarda silencio cómplice frente al negativo impacto generado en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales por las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos de América y sus serviles aliados en la región y en el mundo. Con esta actitud, se colca al margen de los postulados emanados de la Declaración y Programa de Acción de Viena, así como de la resolución que dio origen al Consejo de Derechos Humanos, haciendo un uso político del tema de los derechos humanos para imponer una visión anacrónica y unívoca del mundo.
La República Bolivariana de Venezuela reitera su compromiso ineludible con los derechos humanos en los términos establecidos en la Constitución venezolana y los tratados internacionales válidamente suscritos y ratificados por la República, así como su compromiso de seguir cooperando con el Consejo de Derechos Humanos y demás órganos del sistema de Naciones Unidas.