La Eurocámara sella el porvenir de Reino Unido fuera de la UE en una sesión emotiva
Por 621 votos a favor, 49 en contra y 13 abstenciones, la Eurocámara allanó el camino hacia una salida ordenada del Reino Unido que seguirá respetando las reglas europeas
Bruselas.- Los eurodiputados ratificaron este miércoles el acuerdo de retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE), sellando el primer divorcio en la historia del bloque, en una sesión marcada por las lágrimas y las despedidas a dos días del Brexit.
"Sólo en la agonía de la separación miramos en la profundidad del amor", dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que citó a la poeta británica George Eliot. "Siempre te amaremos y nunca estaremos lejos", agregó, informó AFP.
Por 621 votos a favor, 49 en contra y 13 abstenciones, la Eurocámara allanó el camino hacia una salida ordenada del Reino Unido que seguirá respetando las reglas europeas durante un período de transición hasta finales de año.
Cuando el voto favorable se daba por hecho, el protagonismo recayó en los diputados británicos que, a las 23H00 GMT del viernes, dejarán de serlo, especialmente en Nigel Farage para quien es "un punto de no retorno". "Nunca volveremos".
Para su última intervención en la Eurocámara, Farage, defensor del Brexit, crispó de nuevo el ambiente con un duro discurso y poniendo sobre su banca una bandera británica, contra las normas de la Eurocámara.
Las palabras de las fuerzas europeístas fueron sin embargo de cariño hacia los ciudadanos del Reino Unido. "Si los británicos deciden volver, nuestros brazos estarán abiertos", aseguró la jefa de filas de los socialistas, Iratxe García.
Fue recurrente la frase: "No es un adiós, es un hasta luego" durante toda la jornada. "Mantengamos el sueño vivo, sobre todo para los jóvenes", aseguró la eurodiputada británica ecologista, Molly Scott-Cato, antes de romper en lágrimas.
Tras la votación, los eurodiputados europeístas se abrazaron y empezaron a cantar a capela "Auld Lang Syne", una popular canción escocesa entonada en momento solemnes como despedidas.
A diferencia de los partidarios del Brexit, las instituciones europeas mantienen perfil bajo. La firma oficial del acuerdo el viernes por los presidentes de la Comisión y el Consejo europeos se hizo de madrugada y sin periodistas.
La Eurocámara parece seguir la misma línea. La retirada de la bandera británica no contará con una ceremonia oficial, aunque "se hará con toda la dignidad necesaria", aseguró una vocera, precisando que un ejemplar de la 'Union Jack' se conservará en la Casa de la Historia Europea.
"Sólo en la agonía de la separación miramos en la profundidad del amor", dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que citó a la poeta británica George Eliot. "Siempre te amaremos y nunca estaremos lejos", agregó, informó AFP.
Por 621 votos a favor, 49 en contra y 13 abstenciones, la Eurocámara allanó el camino hacia una salida ordenada del Reino Unido que seguirá respetando las reglas europeas durante un período de transición hasta finales de año.
Cuando el voto favorable se daba por hecho, el protagonismo recayó en los diputados británicos que, a las 23H00 GMT del viernes, dejarán de serlo, especialmente en Nigel Farage para quien es "un punto de no retorno". "Nunca volveremos".
Para su última intervención en la Eurocámara, Farage, defensor del Brexit, crispó de nuevo el ambiente con un duro discurso y poniendo sobre su banca una bandera británica, contra las normas de la Eurocámara.
Las palabras de las fuerzas europeístas fueron sin embargo de cariño hacia los ciudadanos del Reino Unido. "Si los británicos deciden volver, nuestros brazos estarán abiertos", aseguró la jefa de filas de los socialistas, Iratxe García.
Fue recurrente la frase: "No es un adiós, es un hasta luego" durante toda la jornada. "Mantengamos el sueño vivo, sobre todo para los jóvenes", aseguró la eurodiputada británica ecologista, Molly Scott-Cato, antes de romper en lágrimas.
Tras la votación, los eurodiputados europeístas se abrazaron y empezaron a cantar a capela "Auld Lang Syne", una popular canción escocesa entonada en momento solemnes como despedidas.
A diferencia de los partidarios del Brexit, las instituciones europeas mantienen perfil bajo. La firma oficial del acuerdo el viernes por los presidentes de la Comisión y el Consejo europeos se hizo de madrugada y sin periodistas.
La Eurocámara parece seguir la misma línea. La retirada de la bandera británica no contará con una ceremonia oficial, aunque "se hará con toda la dignidad necesaria", aseguró una vocera, precisando que un ejemplar de la 'Union Jack' se conservará en la Casa de la Historia Europea.
"No dejamos Europa"
El Reino Unido se encamina a poner fin a 47 años de tumultuosa relación el próximo viernes. Su embajador ante la UE, Tim Barrow, presentó en la mañana el documento formal de ratificación y solo queda completar el trámite del lado europeo.
La marcha, en virtud de un referéndum de 2016, da la puntilla a una UE que superó, aunque no indemne, una crisis económica y otra migratoria en los últimos años y que fía su porvenir a políticas de crecimiento "verde" y mayor control de sus fronteras.
"Aunque dejemos las instituciones de la UE, no dejamos Europa", dijo el martes en Bruselas el secretario de Estado británico Christopher Pincher, abogando por una "cooperación amistosa" basada "en un acuerdo de libre comercio".
Con el divorcio encaminado, la atención se centra en el acuerdo sobre la futura relación, especialmente comercial, que ambas partes deberán cerrar para finales de 2020, cuando termina el período de transición previsto.
Pero, con su retirada de la UE, el Reino Unido recupera también su libertad para negociar acuerdos comerciales con terceros países, como el Estados Unidos de Donald Trump que ya ha puesto los ojos en su aliado transatlántico.
Washington, cuyo jefe de la diplomacia Mike Pompeo viajó este miércoles al Reino Unido, convirtió en una prioridad cerrar un acuerdo comercial con el gobierno británico de Boris Johnson en 2020, generando recelos en la UE.
La relación a ambos lados del Canal de la Mancha no será la misma, advirtió el negociador europeo Michel Barnier: "Sea cual sea el acuerdo que alcancemos... el Brexit será siempre una operación destinada a limitar los daños".
El Reino Unido se encamina a poner fin a 47 años de tumultuosa relación el próximo viernes. Su embajador ante la UE, Tim Barrow, presentó en la mañana el documento formal de ratificación y solo queda completar el trámite del lado europeo.
La marcha, en virtud de un referéndum de 2016, da la puntilla a una UE que superó, aunque no indemne, una crisis económica y otra migratoria en los últimos años y que fía su porvenir a políticas de crecimiento "verde" y mayor control de sus fronteras.
"Aunque dejemos las instituciones de la UE, no dejamos Europa", dijo el martes en Bruselas el secretario de Estado británico Christopher Pincher, abogando por una "cooperación amistosa" basada "en un acuerdo de libre comercio".
Con el divorcio encaminado, la atención se centra en el acuerdo sobre la futura relación, especialmente comercial, que ambas partes deberán cerrar para finales de 2020, cuando termina el período de transición previsto.
Pero, con su retirada de la UE, el Reino Unido recupera también su libertad para negociar acuerdos comerciales con terceros países, como el Estados Unidos de Donald Trump que ya ha puesto los ojos en su aliado transatlántico.
Washington, cuyo jefe de la diplomacia Mike Pompeo viajó este miércoles al Reino Unido, convirtió en una prioridad cerrar un acuerdo comercial con el gobierno británico de Boris Johnson en 2020, generando recelos en la UE.
La relación a ambos lados del Canal de la Mancha no será la misma, advirtió el negociador europeo Michel Barnier: "Sea cual sea el acuerdo que alcancemos... el Brexit será siempre una operación destinada a limitar los daños".
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