Bolívar escritor
La Real Academia de la Lengua Española ha citado en ocasiones frases de Bolívar como modelo de ejemplar literatura. De la misma manera, ha publicado trabajos en los cuales se rinde testimonio al héroe por su: “elocuencia fogosa”
Encontrábase Bolívar en el Ecuador durante el mes de octubre de 1822. Luego de varias actividades administrativas en los primeros días, se dispuso marchar hacia Loja.
El día 4, arribó al pueblo de Cumbe; de allí siguió a Xima donde fue recibido; estuvo en Nabon donde el Cabildo le rindió homenaje; pasó a Oña, a Sagaguro y a las Juntas, hasta que el día 10 pudo entrar en aquella ciudad.
En Loja, una legua antes, fue recibido por el pueblo y el Cabildo con un: “placer inexplicable”. “El ilustre Cabildo con el señor Gobernador a la cabeza, las comunidades reunidas, y las personas visibles del pueblo salieron al encuentro de S.E. una legua antes de verse la ciudad…”, nos refiere OʾLeary en sus célebres: “Memorias”.
En medio del regocijo cívico, el día 13, asistieron el Libertador con su Estado Mayor a un Te-Deum. En la noche, luego de haber sido visitado por las damas de la ciudad, se realizó un animado baile que duró hasta avanzadas horas. En el transcurso de ese día grato para él entre tantas celebraciones, Bolívar escribió su reconocido texto literario titulado: “Mi Delirio sobre el Chimborazo”.
El alma superior de Bolívar se admiró con esa magnífica cumbre apreciando en ella todo su esplendor y simbolismo. Su fecunda imaginación hizo un viaje a la cima intentado proseguir los pasos de Humboldt y más allá, si era posible, hasta dominar: “las sienes excelsas del dominador de los Andes”.
Su escrito representa un diálogo imaginario con el eterno tiempo. Vanidoso, tal vez, Bolívar le expresó como los siglos, la historia, la tierra: “… se ha allanado a los pies de Colombia” por su lucha sinigual por la libertad de las naciones.
El tiempo lo increpó, lo retó y le respondió: “¿Crees que es algo vuestro universo?”. Sin embargo, Bolívar defendió su obra, el haberse sobrepuesto a todas las desgracias porque, tal y como afirmara: “He pasado a todos los hombre en fortuna…”, en la fortuna de gloria.
El tiempo en su dimensión extraordinaria, le concedió mirar desde lo alto todo aquel universo físico y moral encargándole la sublime tarea de mostrarlo a los hombres.
Los anales de nuestra literatura hispana tiene en Bolívar uno de sus admirables ejemplos, no por la extensión de la obra poética sino por la calidad de la misma. Autor mayoritariamente de textos militares y políticos, sin embargo, sus proclamas, sus cartas y discursos se distinguen por su elevado estilo y contenido como orador y prosista.
Como bien lo señaló Mario Briceño Irragorri, en nuestra literatura patria varios textos del Libertador sobresalen, entre ellos: “Mi Delirio sobre el Chimborazo” y el: “Resumen de la Vida del General Sucre”.
Otras obras suyas son referencia acabada del correcto e inspirado estilo: el: “Manifiesto de Cartagena”, la: “Carta de Jamaica”, y el: “Discurso al Congreso de Angostura”, su: “Mensaje al Congreso Admirable”, forman parte de lo mejor de nuestra escritura política y patriótica.
Sus proclamas son elevado ejemplo de la literatura militar al que, sin superarlo, se acercó Napoleón.
Sus cartas de amor a Manuela son un modelo sublime de la literatura romántica.
Al mismo tiempo, en sus comunicaciones privadas encontramos la expresión íntima de sus pensamientos, sentimientos, elevados conceptos propios de su gran elocuencia, tal y como son la proclama dirigida a las matronas del Socorro; su misiva a su tío Esteban sobre Caracas; a su maestro don Simón Rodríguez luego de varios años; aquella hermosa carta a Revenga en la que indicó: “No tengo más que un corazón para amarlos y una espada para defenderlos”; y aquella dirigida a Páez, que ya amenazaba y comenzaba como tantos otros sus hechos de autoritarismo, y en la que le amonestó no ofender a Caracas y a la República.
La Real Academia de la Lengua Española ha citado en ocasiones frases de Bolívar como modelo de ejemplar literatura. De la misma manera, ha publicado trabajos en los cuales se rinde testimonio al héroe por su: “elocuencia fogosa”.
En un estudio publicado por la RAE, el inglés Tomás Macaulay expresó que: “El título de Libertador no pudo borrar en Bolívar su condición española”, visto en la cabal expresión de la grandeza hispana aquí y allá del otro lado del Atlántico testigo del portento de nuestra raza, de la dimensión de nuestros logros, de la riqueza de nuestra civilización, que en su caso también se extendió a la literatura y la oratoria como ningún otro militar lo hiciera.
Se cumplen 200 años de: “Mi Delirio sobre el Chimborazo” redactado el 13 de octubre de 1822, composición original que demuestra el genio del Libertador: múltiple, singular, excepcional como escritor también para gloria de su nombre inmortal.
jfd599@gmail.com
El día 4, arribó al pueblo de Cumbe; de allí siguió a Xima donde fue recibido; estuvo en Nabon donde el Cabildo le rindió homenaje; pasó a Oña, a Sagaguro y a las Juntas, hasta que el día 10 pudo entrar en aquella ciudad.
En Loja, una legua antes, fue recibido por el pueblo y el Cabildo con un: “placer inexplicable”. “El ilustre Cabildo con el señor Gobernador a la cabeza, las comunidades reunidas, y las personas visibles del pueblo salieron al encuentro de S.E. una legua antes de verse la ciudad…”, nos refiere OʾLeary en sus célebres: “Memorias”.
En medio del regocijo cívico, el día 13, asistieron el Libertador con su Estado Mayor a un Te-Deum. En la noche, luego de haber sido visitado por las damas de la ciudad, se realizó un animado baile que duró hasta avanzadas horas. En el transcurso de ese día grato para él entre tantas celebraciones, Bolívar escribió su reconocido texto literario titulado: “Mi Delirio sobre el Chimborazo”.
El alma superior de Bolívar se admiró con esa magnífica cumbre apreciando en ella todo su esplendor y simbolismo. Su fecunda imaginación hizo un viaje a la cima intentado proseguir los pasos de Humboldt y más allá, si era posible, hasta dominar: “las sienes excelsas del dominador de los Andes”.
Su escrito representa un diálogo imaginario con el eterno tiempo. Vanidoso, tal vez, Bolívar le expresó como los siglos, la historia, la tierra: “… se ha allanado a los pies de Colombia” por su lucha sinigual por la libertad de las naciones.
El tiempo lo increpó, lo retó y le respondió: “¿Crees que es algo vuestro universo?”. Sin embargo, Bolívar defendió su obra, el haberse sobrepuesto a todas las desgracias porque, tal y como afirmara: “He pasado a todos los hombre en fortuna…”, en la fortuna de gloria.
El tiempo en su dimensión extraordinaria, le concedió mirar desde lo alto todo aquel universo físico y moral encargándole la sublime tarea de mostrarlo a los hombres.
Los anales de nuestra literatura hispana tiene en Bolívar uno de sus admirables ejemplos, no por la extensión de la obra poética sino por la calidad de la misma. Autor mayoritariamente de textos militares y políticos, sin embargo, sus proclamas, sus cartas y discursos se distinguen por su elevado estilo y contenido como orador y prosista.
Como bien lo señaló Mario Briceño Irragorri, en nuestra literatura patria varios textos del Libertador sobresalen, entre ellos: “Mi Delirio sobre el Chimborazo” y el: “Resumen de la Vida del General Sucre”.
Otras obras suyas son referencia acabada del correcto e inspirado estilo: el: “Manifiesto de Cartagena”, la: “Carta de Jamaica”, y el: “Discurso al Congreso de Angostura”, su: “Mensaje al Congreso Admirable”, forman parte de lo mejor de nuestra escritura política y patriótica.
Sus proclamas son elevado ejemplo de la literatura militar al que, sin superarlo, se acercó Napoleón.
Sus cartas de amor a Manuela son un modelo sublime de la literatura romántica.
Al mismo tiempo, en sus comunicaciones privadas encontramos la expresión íntima de sus pensamientos, sentimientos, elevados conceptos propios de su gran elocuencia, tal y como son la proclama dirigida a las matronas del Socorro; su misiva a su tío Esteban sobre Caracas; a su maestro don Simón Rodríguez luego de varios años; aquella hermosa carta a Revenga en la que indicó: “No tengo más que un corazón para amarlos y una espada para defenderlos”; y aquella dirigida a Páez, que ya amenazaba y comenzaba como tantos otros sus hechos de autoritarismo, y en la que le amonestó no ofender a Caracas y a la República.
La Real Academia de la Lengua Española ha citado en ocasiones frases de Bolívar como modelo de ejemplar literatura. De la misma manera, ha publicado trabajos en los cuales se rinde testimonio al héroe por su: “elocuencia fogosa”.
En un estudio publicado por la RAE, el inglés Tomás Macaulay expresó que: “El título de Libertador no pudo borrar en Bolívar su condición española”, visto en la cabal expresión de la grandeza hispana aquí y allá del otro lado del Atlántico testigo del portento de nuestra raza, de la dimensión de nuestros logros, de la riqueza de nuestra civilización, que en su caso también se extendió a la literatura y la oratoria como ningún otro militar lo hiciera.
Se cumplen 200 años de: “Mi Delirio sobre el Chimborazo” redactado el 13 de octubre de 1822, composición original que demuestra el genio del Libertador: múltiple, singular, excepcional como escritor también para gloria de su nombre inmortal.
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