El fuego ha acompañado al hombre desde los orígenes de su historia. Dominarlo quizá fue uno de los primeros hitos de la humanidad. Le permitió a la naciente civilización conservar alimentos, calentar sus cuerpos de las inclemencias del clima, darle iluminación en las oscuras noches y protegerlo. Pero todo tiene su lado oscuro y el fuego se convirtió en arma, era la herramienta de la destrucción y de la muerte.
Por sus efectos es un gran instrumento y gracias a su poder también ha sido usado como herramienta para desaparecer lo que se quiere mantener oculto.

La hoguera del horror
Las historias de muertes de niños arrasados por las llamas se acumulan a lo largo de los años en una interminable sucesión de incendios que como un animal cebado cada cierto tiempo regresa por más víctimas, por más sacrificios.
Ejemplo de ello son los casos que presentaremos a continuación:
La víspera de la Navidad de 2021, cinco hermanitos, cuatro niñas y un niño con edades de uno y seis años, estaban en su casa, una vivienda de palmas y láminas de latón, ubicada en el barrio Corozal de Guasdualito, estado Apure.
Habían pasado todo el día y parte de la noche jugando. Sus padres los acostaron a dormir y salieron de la casa… “a comprar comida”, dijeron.
Pocos minutos más tarde un incendio se desató. Los cinco niños murieron devorados por las llamas, sus vecinos no pudieron hacer nada por rescatarlos. Sus gritos son recordados, al igual que los cinco cadáveres carbonizados que marcaron las navidades de ese año.
El 25 de agosto de 2022, dos hermanos de dos y cinco años de edad murieron carbonizados en su dormitorio. El supuesto cortocircuito de un ventilador, desató el infierno en la vivienda ubicada en la novena escalera del Barrio Primero de Mayo de El Cementerio, Caracas. La madre de los niños había salido a buscar agua y había puesto dos candados en la puerta de la vivienda, fue imposible rescatar a los dos hermanos. Seis meses más tarde Sacharit Yeraldin Escalona Díaz, de 24 años de edad, madre de los niños, fue detenida y presentada ante los tribunales.
El 19 de enero de 2023 otro incendio terminó matando a Beiker García, de seis años, y a su hermano Keiber García, de cuatro, en el barrio Táchira, en el kilómetro 7 de la vía hacia El Junquito en Caracas.
En esta oportunidad Brenda García, madre de los niños, encendió la cocina para preparar la cena y se desató el fuego. Los vecinos rescataron a la mujer y a un hombre de 64 años, los niños que estaban en un cuarto no pudieron ser rescatados y murieron quemados.
El 15 de febrero de 2023 la historia se repetía, tres niños: Johandri Yoelvis Quijada Andradez (dos), Alexander José Álvarez Andradez (cinco) y Junior Alexander López Andradez (siete) murieron quemados en su casa, en la población de Santa Fe,ubicada en la carretera nacional Cumaná-Puerto la Cruz. Un ventilador habría desatado un incendio, los niños murieron abrazados por las llamas, su mamá estaba en una fiesta cuando se desataron las llamas, y hoy está detenida.
Apenas una semana más tarde, el 22 de febrero otro incendio, esta vez en Petare, las víctimas Ana Victoria Rubio, de 30 años de edad, y sus hijos de 11 y ocho años, quienes supuestamente dormían cuando se desató el incendio. Luego se descubrió que Ana y sus hijos habían sido asesinados por María Gregoria Rubio Rubio, hermana de Ana y amante de su esposo, el móvil: Celos.

Entendiendo el dolor
Comprender el sufrimiento que imprime el fuego en una persona nos permite sensibilizarnos sobre lo terrible que es utilizarlo como arma para cometer crímenes.
Quedar atrapado en el fuego, provocará una reacción de miedo atroz y causará dolor terrible en quien lo padezca. Todo el cuerpo será atacado por las llamas y el sufrimiento será tremendamente doloroso; el simple hecho de respirar será un infierno. El aire caliente quemará y afectará el área por donde pase, hará colapsar los pulmones y provocará asfixia.
El cuerpo expuesto al calor experimenta una serie de efectos: En el primer grado, tendrá enrojecimientos y ardor, el área afectada será la epidermis. Sentirá dolor de débil a moderado, sufrirá lesiones que se curarán en tres días.
El daño de las quemaduras de segundo grado serán mayores, la epidermis y la dermis resultarán dañadas. El dolor será intenso en la medida que el daño sea más extenso y profundo, se producirán ampollas, a mayor daño, más dolor. El afectado se deshidrata. Las quemaduras más profundas dejarán cicatrices.
En el tercer grado el daño se extiende a la capa grasa del cuerpo, ataca músculos, tendones y nervios, por lo que el afectado puede sentir entumecimiento de las áreas quemadas, las lesiones son graves y requieren atención médica inmediata, su extensión puede comprometer la vida del individuo, su recuperación es sumamente dolorosa y lenta.
Las quemaduras pueden escalar al cuarto, quinto y sexto grado por su gravedad y qué las causa, como el ácido o la radiación y son físicamente destructivas y potencialmente mortales.
A juicio del criminólogo y profesor universitario Luis Izquiel, los sobrevivientes de quemaduras graves, tienen delante de sí meses de dolorosa recuperación, muchos requerirán de terapia física y psicológica para volver a la normalidad, así como para entenderse y aceptar su nuevo yo.

Complementaria
Ocultar el crimen
El profesor Izquiel, señala que el uso del fuego como arma deja en evidencia los niveles de descomposición social, así como de la pérdida de los valores familiares y humanos que hay en Venezuela.
“Que los victimarios incendien los cuerpos de personas que asesinaron tiene el claro objetivo de afectar la investigación para tratar de ocultar la causa de la muerte, aunque no saben que con posterioridad la autopsia debe arrojar la verdadera causa de la muerte. Si a una persona la asesinaron a golpes, con cuchillo y luego queman el cuerpo, la autopsia determinará la causa de la muerte y si murió antes del fuego”
La otra razón podría ser que “haya un ensañamiento contra las víctimas y además de asesinarla, de la forma que sea, entonces también atacan a los cadáveres como una forma de expresar el odio”.