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Coraima Torres: “Quiero interpretar a mujeres que se equivocan”

La actriz venezolana participa desde su casa en Bogotá en la obra “A 2.50 la Cubalibre”.

  • DULCE MARÍA RAMOS

24/11/2020 01:00 am

Desde hace veinticinco años, Coraima Torres vive con su familia en Bogotá, ciudad de la que ha aprendido a querer sus cielos grises y su eterno llover, a pesar de que nació y se crió en Valencia, estado Carabobo, con su calor y sus playas.

La actriz ha tenido la oportunidad de trabajar en muchos países gracias a la fama internacional que le dio Kassandra, telenovela que protagonizó junto a Osvaldo Ríos y que fue escrita por Delia Fiallo. Hasta el día de hoy, Torres recuerda con cariño a esa chica gitana y las grabaciones en el circo cuando cuidaba a los elefantes y a los tigres.

Después de culminar su participación en la serie El señor de los cielos, se preparaba para el estreno de la pieza teatral Duda, que se iba a presentar en el Teatro Nacional de Bogotá, pero el montaje fue suspendido por la pandemia del Covid-19: “Estos meses han sido una montaña rusa. Un día me levanto optimista, otro día no. Había empezado el año muy contenta porque llegué de México e iba hacer la obra; estuvimos tres meses ensayando y hasta hicimos un preestreno. Fue triste. Sin embargo, me llamó Marisela Berti y surgió la oportunidad de interpretar a una prostituta en la obra A 2.50 la Cubalibre”.

Así es que cada sábado, desde el cuarto de La Sabrosa, lugar que acondicionó en la biblioteca de su casa, y con su celular, se puede ver a Torres en un papel muy distinto, pero reencontrándose con sus seguidores, especialmente con el público venezolano que bien la conoce.

“Es un reto actuar frente a un celular y trabajar con un director, Luis Fernández, que no está a tu lado, pero sí está muy cerca. Además, hacer teatro online me ha permitido involucrarme más en todo el proceso, desde la construcción del personaje y el vestuario, hasta en la preparación del escenario”, comenta.

-Usted interpretó una de las protagonistas de telenovelas más emblemáticas de la televisión venezolana en los años noventa.
-Kassandra fue la imagen de una Venezuela posible y por eso las personas la recuerdan. A pesar de vivir fuera, yo sé lo que está pasando en mi país, pero si quiero rescatar algo para contarle a mi hijo o a mi gente, rescato a mi Venezuela: el país donde las cosas sucedían, la ciudad y las calles donde me crié, las playas que visité y esa televisión que me formó.

“Recuerdo que en Bosnia pedían que pararan los bombardeos a las instalaciones eléctricas por una hora para que la gente pudiera ver la telenovela, era una hora de paz. Kassandra fue un fenómeno, aún sigo recibiendo demostraciones de afecto”, agrega.

-Sin embargo, ahora las telenovelas no logran tener el mismo impacto.
-Hoy, las historias de amor las contamos diferente. Las nuevas generaciones ven el amor distinto, como un complemento en su vida. Estas telenovelas siguen gustando porque te dicen que el amor sí existe en un mundo lleno de desencuentros por la globalización, por todo lo que estamos viviendo; además, rechazamos todo lo romántico o nuestros sentimientos.

-Ha tenido una larga trayectoria como actriz, ¿qué personajes le interesaría desarrollar ahora?
-Quiero interpretar a mujeres que se equivocan y que asumen las responsabilidades de sus acciones. Para mí es importante encarnar a mujeres que digan cosas: buenas, malas, regulares. Mujeres que son grises, que se contradicen, que no están buscando ser heroínas ni ejemplos de nada.

-¿Y usted en qué se ha equivocado?
-Vivo equivocándome y espero equivocarme más. No quisiera cambiar ninguno de los errores que he cometido, lo que quiero es que no se me olviden, ni volverlos a cometer. Si me piden retroceder el tiempo lo único que cambiaría sería poder despedirme de mi mamá.

-Lleva muchos años viviendo en Colombia, ¿cómo ha visto el tema de la xenofobia?
-Vivimos en un mundo lleno de miedos, estamos asustados ante lo desconocido. Es cierto que a Colombia han llegado muchos venezolanos, pero el venezolano no sale para buscar un futuro, sale para buscar un presente que no tiene en su país. Además, se va sin la posibilidad de poder regresar. El venezolano sale a trabajar y también ha recibido la ayuda del colombiano en un país que no es fácil. Por otra parte, la delincuencia no tiene nacionalidad, no se debe incurrir en ese error, debería ganar la tolerancia y no la xenofobia. Mañana veremos que esta unión cultural será beneficiosa y que Colombia será un mejor país.

-Algo que llama la atención de sus seguidores es su interés por la literatura.
-Mi mamá era profesora de literatura y mi hijo se va a graduar de literato. En mi casa leemos por cariño y gusto por la lectura. Claro, cuando me ha tocado viajar y estar lejos de mi familia, mis amigos han sido los libros. En cuanto a mi hijo, él se crío dentro de los estudios de televisión y en las salas de teatro, pensé que iba a ser músico porque le gusta el piano. Sin embargo, decidió estudiar Literatura y terminó siendo el que me recomienda libros y me muestra una literatura venezolana que no conocía, me refiero a la nueva, de esos autores que tuvieron que emigrar. Mi hijo disfruta lo que estudia, y yo me siento bendecida. Ahora está escribiendo una obra de teatro que será su tesis.

-¿En algún momento su hijo se sintió incómodo por tener unos padres famosos?
-Mi hijo siempre ha sido muy diferente a nosotros y muy independiente. Siempre tuvo un mundo muy personal. Nunca hubo un reclamo como tal, pero sí un respeto a los espacios. En el colegio, por ejemplo, sí era una calamidad que nosotros fuéramos porque la atención se distorsionaba. Uno aprende a lidiar con esa independencia que tu hijo te está pidiendo. Además, siempre le dije lo importante de mi trabajo y que me tocaba viajar mucho. Yo quería ser una buena madre y también una persona productiva, no que la vida me cambiara por tener un hijo. Por eso, mantuve alejado a mi hijo de los medios.

-Siempre ha sido muy reservada con su vida privada.
-Si bien mi trabajo me expone, mi vida es normal y corriente, es poco interesante. Lo que sí quiero que sea interesante es mi trabajo, mis personajes.

-¿Cómo ha visto los cambios que se han producido en el género?
-Nosotras hemos normalizado muchas cosas y no debemos hacerlo, necesitamos ser más unidas y solidarias. Poco a poco, las mujeres estamos tomando más partido, además de ser respetadas por lo que hacemos, pero es importante que en este proceso los hombres nos acompañen para poder ir rompiendo todos esos esquemas. Por fortuna, las nuevas generaciones ya están creciendo con otros patrones.

-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Coraima Torres?
-A través del afecto. No hay reglas para ver las cosas, la única forma de verlas es con amor, solo así puedes manejar lo bueno o lo malo en la vida.

@DulceMRamosR



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