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La música es la protesta de Chile

Yorka, Ana Tijoux, Juana Fe y muchos artistas chilenos más continúan hoy un legado musical heredado de antecesores como Violeta Parra: el de alzarse ante el descontento social a través de sus canciones

  • LUCÍA ROJAS OLIVIER

11/10/2020 01:00 am

Desde hace décadas se viene formando un movimiento que vincula la protesta con la música y el quehacer artístico en Chile. Sea éste de contenido social o político, los artistas de las viejas y nuevas generaciones se muestran comprometidos con el llamado a defender sus derechos y los de sus conciudadanos, sabiendo que la influencia que puedan tener es un aporte al servicio de las personas. Así lo expresan varios de esos embajadores de la música actual del país sudamericano. 

El año pasado con el desallorro de manifestaciones sociales en diversas ciudades del territorio chileno, el bajista y fundador de la banda local Juana Fe, Jaime Concha, quiso relatar cómo esa cultura de la protesta y la música está tan fuertemente ligada a la idiosincrasia del chileno desde las décadas de los 60 y 70, siendo él un activista de esos movimientos.

“La tradición musical en Chile hace que nosotros los músicos siempre salgamos cuando hay problemáticas sociales o políticos, como uno más con la gente. La raíz de ello se fundamenta muchos años atrás, cuando se fraguó el que quizás haya sido el movimiento más importante a nivel musical en este país, comandado por artistas como Violeta Parra o Víctor Jara, llamado 'La nueva canción chilena'. Ese movimiento se creó justo cuando empezó a existir la migración del campo hacia la ciudad y ésta comenzó a cambiar las raíces folclóricas, cantando sobre las desavenencias que enfrentaban las personas cuando se iban a habitar las ciudades", relata Concha en un video del canal de Youtube, Shock.



Para él y otros colegas, fue Violeta Parra la impulsora de la música popular de protesta en Chile. La poeta, compositora y cantante creó un canto político que no fue más que la expresión profunda de sus convicciones e ideales, convertidos en protesta.

Lo anterior provocó que esa manifestación artística tuviese una importante participación en las campañas políticas de presidentes como Salvador Allende o sus sucesores, trascendiendo en el tiempo hasta convertirse en himnos, en parte indisoluble de la propia cultura chilena.

¿Cómo han dado continuidad las nuevas generaciones de artistas a ese legado nacido en un Chile acosado por dictaduras militares?

Varios de esos exponentes actuales han dado muestras de que en sus raíces anida esa herencia, y hoy día es muy común ver como muchos músicos participan abiertamente en el debate de temas sociopolíticos en los medios de comunicación, y crean canciones que hablan libremente sobre esos conflictos.

Tal es el caso de la rapera y compositora Ana Tijoux, quien siempre se ha mostrado activista y feminista, y sus letras han servido de vehículo para cuestionar el establishment y sumarse a la rebeldía que toma cuerpo en las calles de, por ejemplo, Santiago. Con su último sencillo Cacerolazo, hace alusión al reciente estallido social que hubo en el país y en el que incluye consignas populares escuchadas en ese momento. “Quema, despierta, renuncia Piñera… Cucharas de palo frente a tus balazos y al toque de queda, cacerolazo”, dice una de las estrofas del tema.



Otro ejemplo de este resurgimiento de la música de consignas y letras con propósito, son las chicas que componen el dúo Yorka, quienes acotan: “Nuestras canciones siempre aspiran a llegar a los corazones de la gente desde la sinceridad más profunda, solemos cantar sobre la cotidianidad, los problemas de ser parte de la clase media chilena y el amor en estos tiempos. Cuando escribimos La canción es protesta fue porque realmente sentíamos cada palabra que ahí aparece. Necesitábamos plasmar la historia a través de nuestro canto como lo hacían los pioneros de nuestra música, Violeta Parra, Víctor Jara, Jorge González o Ana Tijoux, que son artistas que siempre han cantado lo que sucede en Chile. Lo que sucedió con nuestra canción es que también logró identificar a gran parte de nuestro país, lo que nos llenó de emoción y orgullo pues, no esperabamos nada más que eso, que la gente tuviera una canción que escuchar y sentirse representada en ella”.

Siendo artistas chilenas residenciadas en Santiago, las hermanas Pastenes se sumaron a las calles como dos civiles más en el momento del estallido social, y cuentan que lo vivieron como un instante muy intenso cuyas causas perduran en el tiempo, manteniendo el presente en un permanente estado de tensa calma, pues la actual pandemia llegó a un país que se encontraba movilizado desde octubre, con marchas y protestas, y sólo 6% de aprobación al actual gobierno del presidente Sebastián Piñera.

“Estábamos despiertos, a puertas de un plebiscito para poder cambiar la constitución de Pinochet que mantiene este país al alero de los más poderosos. Desde un punto de vista es inspirador y poderoso ser parte de este momento de Chile, pero por otro lado llevamos un año de constante miedo. En un principio tuvimos miedo de morir y de ser reprimidos por la policía, miles de personas perdieron sus ojos por las protestas sociales y hay miles de detenidos injustificados por manifestar. Con el Covid-19 el miedo a morir o a contagiar a tus seres queridos creció. Ha sido durísimo vivir este último año de esta manera”.



Por otra parte, para Yorka y Daniela Pastenes, en Chile y en el planeta entero se está viviendo un momento histórico en el que el movimiento feminista “tomó por las astas” los poderes políticos y sociales para enrostrar los derechos de las mujeres. “Hay un montón de situaciones que no nos tienen conformes como mujeres, desde la paridad laboral, el abuso sexual y la dificultad de desarrollarse de manera natural al ser mujer. En Chile, como en todo el mundo, todo se mueve desde el patriarcado, donde los hombres son los que hablan y toman decisiones por nosotras. Ya nos cansamos de eso, no han podido solucionar ninguna de nuestras demandas en todo este siglo y es momento que nos abran paso para poder realizar efectivamente los cambios. Estamos cansadas de esperar leyes, acuerdos y tratados para que realmente cambien las cosas; el feminismo busca cambiar de manera radical la forma en la que nos comportamos, y creo que Chile, gracias al movimiento social de 2019, logró posicionar el feminismo como una de las demandas más fuertes. Una muestra de aquello es el impacto mundial que tuvo el colectivo artístico Las Tesis, que a través del performance ‘Un violador en tu camino’, se esparció por todo el mundo con millones de mujeres manifestándose en contra de sus gobiernos y sus cuerpos de seguridad”, indican.

-Cómo dúo musical, ¿qué siente Yorka al poder unirse activamente al movimiento feminista desde su arte?
-Nos sentimos en casa, así hemos vivido nuestra vida desde antes de encontrar el feminismo. Nuestra madre, nuestras tías, nuestras hermanas y abuelas han sido nuestra mayor fortaleza para haber sido tan insistentes con nuestros sueños. Hace unos años conocimos el feminismo desde la teoría, las manifestaciones, los libros y grandes referentes, pero sentimos que nacimos queriendo ser libres y por eso nos sentimos tan orgullosas de todo lo que ha logrado el feminismo en el mundo.

-Y como parte de ese movimiento, ¿sienten que la causa es necesaria para equilibrar el sistema?
-Por supuesto, la nueva forma de vivir luego de esta pandemia debe ser bajo el alero del movimiento feminista que instaura el respeto por todas las personas, la igualdad de condiciones y el desarrollo profesional sin trabas para nosotras las mujeres. Es hermoso como las mujeres y la comunidad LGTBIQ+ se ha hecho presente en esta lucha que tenemos en Chile, desde la campaña del apruebo hasta el contenido artístico que estamos viendo. En nuestro país Mon Laferte, Ana Tijoux, Camila Moreno, entre otras grandes artistas, han entregado sus vitrinas para difundir lo que sucede en Chile y así en todas las áreas habidas y por haber. Necesitamos de todas las personas para poder conseguir este gran cambio. 

-Sobre sus próximos proyectos musicales, ¿qué le gustaría a Yorka lograr con su música dentro de estos movimientos sociales?
-Nos ha costado tanto poder mostrar lo que hacemos y poder desarrollarlo, ¿cuántas mujeres han fracasado en el camino del arte por la sociedad, por las clases sociales, por los obstáculos de la hipersexualización, por ser madres sin ayuda, etc? En este minuto necesitamos que el desarrollo de la música, desde lo más prematuro, tenga a todas las personas, sin importar su género, en igualdad de condiciones. Y Yorka apunta allí, a esa continuidad. Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase de producción musical del nuevo álbum, la pandemia nos pilló con un cuarto disco en el bolsillo que hemos estado trabajando a través de videollamadas, desde junio, y que nos llevó al estudio hace unos días donde registramos nuevas canciones. Además de todo lo que conllevó estos meses de encierro en términos de renovación musical, en donde tuvimos que replantearnos la forma de trabajar, sentimos que logramos cosas bien lindas como telonear a Julieta Venegas en su único show iberoamericano; lanzar un disco en cuarentena desde nuestras casas junto a otros músicos de Chile llamado MAL, o quedar seleccionadas en dos mercados de la música internacional como FIMPRO Guadalajara y BIME en España.

Otro de los proyectos que está llamando la atención de los medios chilenos, es el sello T3mplum, un grupo de mujeres trabajadoras de la música en distintas áreas que crearon un espacio para impulsarse como artistas dentro de la industria musical chilena. Conformado por Martina Petric, De Lein, Dindi Jane, Inad y Ana Sofía, el lema de la congregación resuena fuerte: “Somos seres empoderados, libres y con opinión”.

El sello apunta a unirse a la resistencia contra ese mismo sistema que sus colegas conterráneos continúan denunciando, y aunque la consolidación del movimiento feminista esté tomando relevancia ahora mismo para las artistas femeninas de Chile, este nuevo proyecto se apega a la innata lucha por la justicia social y el levantamiento en contra de la política en un país que ha encontrado en la música una forma eficaz de protesta, que la ha incorporado al renacer del movimiento artístico más grande y especial de Chile, que resuena con bastante interés en todo el continente.

“Somos cinco personas que tenemos ganas de avanzar con nuestra carrera, pero también existe un equipo muy grande detrás, compuesto por seres sensibles donde no importa el género, sino la visión frente al mundo y la motivación de rescatar lo más relevante”, anticipa el manifiesto de T3mplum, cuyas integrantes declaran su rechazo a la norma social como una verdad “única e innegable”.

@LuRoj




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