Inés Muñoz Aguirre: “Hemos aprendido poco de los años más críticos que nos ha tocado vivir”
La migración a Oriente de 1814 es el tema de la nueva novela de la periodista, escritora y gerente comunicacional, "La historia no contada"
Una de las sorpresas que nos dejó 2022 en materia literaria fue La historia no contada, nueva novela de Inés Muñoz Aguirre en la que esta periodista, dramaturga, novelista, poeta y gerente comunicacional conjuga realidad y ficción para recrear los hechos sobre la migración de los caraqueños a Oriente, en 1814, huyendo de las huestes de Boves.
Matías, un periodista, es el conductor de este bien narrado relato de 235 páginas publicado por Editorial Cómplice, en el que Muñoz Aguirre da vida con notable realismo a unos hechos a los que está conectada por antecedentes familiares.
“Hay unos elementos claves en esta historia”, afirma. “Situaciones de las que yo escuchaba hablar desde niña en mi casa, especialmente de parte de mi abuela y su hermana Narcisa: la emigración al oriente del país, de la que formó parte el abuelo de ambas: don Feliciano Anchieta y su familia, y la pérdida no sólo de sus propiedades en Caracas, sino de su hija menor, Úrsula, una niña que desaparece en el tránsito de la intrincada zona de El Guapo”.
“Con la aparición de mi novela –señala- he descubierto que mucha gente desconoce estos hechos, lo que me extraña, porque yo recuerdo que se estudiaba en la Historia de Venezuela. Pero el tema ha sido abordado en otras novelas: Boves, el Urogallo, de Francisco Herrera Luque, Doña Inés contra el olvido, de Ana Teresa Torres; Guillermo Núñez, en un libro publicado en 1965, analiza las causas de la migración, y Juan Uslar Pietri le dedica su Historia de la rebelión popular de 1814. También aparece en el Diccionario de la Historia de Venezuela de Empresas Polar, y estoy segura que de indagar un poco más conseguiríamos más publicaciones”.
-¿Cómo surge la idea de la novela?
-Yo tenía muchos años con la intención de escribir esta historia. La primera vez le pedí ayuda al hermano menor de mi mamá, que tenía en su poder todos los documentos familiares que yo sentía que me servirían de apoyo, pero me dijo que él quería escribir un libro y los necesitaba. Las dos ideas clave seguían rondando en mi mente, pero cuando como país empezamos a vivir una historia de persecuciones, expropiaciones, amenazas y muertes, tuve clara la estructura de la novela, porque sentí que inevitablemente las historias se repiten. Cambia el momento, las circunstancias, los personajes, pero la esencia que mueve las acciones parece ser la misma.
-Hay una crítica velada al Libertador, ¿es también la posición de Matías?
-Matías es quien cuenta esta historia. De todas formas, yo lo que descubro en sus encuentros, o en las posiciones que asume frente al Libertador, es que Matías reconoce en ese otro que es Bolívar a un ser humano con virtudes y defectos, con angustias, con el manejo bueno o malo del poder según las circunstancias y, como ocurre creo que en casi todas mis novelas, el llamado a la reflexión frente al poder, las acciones que origina y sus consecuencias.
-¿En qué se diferencia su obra dentro de la novela histórica del país?
-Considero como libros históricos solo aquellos que se limitan a contar estrictamente los hechos ocurridos, sin que atisbe en ellos ningún tipo de recreación. Herrera Luque, sin duda el autor más leído en nuestro país, habló de historia fabulada. Creo que esa es la mejor definición cuando recurres a contar hechos históricos y te apoyas en la ficción para poder crearles un entorno, o unos personajes que contribuyan a su desarrollo.
Egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, con una extensa trayectoria como periodista, destacándose en el área de la comunicación estratégica, el trabajo de creación literaria de Inés Muñoz Aguirre contempla una larga lista de reconocidos títulos de ensayo, obras de teatro y novelas.
Al mismo tiempo, desde hace cuatro años lleva adelante, junto a Marian Krasner, un exitoso programa multidisciplinario, Pasión País, que incluye eventos escénicos, revista digital, redes sociales, micros de radio, una emisión radial y una red de WhatsApp que reúne más de tres mil usuarios.
“Creo que hay que ser proactivo”, declara, “y por eso en uno de los momentos más críticos del país, cuando muchos preparaban maletas para irse, y otros se encerraban en la depresión, surgió Pasión País como red informativa para mostrar la cara positiva de nuestra sociedad, la de mucha gente que seguía apostando al país, y por ello trabajaban contra viento y marea para seguir adelante”.
-¿Estamos condenados a repetirnos siempre, o sí ve salida a nuestra situación?
-¿Salida a la situación de nuestro país? Tendríamos que preguntarnos a qué situación nos referimos, porque creo que hemos aprendido poco de los años más críticos que nos ha tocado vivir. Si se refiere a lo político, bastará ver cuál será la respuesta de la gente frente a las dádivas a cambio de votos. En cuanto a la ciudadanía, el mejor ejemplo para mí es el de las juntas de condominio, donde un pequeño grupo de personas es incapaz de ponerse de acuerdo sobre objetivos comunes.
Pero cualquier salida, sostiene, “en el ámbito que sea, sólo pasa por propiciar en cada espacio la información y la educación para poder cambiar. Por eso insisto en los temas como La historia no contada, que nos llevan a la reflexión, y en destacar, como en Pasión País, el trabajo de los que hacen cada día, sobre todo porque creen en sí mismos. Para una sociedad es clave tener referentes”.
@weykapu
Matías, un periodista, es el conductor de este bien narrado relato de 235 páginas publicado por Editorial Cómplice, en el que Muñoz Aguirre da vida con notable realismo a unos hechos a los que está conectada por antecedentes familiares.
“Hay unos elementos claves en esta historia”, afirma. “Situaciones de las que yo escuchaba hablar desde niña en mi casa, especialmente de parte de mi abuela y su hermana Narcisa: la emigración al oriente del país, de la que formó parte el abuelo de ambas: don Feliciano Anchieta y su familia, y la pérdida no sólo de sus propiedades en Caracas, sino de su hija menor, Úrsula, una niña que desaparece en el tránsito de la intrincada zona de El Guapo”.
“Con la aparición de mi novela –señala- he descubierto que mucha gente desconoce estos hechos, lo que me extraña, porque yo recuerdo que se estudiaba en la Historia de Venezuela. Pero el tema ha sido abordado en otras novelas: Boves, el Urogallo, de Francisco Herrera Luque, Doña Inés contra el olvido, de Ana Teresa Torres; Guillermo Núñez, en un libro publicado en 1965, analiza las causas de la migración, y Juan Uslar Pietri le dedica su Historia de la rebelión popular de 1814. También aparece en el Diccionario de la Historia de Venezuela de Empresas Polar, y estoy segura que de indagar un poco más conseguiríamos más publicaciones”.
-¿Cómo surge la idea de la novela?
-Yo tenía muchos años con la intención de escribir esta historia. La primera vez le pedí ayuda al hermano menor de mi mamá, que tenía en su poder todos los documentos familiares que yo sentía que me servirían de apoyo, pero me dijo que él quería escribir un libro y los necesitaba. Las dos ideas clave seguían rondando en mi mente, pero cuando como país empezamos a vivir una historia de persecuciones, expropiaciones, amenazas y muertes, tuve clara la estructura de la novela, porque sentí que inevitablemente las historias se repiten. Cambia el momento, las circunstancias, los personajes, pero la esencia que mueve las acciones parece ser la misma.
-Hay una crítica velada al Libertador, ¿es también la posición de Matías?
-Matías es quien cuenta esta historia. De todas formas, yo lo que descubro en sus encuentros, o en las posiciones que asume frente al Libertador, es que Matías reconoce en ese otro que es Bolívar a un ser humano con virtudes y defectos, con angustias, con el manejo bueno o malo del poder según las circunstancias y, como ocurre creo que en casi todas mis novelas, el llamado a la reflexión frente al poder, las acciones que origina y sus consecuencias.
-¿En qué se diferencia su obra dentro de la novela histórica del país?
-Considero como libros históricos solo aquellos que se limitan a contar estrictamente los hechos ocurridos, sin que atisbe en ellos ningún tipo de recreación. Herrera Luque, sin duda el autor más leído en nuestro país, habló de historia fabulada. Creo que esa es la mejor definición cuando recurres a contar hechos históricos y te apoyas en la ficción para poder crearles un entorno, o unos personajes que contribuyan a su desarrollo.
Egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, con una extensa trayectoria como periodista, destacándose en el área de la comunicación estratégica, el trabajo de creación literaria de Inés Muñoz Aguirre contempla una larga lista de reconocidos títulos de ensayo, obras de teatro y novelas.
Al mismo tiempo, desde hace cuatro años lleva adelante, junto a Marian Krasner, un exitoso programa multidisciplinario, Pasión País, que incluye eventos escénicos, revista digital, redes sociales, micros de radio, una emisión radial y una red de WhatsApp que reúne más de tres mil usuarios.
“Creo que hay que ser proactivo”, declara, “y por eso en uno de los momentos más críticos del país, cuando muchos preparaban maletas para irse, y otros se encerraban en la depresión, surgió Pasión País como red informativa para mostrar la cara positiva de nuestra sociedad, la de mucha gente que seguía apostando al país, y por ello trabajaban contra viento y marea para seguir adelante”.
-¿Estamos condenados a repetirnos siempre, o sí ve salida a nuestra situación?
-¿Salida a la situación de nuestro país? Tendríamos que preguntarnos a qué situación nos referimos, porque creo que hemos aprendido poco de los años más críticos que nos ha tocado vivir. Si se refiere a lo político, bastará ver cuál será la respuesta de la gente frente a las dádivas a cambio de votos. En cuanto a la ciudadanía, el mejor ejemplo para mí es el de las juntas de condominio, donde un pequeño grupo de personas es incapaz de ponerse de acuerdo sobre objetivos comunes.
Pero cualquier salida, sostiene, “en el ámbito que sea, sólo pasa por propiciar en cada espacio la información y la educación para poder cambiar. Por eso insisto en los temas como La historia no contada, que nos llevan a la reflexión, y en destacar, como en Pasión País, el trabajo de los que hacen cada día, sobre todo porque creen en sí mismos. Para una sociedad es clave tener referentes”.
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