Verónica Zumalacárregui: “Es un halago que me comparen con Anthony Bourdain”
En febrero, el canal de televisión El Gourmet estrena nuevos episodios de la serie "Me voy a comer el mundo", que conduce la periodista y presentadora de TV española
Para la periodista española Verónica Zumalacárregui es imposible decir cuántas ciudades ha conocido. Los países que ha visitado van entre 70 y 75, pero no se atreve a dar un número específico. Asegura que cada vez que intenta contarlos, queda alguno por fuera. Gracias a la serie Me voy a comer el mundo, esta madrileña tiene licencia para recorrer el planeta.
Los nuevos episodios de Me voy a comer el mundo llegan a América Latina por el canal de televisión El Gourmet a partir del 1° de febrero. Marruecos, Croacia, Turquía y Georgia se suman a la lista de Verónica Zumalacárregui. La incansable viajera conversa con El Universal, desde su casa en Madrid, acerca de sus nuevas aventuras.
-¿Que quiere lograr con el programa Me voy a comer el mundo?
-Lo que quiero es que el espectador disfrute tanto como yo de las experiencias que he vivido. Me parece que la suerte que tengo es que no solamente lo vivo, sino que puedo compartirlo. Lo que quiero es que lo disfruten tanto como yo.
-¿Qué nos puede adelantar de los nuevos episodios del programa?
-En Marruecos me encantó filmar con un nómada del desierto. Lo alucinante es ver con qué recursos cocina una persona que es nómada en medio de las dunas. En Croacia, conocí Dubrovnik, que es una ciudad preciosísima, conocida por las murallas de Juego de Tronos, pero también fui a su parte rural. En Georgia conviví con ellos en un supra, que es una cena donde se la pasan cantando, y bebiendo vino, y crucé un cañón en bicicleta por un carril súper fino, que me dio mucho miedo. En Turquía me ha encantado un desayuno que grabé en Capadocia dentro de una casa que previamente era una gruta, una cueva.
-¿Cómo es la selección de los países y lugares que visitará con su programa?
-Siempre hago una investigación previa para conocer cuáles son los platos bandera del país y ver un poco cuál es la identidad cultural más allá de los platos. Luego los anfitriones tienen un papel muy importante. Muchas veces la selección de los sitios viene porque los anfitriones recomiendan esos lugares a donde van ellos. También tiene que tener algo interesante a nivel televisivo, que sea llamativo, que sea auténtico, y que tenga sentido por la estructura del programa.
-¿Cuál ha sido el lugar más inolvidable?
-Suelo recordar mucho a los rastafaris de Jamaica. Fue adentrarnos en la jungla, llegar a donde vivían Oto y Fire y estos rastafaris con rastas. Me decían: “Welcome to my supermarket” (Bienvenida a mi supermercado) y el supermarket era la raíz de jengibre del suelo y el cocotero. Estaban cocinando y cantando Bob Marley bajo la lluvia. Fue una experiencia preciosa.
![](https://mmedia.eluniversal.com/19380/veronica-zumalacarregui-118866.jpg)
Los nuevos episodios de Me voy a comer el mundo llegan a América Latina por el canal de televisión El Gourmet a partir del 1° de febrero. Marruecos, Croacia, Turquía y Georgia se suman a la lista de Verónica Zumalacárregui. La incansable viajera conversa con El Universal, desde su casa en Madrid, acerca de sus nuevas aventuras.
-¿Que quiere lograr con el programa Me voy a comer el mundo?
-Lo que quiero es que el espectador disfrute tanto como yo de las experiencias que he vivido. Me parece que la suerte que tengo es que no solamente lo vivo, sino que puedo compartirlo. Lo que quiero es que lo disfruten tanto como yo.
-¿Qué nos puede adelantar de los nuevos episodios del programa?
-En Marruecos me encantó filmar con un nómada del desierto. Lo alucinante es ver con qué recursos cocina una persona que es nómada en medio de las dunas. En Croacia, conocí Dubrovnik, que es una ciudad preciosísima, conocida por las murallas de Juego de Tronos, pero también fui a su parte rural. En Georgia conviví con ellos en un supra, que es una cena donde se la pasan cantando, y bebiendo vino, y crucé un cañón en bicicleta por un carril súper fino, que me dio mucho miedo. En Turquía me ha encantado un desayuno que grabé en Capadocia dentro de una casa que previamente era una gruta, una cueva.
-¿Cómo es la selección de los países y lugares que visitará con su programa?
-Siempre hago una investigación previa para conocer cuáles son los platos bandera del país y ver un poco cuál es la identidad cultural más allá de los platos. Luego los anfitriones tienen un papel muy importante. Muchas veces la selección de los sitios viene porque los anfitriones recomiendan esos lugares a donde van ellos. También tiene que tener algo interesante a nivel televisivo, que sea llamativo, que sea auténtico, y que tenga sentido por la estructura del programa.
-¿Cuál ha sido el lugar más inolvidable?
-Suelo recordar mucho a los rastafaris de Jamaica. Fue adentrarnos en la jungla, llegar a donde vivían Oto y Fire y estos rastafaris con rastas. Me decían: “Welcome to my supermarket” (Bienvenida a mi supermercado) y el supermarket era la raíz de jengibre del suelo y el cocotero. Estaban cocinando y cantando Bob Marley bajo la lluvia. Fue una experiencia preciosa.
![](https://mmedia.eluniversal.com/19380/veronica-zumalacarregui-118866.jpg)
"Yo lo que quiero es que la gente sienta que están viajando con una amiga", dice Zumalacárregui (CANAL EL GOURMET)
-Hay quienes la comparan con el fallecido Anthony Bourdain…
-No le llego ni a la suela de los zapatos, pero además hacemos cosas distintas. Anthony Bourdain, en sus últimos años, también tenía un mensaje bastante político. Yo hago un programa que aquí en España se le dice blanco, que es lo contrario a amarillista. Es un programa que huye del sensacionalismo. Lo que sacamos son cosas bonitas y sin polémica. Anthony Bourdain era mucho más político que yo, también hablaba de la política del país. Era cocinero, y yo no lo soy. Yo lo que quiero es que la gente sienta que están viajando con una amiga. Es todo un halago que me comparen con Anthony Bourdain, pero tenemos perfiles diferentes.
-¿Cuál es su plato favorito?
-Siempre que vuelvo a España de un viaje muy largo, me gusta ir a casa de mis padres para que me consientan un poco y que me hagan mis dos platos favoritos. Uno lo hace mi madre, que es merluza a la romana, rebozada con harina y huevo, y la ensaladilla rusa de mi padre, que le sale muy bien.
-¿Qué es lo más horrible que ha comido?
-Me ha tocado probar tantas cosas raras que he perdido la cuenta. Me acuerdo del taco de ojo de res que comí en Coyoacán, México. Esta temporada del programa he comido una sopa de pezuña y de tripas de vaca. La he probado en Georgia. Fue muy difícil. Creo que ha sido la cosa que más me ha costado probar en mi vida. Esta temporada también he probado la joroba del camello, que antes había comido carne de camello pero no la joroba.
-Siendo una persona que conoce todo el mundo, ¿cómo es la relación con su ciudad? ¿Cómo vive Madrid?
-Yo pudiera trabajar desde cualquier sitio del mundo pero me encanta Madrid. Supongo que tiene mucho que ver que aquí están mi familia y mis amigos. Yo no llego y me recluyo en casa porque estoy cansada por viajar. Ha habido muchas veces que me he bajado de un avión, he llegado a casa, dejado la maleta y me he ido con mis amigos. Tengo mucha vida social porque soy una persona extrovertida. Tengo mucha vida en el mundo gastronómico, y está mi familia aquí.
-Recientemente realizó el lanzamiento de su primer libro: La vuelta al mundo en 15 mujeres…
-Es un libro que escribí con historias que experimenté grabando Me voy a comer el mundo. Son 15 relatos de 15 mujeres de países distintos. No son personas conocidas, excepto la de Colombia: Leo Espinoza, que es una chef súper reconocida. Es la única mujer famosa del libro, las demás son mujeres anónimas que tienen vidas muy distintas a la mía. Desde una mujer judía ultra ortodoxa, que en su casa en Jerusalem me explica por qué ella lleva el pelo tapado, hasta una chica china que es lesbiana y que no puede decirle a sus padres que es lesbiana porque la repudiarían. Son historias divertidas, distintas, interesantes, y sobre todo sirven para hacer el ejercicio de ponerse en la piel del otro.
-¿Qué sabe de Venezuela? ¿Le gustaría conocer el país?
-La gente habla muchísimo de Los Roques. Me encantaría un montón. Sería maravilloso ir. Me escriben muchísimos venezolanos. En Venezuela se ve mucho el programa. Me escriben mucho diciendo que les da oxígeno ver el programa. Me encantaría ir a Venezuela. Tendría que estar el país en un momento más tranquilo pero no lo descarto.
@Soniberth
-Hay quienes la comparan con el fallecido Anthony Bourdain…
-No le llego ni a la suela de los zapatos, pero además hacemos cosas distintas. Anthony Bourdain, en sus últimos años, también tenía un mensaje bastante político. Yo hago un programa que aquí en España se le dice blanco, que es lo contrario a amarillista. Es un programa que huye del sensacionalismo. Lo que sacamos son cosas bonitas y sin polémica. Anthony Bourdain era mucho más político que yo, también hablaba de la política del país. Era cocinero, y yo no lo soy. Yo lo que quiero es que la gente sienta que están viajando con una amiga. Es todo un halago que me comparen con Anthony Bourdain, pero tenemos perfiles diferentes.
-¿Cuál es su plato favorito?
-Siempre que vuelvo a España de un viaje muy largo, me gusta ir a casa de mis padres para que me consientan un poco y que me hagan mis dos platos favoritos. Uno lo hace mi madre, que es merluza a la romana, rebozada con harina y huevo, y la ensaladilla rusa de mi padre, que le sale muy bien.
-¿Qué es lo más horrible que ha comido?
-Me ha tocado probar tantas cosas raras que he perdido la cuenta. Me acuerdo del taco de ojo de res que comí en Coyoacán, México. Esta temporada del programa he comido una sopa de pezuña y de tripas de vaca. La he probado en Georgia. Fue muy difícil. Creo que ha sido la cosa que más me ha costado probar en mi vida. Esta temporada también he probado la joroba del camello, que antes había comido carne de camello pero no la joroba.
-Siendo una persona que conoce todo el mundo, ¿cómo es la relación con su ciudad? ¿Cómo vive Madrid?
-Yo pudiera trabajar desde cualquier sitio del mundo pero me encanta Madrid. Supongo que tiene mucho que ver que aquí están mi familia y mis amigos. Yo no llego y me recluyo en casa porque estoy cansada por viajar. Ha habido muchas veces que me he bajado de un avión, he llegado a casa, dejado la maleta y me he ido con mis amigos. Tengo mucha vida social porque soy una persona extrovertida. Tengo mucha vida en el mundo gastronómico, y está mi familia aquí.
-Recientemente realizó el lanzamiento de su primer libro: La vuelta al mundo en 15 mujeres…
-Es un libro que escribí con historias que experimenté grabando Me voy a comer el mundo. Son 15 relatos de 15 mujeres de países distintos. No son personas conocidas, excepto la de Colombia: Leo Espinoza, que es una chef súper reconocida. Es la única mujer famosa del libro, las demás son mujeres anónimas que tienen vidas muy distintas a la mía. Desde una mujer judía ultra ortodoxa, que en su casa en Jerusalem me explica por qué ella lleva el pelo tapado, hasta una chica china que es lesbiana y que no puede decirle a sus padres que es lesbiana porque la repudiarían. Son historias divertidas, distintas, interesantes, y sobre todo sirven para hacer el ejercicio de ponerse en la piel del otro.
-¿Qué sabe de Venezuela? ¿Le gustaría conocer el país?
-La gente habla muchísimo de Los Roques. Me encantaría un montón. Sería maravilloso ir. Me escriben muchísimos venezolanos. En Venezuela se ve mucho el programa. Me escriben mucho diciendo que les da oxígeno ver el programa. Me encantaría ir a Venezuela. Tendría que estar el país en un momento más tranquilo pero no lo descarto.
@Soniberth
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