El diario británico BBC, publicaba un artículo acerca del sexo de los Neandertales. En el texto se puede evidenciar los periplos de los investigadores (quienes incursionan por cuevas Rumanas y demás) para extraer restos que tienen más de 100.000 años e investigar cómo copulaban.
Mi intención no es disminuir el trabajo. Al contrario, quiero resaltar la importancia histórica que le brinda (y le ha brindado) el hombre al tema. De hecho, el artículo señala cómo Ville Pimenoff ha podido rastrear el virus de papiloma humano (VPH) a nuestro ancestros neandertales. Es decir, el hombre sufre de enfermedades de transmisión sexual desde su existencia, pero le vino a dar importancia en el siglo XX d.C.
Y es que el sexo vende, y demasiado. Basta con dar vueltas por Caracas y ver publicidades de cervezas, carros, motos y pantalones, con una mujer con poca ropa exhibiendo el producto. Pero también vende de manera directa, con la pornografía. Ya quizá no tanto en revistas impresas, pero sí a través del internet. Las cifras precisas son difíciles de conseguir, pero podemos afirmar que es un negocio bastante lucrativo. Algunos sitios sostienen que 1 de cada 7 personas consume este contenido. Otros hablan que el 25% de todo el contenido online, es pornográfico. En fin, una cifra nada despreciable.
De hecho, leía la semana pasada en El Estímulo, una nota de prensa extraída de AFP que se titulaba: “OnlyFans, otra razón para quedarse en Venezuela (si eres bella y sexy en Internet)”. Más allá del contenido sexista y machista del título (puesto que la plataforma no excluye a los hombres), resulta curioso que el contenido pornográfico artesanal se consuma tanto en el país. Para explicarnos mejor, OnlyFans es una plataforma online que permite (a través de subscripciones) compartir contenido explícito. Es decir, una persona puede vender fotos suyas y recibir dinero a cambio, luego de que la empresa británica fundada en 2016 se quede con un 20% de lo generado.
Pese a ello, según “Valery” -nombre de una chica citada en el artículo- el negocio puede ser extremadamente lucrativo. Ella goza de 50 subscriptores (todos extranjeros) a quienes les cobra US$10 al mes; logrando unos US$500, cifra muy superior al salario mínimo establecido, que no supera el dólar.
El Covid-19 y las relaciones sexuales
Sin duda, el éxito de “Valery” podría refugiarse en una oportunidad de negocio en tiempos pandémicos. Mayte Rius, en un artículo para La Vanguardia, escribe que tres de cada cuatro españoles siente miedo ante la idea de mantener relaciones sexuales con personas desconocidas, y siete de cada diez dice ser ahora más precavido y haber reducido conductas de riesgo.
Evidentemente, los deseos se ventilan por algún lado. Isabel Moreno, psicóloga y sexóloga, dice que el deseo no desaparece, sino que se “transforma”. El OnlyFans es un ejemplo, al igual que las demás apps de citas -como Tinder- que han experimentado un crecimiento interesante desde que comenzó la pandemia.
El artículo en general no tiene desperdicio, ya que nos habla de aspecto por aspecto de cómo las conductas humanas se han tenido que moldear a la situación. Del futuro sabemos poco, pese a que lo hemos imaginado una y otra vez. Durante la feria mundial de París de 1900 varios artistas -entre ellos Jean-Marc Côté- dibujaron lo que para ellos sería el año 2000. El resultado fueron naves voladoras y submarinos ballenas; granjas automatizadas y policías-aves. Lo que no dibujaron fue la mascarilla ni tampoco imaginaron que la sexualidad se expresaría a través de una pantallita luminosa, con el debido distanciamiento social. Quién diría.
@NelsonTRangel
www.netrangel.com
nelsontrangel@gmail.com
Mi intención no es disminuir el trabajo. Al contrario, quiero resaltar la importancia histórica que le brinda (y le ha brindado) el hombre al tema. De hecho, el artículo señala cómo Ville Pimenoff ha podido rastrear el virus de papiloma humano (VPH) a nuestro ancestros neandertales. Es decir, el hombre sufre de enfermedades de transmisión sexual desde su existencia, pero le vino a dar importancia en el siglo XX d.C.
Y es que el sexo vende, y demasiado. Basta con dar vueltas por Caracas y ver publicidades de cervezas, carros, motos y pantalones, con una mujer con poca ropa exhibiendo el producto. Pero también vende de manera directa, con la pornografía. Ya quizá no tanto en revistas impresas, pero sí a través del internet. Las cifras precisas son difíciles de conseguir, pero podemos afirmar que es un negocio bastante lucrativo. Algunos sitios sostienen que 1 de cada 7 personas consume este contenido. Otros hablan que el 25% de todo el contenido online, es pornográfico. En fin, una cifra nada despreciable.
De hecho, leía la semana pasada en El Estímulo, una nota de prensa extraída de AFP que se titulaba: “OnlyFans, otra razón para quedarse en Venezuela (si eres bella y sexy en Internet)”. Más allá del contenido sexista y machista del título (puesto que la plataforma no excluye a los hombres), resulta curioso que el contenido pornográfico artesanal se consuma tanto en el país. Para explicarnos mejor, OnlyFans es una plataforma online que permite (a través de subscripciones) compartir contenido explícito. Es decir, una persona puede vender fotos suyas y recibir dinero a cambio, luego de que la empresa británica fundada en 2016 se quede con un 20% de lo generado.
Pese a ello, según “Valery” -nombre de una chica citada en el artículo- el negocio puede ser extremadamente lucrativo. Ella goza de 50 subscriptores (todos extranjeros) a quienes les cobra US$10 al mes; logrando unos US$500, cifra muy superior al salario mínimo establecido, que no supera el dólar.
El Covid-19 y las relaciones sexuales
Sin duda, el éxito de “Valery” podría refugiarse en una oportunidad de negocio en tiempos pandémicos. Mayte Rius, en un artículo para La Vanguardia, escribe que tres de cada cuatro españoles siente miedo ante la idea de mantener relaciones sexuales con personas desconocidas, y siete de cada diez dice ser ahora más precavido y haber reducido conductas de riesgo.
Evidentemente, los deseos se ventilan por algún lado. Isabel Moreno, psicóloga y sexóloga, dice que el deseo no desaparece, sino que se “transforma”. El OnlyFans es un ejemplo, al igual que las demás apps de citas -como Tinder- que han experimentado un crecimiento interesante desde que comenzó la pandemia.
El artículo en general no tiene desperdicio, ya que nos habla de aspecto por aspecto de cómo las conductas humanas se han tenido que moldear a la situación. Del futuro sabemos poco, pese a que lo hemos imaginado una y otra vez. Durante la feria mundial de París de 1900 varios artistas -entre ellos Jean-Marc Côté- dibujaron lo que para ellos sería el año 2000. El resultado fueron naves voladoras y submarinos ballenas; granjas automatizadas y policías-aves. Lo que no dibujaron fue la mascarilla ni tampoco imaginaron que la sexualidad se expresaría a través de una pantallita luminosa, con el debido distanciamiento social. Quién diría.
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