De lo virtual y lo real
Lo virtual, sustituyendo o no a la interacción social, está allí. Y nos amplia el panorama, nos muestra lo novedoso, nos acerca a una realidad que hasta hace poco era inalcanzable
Comencemos por comentar que lo virtual no supera a lo real, pero lo puede determinar. Lo virtual existe en una forma aparente, no llega a ser real. Lo real, por su parte, tiene existencia propia, es palpable, tangible, está allí.
En los últimos años lo virtual ha cobrado fuerza porque ha venido a generar formas de interacción que antes no existían y eran hasta inimaginables al común. Todos los elementos virtuales se han hecho cotidianos en nuestras vidas y forman parte de nuevos esquemas de interrelacionarse, gracias a los avances científicos y tecnológicos que así lo permiten.
Si bien no hemos logrado dar con la efectiva aplicación de los viajes de la materia a través del espacio en poco tiempo, sí alcanzamos el privilegio de conectarnos con otros en lugares remotos y casi en tiempo real. Eso evidencia la virtualidad presente en nuestros días y da cuenta de todos los avances tecnológicos que hemos experimentado.
Si bien la técnica nos impresiona y cotidianiza lo virtual, el hecho práctico es que no se sobrepone con esto a lo real. Por más grandielocuentes que sean los términos que impregnan estas nuevas relaciones no terminan por sustituir a la realidad. Las redes sociales son esferas y estructuras creadas para personas con intereses particulares y similares, y se aprovecha del internet para crear y mantener el contacto, un contacto virtual. El eufemismo las llama redes sociales pero realmente terminan siendo redes virtuales, semejan la realidad pero no la sustituyen.
Aún así, el ascenso y popularidad de estas estructuras nos permiten actualmente relacionarnos con otros que están distantes, con grupos de interés sin fronteras geográficas y poner en estos espacios nuestras ideas, creencias y pensamientos y compartirlos, para bien y para mal, con quienes piensan igual, con otros que se plantan en lo contrario o, simplemente con quienes les puede ser indiferentes nuestras posturas aunque les interese el tema.
Pero como la experiencia sostiene que lo virtual termina permeando lo real incluso llegando en momentos a modificar la realidad, es bueno comprender este fenómeno para no ser presa de posturas mezquinas y acciones negativas. Sostenemos que la tecnología en sí misma no termina por ser buena o mala sino es el uso que se le da lo que así lo determina.
En los últimos años lo virtual ha cobrado fuerza porque ha venido a generar formas de interacción que antes no existían y eran hasta inimaginables al común. Todos los elementos virtuales se han hecho cotidianos en nuestras vidas y forman parte de nuevos esquemas de interrelacionarse, gracias a los avances científicos y tecnológicos que así lo permiten.
Si bien no hemos logrado dar con la efectiva aplicación de los viajes de la materia a través del espacio en poco tiempo, sí alcanzamos el privilegio de conectarnos con otros en lugares remotos y casi en tiempo real. Eso evidencia la virtualidad presente en nuestros días y da cuenta de todos los avances tecnológicos que hemos experimentado.
Si bien la técnica nos impresiona y cotidianiza lo virtual, el hecho práctico es que no se sobrepone con esto a lo real. Por más grandielocuentes que sean los términos que impregnan estas nuevas relaciones no terminan por sustituir a la realidad. Las redes sociales son esferas y estructuras creadas para personas con intereses particulares y similares, y se aprovecha del internet para crear y mantener el contacto, un contacto virtual. El eufemismo las llama redes sociales pero realmente terminan siendo redes virtuales, semejan la realidad pero no la sustituyen.
Aún así, el ascenso y popularidad de estas estructuras nos permiten actualmente relacionarnos con otros que están distantes, con grupos de interés sin fronteras geográficas y poner en estos espacios nuestras ideas, creencias y pensamientos y compartirlos, para bien y para mal, con quienes piensan igual, con otros que se plantan en lo contrario o, simplemente con quienes les puede ser indiferentes nuestras posturas aunque les interese el tema.
Pero como la experiencia sostiene que lo virtual termina permeando lo real incluso llegando en momentos a modificar la realidad, es bueno comprender este fenómeno para no ser presa de posturas mezquinas y acciones negativas. Sostenemos que la tecnología en sí misma no termina por ser buena o mala sino es el uso que se le da lo que así lo determina.
Como ejemplo podemos echar mano de muchos sucesos, pero por ahora destacan los hechos recientes en EEUU, donde un “líder” en evidente insensatez insiste en una postura radical y hace llamados irracionales que terminan en violencia. Pero en el plano interno sobran este tipo de experiencias que tienen como protagonistas a los líderes políticos de dos grandes bandos en “confrontación aparente” y que han sumado en excesos negativos a la vida social y la paz de la República. Copiándo lo malo pues. No ahondaremos más en este particular porque los ejemplos, por negativos, sobran.
Así también la virtualidad en la vida actual ha sumado a grandes y nobles causas que esparcen sus ideas por el mundo y que cada día pone en alerta y suma a quienes deseamos vivir en un espacio más afable, un mundo más llevadero, un planeta para todos.
Lo virtual, sustituyendo o no a la interacción social, está allí. Y nos amplia el panorama, nos muestra lo novedoso, nos acerca a una realidad que hasta hace poco era inalcanzable. En pocas décadas pasamos de conocer la situación inmediata de nuestro entorno a tener la capacidad de ver lo que sucedía a distancia gracias a los medios. Así ampliamos nuestra visión del mundo y comprendimos que éramos parte de un todo que nos condiciona. El tema de ver el mundo a través de la mediática es que lo veíamos por la mirada interesada del medio y sus anunciantes, su porción de la verdad, eso que les era de interés.
Ahora también terminamos viendo un segmento de la realidad que es interesado –partiendo de la premisa que todo mensaje conlleva una intención- pero podemos seguir o dejar de seguir a nuestra fuente, esa que ahora sentimos más próxima por una interrelación virtual que nos hace sentir íntimos.
Allí esta lo virtual, empapando al mundo con información, creencias, fórmulas de vida, soluciones mediatas e inmediatas. Impregnando con un halo de omnipresencia la realidad. Sólo falta sacarle provecho.
Aprende, crea y emprende.
Comunicador Social UCV
Instagram, Facebook & twitter: leozuritave
leozurita.ve@gmail.com
Así también la virtualidad en la vida actual ha sumado a grandes y nobles causas que esparcen sus ideas por el mundo y que cada día pone en alerta y suma a quienes deseamos vivir en un espacio más afable, un mundo más llevadero, un planeta para todos.
Lo virtual, sustituyendo o no a la interacción social, está allí. Y nos amplia el panorama, nos muestra lo novedoso, nos acerca a una realidad que hasta hace poco era inalcanzable. En pocas décadas pasamos de conocer la situación inmediata de nuestro entorno a tener la capacidad de ver lo que sucedía a distancia gracias a los medios. Así ampliamos nuestra visión del mundo y comprendimos que éramos parte de un todo que nos condiciona. El tema de ver el mundo a través de la mediática es que lo veíamos por la mirada interesada del medio y sus anunciantes, su porción de la verdad, eso que les era de interés.
Ahora también terminamos viendo un segmento de la realidad que es interesado –partiendo de la premisa que todo mensaje conlleva una intención- pero podemos seguir o dejar de seguir a nuestra fuente, esa que ahora sentimos más próxima por una interrelación virtual que nos hace sentir íntimos.
Allí esta lo virtual, empapando al mundo con información, creencias, fórmulas de vida, soluciones mediatas e inmediatas. Impregnando con un halo de omnipresencia la realidad. Sólo falta sacarle provecho.
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