Perolito y Escarlata
Perolito y Escarlata resalta en la realidad que muchos venezolanos educados en la Cuarta República vemos desde la ventana confinados y protegidos de la pandemia
Radio Caracas Televisión (RCTV) siempre será inolvidable para los venezolanos. Sus novelas, narraciones deportivas y como no recordar y anhelar los programas de entretenimiento, la Rochela es más recordado. Grandioso programa humorístico que nos ayudaba a sonreír y a mirar de forma crítica lo que ocurría en nuestro país Venezuela. De todos los sketches, Perolito y Escarlata resalta en la realidad que muchos venezolanos educados en la Cuarta República vemos desde la ventana confinados y protegidos de la pandemia.
En consecuencia, Perolito y Escarla dos indigentes enamorados, destacaban por quince minutos producto de sus profundas reflexiones acerca del papel del gobierno, las empresas y los docentes en la educación. Era extraño y chistoso escuchar a indigentes hablando como grandes letrados, tal vez el momento de la reflexión y de la gran interpretación no había llegado a nuestras vidas.
Ahora bien, la realidad nos inunda y nos da explicaciones acerca del porque unos indigentes mantenían extraordinarias conversaciones. Hoy vemos a venezolanos en nuestras calles y en las calles del mundo con diplomas y títulos de todo nivel educativo que bordean las calles nacionales y foráneas, dignos de grandes discursos y escuchamos profundas reflexiones y conversaciones acerca de música y las artes, deporte, política y economía. Verlos nos hace recordar a Perolito y Escarla, su vestimenta y cajas (casas) así nos los recuerdan. En Venezuela existió un gran discurso en 2004, donde el cuartel de la montaña fue testigo de promesas frente al lanzamiento de las misiones sociales en Venezuela. Allí la inmensa bandera de la igualdad e inclusión, prometió alimentos para todos con Mercal, educación para todos con Robinson y Miranda, trabajo para todos con la misión Vuelvan Caras, y finalmente pero no menos importante, lo más anhelado para las inmensas montañas caraqueñas, el hombre nuevo. Hombre que brillaría por ser reconocido e incluido en la sociedad, la política, la economía y la educación venezolana. Sin embargo, hoy en el siglo XXI el resultado parece ser otro, que sospechamos sea producto de nuestra nublada percepción producto del confinamiento, entender y ver un hombre nuevo, pero bordeando calles para trabajar a la industria ferrolatera y de plásticos, rememora a Perolito y Escarlata venezolanos, que en el mundo exponen extraordinarios y grandes discursos, genialmente estructurados limpios de errores en la vocalización, tal vez, porque perdieron a su patria. Perolitos y Escarlata hoy con profunda nostalgia les decimos en el pasado no entendimos y lo que quisiste explicarnos, y el presente nos colma de la explicación. El humor es una cosa seria.
@zerpasad
En consecuencia, Perolito y Escarla dos indigentes enamorados, destacaban por quince minutos producto de sus profundas reflexiones acerca del papel del gobierno, las empresas y los docentes en la educación. Era extraño y chistoso escuchar a indigentes hablando como grandes letrados, tal vez el momento de la reflexión y de la gran interpretación no había llegado a nuestras vidas.
Ahora bien, la realidad nos inunda y nos da explicaciones acerca del porque unos indigentes mantenían extraordinarias conversaciones. Hoy vemos a venezolanos en nuestras calles y en las calles del mundo con diplomas y títulos de todo nivel educativo que bordean las calles nacionales y foráneas, dignos de grandes discursos y escuchamos profundas reflexiones y conversaciones acerca de música y las artes, deporte, política y economía. Verlos nos hace recordar a Perolito y Escarla, su vestimenta y cajas (casas) así nos los recuerdan. En Venezuela existió un gran discurso en 2004, donde el cuartel de la montaña fue testigo de promesas frente al lanzamiento de las misiones sociales en Venezuela. Allí la inmensa bandera de la igualdad e inclusión, prometió alimentos para todos con Mercal, educación para todos con Robinson y Miranda, trabajo para todos con la misión Vuelvan Caras, y finalmente pero no menos importante, lo más anhelado para las inmensas montañas caraqueñas, el hombre nuevo. Hombre que brillaría por ser reconocido e incluido en la sociedad, la política, la economía y la educación venezolana. Sin embargo, hoy en el siglo XXI el resultado parece ser otro, que sospechamos sea producto de nuestra nublada percepción producto del confinamiento, entender y ver un hombre nuevo, pero bordeando calles para trabajar a la industria ferrolatera y de plásticos, rememora a Perolito y Escarlata venezolanos, que en el mundo exponen extraordinarios y grandes discursos, genialmente estructurados limpios de errores en la vocalización, tal vez, porque perdieron a su patria. Perolitos y Escarlata hoy con profunda nostalgia les decimos en el pasado no entendimos y lo que quisiste explicarnos, y el presente nos colma de la explicación. El humor es una cosa seria.
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