Lo que sí cabe es el paralelismo entre la extraordinaria destrucción de la institucionalidad, la sociedad y economía españolas causada por los gobiernos socialistas (1931-1933 y 1935-1939) y la actual condición de Venezuela; y, en ese orden, invocar la pertinencia de la propuesta que hizo el último presidente de la 2ª. República española, Juan Negrín, quien ya en el borde del colapso del ensayo democrático, planteó un programa mínimo para rescatar al país, programa que pasó a la historia con el título de este artículo.

Varios de los señalamientos explícitos o implícitos en los “Los 13 puntos de Negrín” y las soluciones que proponía son perfectamente aplicables a nuestra situación actual. Así, en los puntos 1 y 2 -un reclamo de independencia- postulaba la terminación de la influencia que ejercía Rusia directamente y a través del partido comunista. En nuestro caso esa inconveniente intervención es la cubana. En el punto 3 planteaba la necesidad de un gobierno “con plena autoridad”, faltante en la España de 1936 por las pugnas internas entre comunistas, socialistas y anarquistas, y faltante aquí porque el gobierno es, en realidad, un macabro juego de equilibrio entre grupos. Bajo el punto 4 proponía un plebiscito para recomponer la “estructura jurídica y social de la República”; aquí, también, a ese punto hemos llegado. Las claves para el rescate de la economía destruida eran, allá igual que aquí (punto 7), el “respeto a la propiedad privada y la protección al elemento productor”. En el punto 11 postulaba que el Ejército se mantuviese “libre de tendencias y partidos”. Completaba la lista la propuesta de “una amplia amnistía” para todos los que quisieran incorporarse a la empresa de reconstruir el país.

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