Fiesta del chivo
La obra denuncia la vanidad del tirano, la culpa de sus áulicos, la complicidad de sus agentes, la cobardía de los hombres. El séquito que se presta a los peores actos a fin de perpetuar al déspota
Las dictaduras en América Latina han sido uno de los más vergonzosos sucesos que han oscurecido nuestra historia pero, al mismo tiempo, han hecho exhibir en toda su virtud la determinación para enfrentarlas e imponer la reivindicación de los derechos de los pueblos contra sus opresores.
En Madrid, la obra de Teatro La Fiesta del Chivo, adaptación del libro de Mario Vargas Llosa, constituye un testimonio extraordinario de denuncia y verdad contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo (1930-1961) en la República Dominicana, como tantos otros que por décadas usurparon el poder, desconociendo la voluntad de las mayorías, sometiendo a sus naciones al crimen y a la arbitrariedad, la corrupción y al despotismo.
La obra denuncia la vanidad del tirano, la culpa de sus áulicos, la complicidad de sus agentes, la cobardía de los hombres. El séquito que sirve y se presta a los peores actos a fin de perpetuar al déspota, adulando su vanidad y aceptando toda clase de ilícitos beneficiándose de los mismos.
Se refiere a los últimos tiempos de un régimen cruel de un supuesto benefactor, los excesos y vicios de los suyos, condenados cada vez más desde afuera y adentro.
Más allá del detalle histórico, la obra destaca la inmoralidad del gobierno, el uso de los medios, el saqueo de los recursos públicos, la inexistencia del Derecho y la burda manipulación de las instituciones para complacer sus intereses.
El dictador en la obra se consideraba perpetuo y planificaba la futura permanencia en el poder de su hijo. Durante el mandato de Trujillo la cárcel, la tortura, el asesinato eran sus procedimientos comunes: más de 50 mil personas fueron sus víctimas.
En la obra, el dictador salió de su casa con su chofer dirigiéndose a San Cristóbal y de pronto fue sorprendido por los atacantes quienes lo asesinaron. Una mujer relató como el tirano abusó de ella. Más de 30 años de opresión terminaron en su país dejando huellas de infames acciones.
jfd599@gmail.com
En Madrid, la obra de Teatro La Fiesta del Chivo, adaptación del libro de Mario Vargas Llosa, constituye un testimonio extraordinario de denuncia y verdad contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo (1930-1961) en la República Dominicana, como tantos otros que por décadas usurparon el poder, desconociendo la voluntad de las mayorías, sometiendo a sus naciones al crimen y a la arbitrariedad, la corrupción y al despotismo.
La obra denuncia la vanidad del tirano, la culpa de sus áulicos, la complicidad de sus agentes, la cobardía de los hombres. El séquito que sirve y se presta a los peores actos a fin de perpetuar al déspota, adulando su vanidad y aceptando toda clase de ilícitos beneficiándose de los mismos.
Se refiere a los últimos tiempos de un régimen cruel de un supuesto benefactor, los excesos y vicios de los suyos, condenados cada vez más desde afuera y adentro.
Más allá del detalle histórico, la obra destaca la inmoralidad del gobierno, el uso de los medios, el saqueo de los recursos públicos, la inexistencia del Derecho y la burda manipulación de las instituciones para complacer sus intereses.
El dictador en la obra se consideraba perpetuo y planificaba la futura permanencia en el poder de su hijo. Durante el mandato de Trujillo la cárcel, la tortura, el asesinato eran sus procedimientos comunes: más de 50 mil personas fueron sus víctimas.
En la obra, el dictador salió de su casa con su chofer dirigiéndose a San Cristóbal y de pronto fue sorprendido por los atacantes quienes lo asesinaron. Una mujer relató como el tirano abusó de ella. Más de 30 años de opresión terminaron en su país dejando huellas de infames acciones.
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