La ciudad humanizada
La ciudad debe ser considerada como un ecosistema. Los aspectos culturales son un prerrequisito para enfrentar la tarea de humanización
Hay que incluir la deshumanización de las ciudades dentro del tema
ecológico porque llega hasta la concepción de la salud y al malestar
social. Nuestras ciudades están fragmentadas, contaminadas y
agresivas, unas donde se pasan horas para llegar al trabajo y
devolverse a casa.
Hay barreras físicas, simbólicas y psicológicas, desniveles
socio-económicos. La educación reaparece como búsqueda de armonía, de
tolerancia, de justicia social y de solidaridad. Hay que recurrir a la
práctica de la ciudad como entidad educadora en lucha compartida entre
organismos nacionales y locales en la difusión de valores y de ideas
para el cuidado de los espacios comunes, el respeto, el comportamiento
de los conductores, la lucha contra las drogas y la conservación.
Encontramos que quien más contamina es quien tiene más necesidades.
La ciudad debe ser considerada como un ecosistema. Los aspectos
culturales son un prerrequisito para enfrentar la tarea de
humanización. Hay que unificar, sin olvidar variantes, las ordenanzas
de protección ambiental y crear un Tribunal de Faltas Ambientales.
Enfrentar la situación de las zonas de “ranchos” será uno de los
asuntos más complejos, pero la experiencia existente en otras naciones
del mundo bien puede colocarnos en el camino correcto. Si partimos de
la ciudad como eco-sistema la enfrentaremos, como todo lo de la ciudad
en general, esto es, mirando los recursos vivificantes, la estructura
física y la estructura social, la participación comunitaria.
Hay serios problemas de urbanismo. Nuestras ciudades han crecido
anárquicamente, no se han construido vías internas en muchos años
capaces de absorber el pesado tráfico, pero tampoco se ha establecido
un sistema de transporte colectivo que incentive al abandono diario
del uso del automóvil particular. Se dice fácil, pero la tarea de
humanizar nuestras asfixiantes ciudades constituye un reto de inmensas
proporciones, uno que incluye reformas urbanas, vialidad, pero también
educación y cultura. El rompimiento de las barreras, el encuentro en
los espacios adecuados para el compartir, el acceso a los medios
comunes de desahogo y lo que algunos urbanistas han llamado “el
espacio para la vida entre edificios” requerirá del mayor esfuerzo.
teodulolopezm@outlook.com
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