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Sal en la herida

NELSON TOTESAUT RANGEL. En la vida hay que cuidar las apariencias, y en política aún más. Salt Bae maneja muy bien lo primero, pero es inexperto en el campo de lo segundo. Su error lo pagó caro

  • NELSON TOTESAUT RANGEL

23/09/2018 05:00 am

Es de conocimiento popular que no resulta conveniente echar cloruro de sodio en una herida abierta. Además de lo doloroso que puede ser la sal sobre la carne viva, el proceso deshidratador de la misma impedirá que ésta cicatrice positivamente. Por ende, el sentido de la expresión es bastante evidente: la sal en una herida no ayudará en lo absoluto a sanarla; sino, en cambio, incrementará el dolor y empeorará la causa. Si bien algunos podrán argumentar que, de hecho, la sal es buena para cicatrizar y desinfectar, está comprobado que, al menos estéticamente hablando, el resultado es adverso. Si depositamos sal, no dejaremos que nuestros tejidos sanen y se junten. Por ello -y sumando el dolor generado- es mejor no recurrir a ella. 

Si de sal hablamos, la generación del Internet la asociará directamente con la celebridad Salt Bae. El cocinero turco, Nusret Gökçe, se ha vuelto una sensación de las redes por su excentricismo en el arte de cocinar. Con más de 15 millones de seguidores en Instagram, sube videos en donde muestra su estilo carnicero como si se tratara de un arte marcial; coronando todos sus platos con un poco de sal que agrega de una forma propia, creando fascinación en la sociedad. Porque, más allá de eso, se evidencia cómo el chef logra depositar dedicación y pasión a cada uno de sus platos, como si fueran únicos. Cosa que ha sabido multiplicar en una cadena de restaurantes que llevan su nombre, y que se distribuyen por todo el globo. 

Estos restaurantes han sido visitados por cuanta celebridad se piense. Jugadores de fútbol -activos y retirados- como David Beckham y Maradona, actores de Hollywood como Pedro Pascal, y gigantes de la moda como Tommy Hilfiger, estos restaurantes se han dado el lujo de albergar a un sinfín de personalidades del momento, siendo hoy el recinto de carne más famoso y popular del mundo. De hecho, entre los más célebres comensales, se llegó a apreciar a Leonardo DiCaprio, degustando en Dubai un suculento cordero preparado especialmente de la mano del chef. 

Pese a que la lista de clientes sea larga, no es usual ver a jefes de Estado deambulando por estos lugares. Al menos no lo era. Ya que, para sorpresa de todos, esta semana el chef hizo público una serie de videos y fotografías en donde servía con beneplácito al presidente Nicolás Maduro. No resulta extraño que Maduro se encontrara en Turquía ese día, puesto regresaba de China y era natural que hiciera escala en uno de los países aliados. Lo que sorprendió a todos fue, por un lado, que el cocinero se buscara hacer publicidad con el Presidente y, por el otro, que el Presidente se encontrara degustando gustosamente de un festín mientras Venezuela atraviesa la peor crisis económica de su historia. 

Como era de esperarse, las críticas no tardarían en llegar. Tanto así, que Nusret tuvo que eliminar las publicaciones con Maduro, para luego, casi inmediatamente, publicar una foto junto a un grupo de niños; buscando así desviar la atención. No obstante, lo que se pone en Internet nunca se puede borrar, por lo que sus videos pasaron a ser de dominio popular. 

Siendo objetivo, no condeno al cocinero. Evidentemente es una persona que está ajena a nuestros problemas y buscó hacer lo que mejor hace: un show mediático. No obstante, le salió mal. Ya que no solo ha recibido una ráfaga de cyber odio, sino que varios de sus restaurantes han sido objeto de protestas por parte de venezolanos indignados. Respecto a Maduro, incurrió en una torpeza enorme que quizá nada le vaya a costar. Total, al fin y al cabo, dudo que los videos contribuyan a acrecentar el descrédito hacia el Presidente. Ya que quienes lo apoyan, lo seguirán apoyando; al igual que quienes lo adversan, lo seguirán adversando. Se coma la carne que se coma. 

En la vida hay que cuidar las apariencias, y en política aún más. Salt Bae maneja muy bien lo primero, pero es inexperto en el campo de lo segundo. Su error lo pagó caro. Mientras tanto, para los venezolanos, se sintió como echarle sal a una herida. Que al final no terminará haciéndonos nada malo, pese a que duela intentarlo. 

@NelsonTRangel 

www.netrangel.com 

nelsontrangel@gmail.com
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