Redes y tontos útiles
OSCAR ARNAL. El que replica una noticia falsa se hace cómplice del que la genera o del que escribe para destruir. Muchas veces se pasan de forma automática y sin medir las consecuencias
La cantidad de noticias falsas que corren por las redes sociales y se viralizan nos contaminan. Muchas obedecen a laboratorios de guerra sucia. Otras a interpretaciones sesgadas, fuera de contexto, fanáticas, amarillistas o ideologizadas. Lo peor es la influencia que tienen sobre la colectividad, y el papel de tontos útiles que hacen quienes las repiten, las creen o se prestan con alevosía para la difusión.
En las redes se libra una batalla por el control de la opinión y la fijación de la agenda. Cada vez más gente se mal informa por esa vía. Abundan las noticias que se sacan de contexto, las fotos y vídeos trucados, y las opiniones de fuentes no confiables. En muchas hemos sido testigos de campañas dirigidas a destruir a personas, y de cadenas que se envían con fines perversos.
No crítico a las redes debido a que tienen mucho de positivo: nos interconectan y nos hacen más fácil la comunicación, nos unen con nuestros familiares y amigos aunque estén lejos y nos permiten conocer personas y compartir, como nunca antes.
Con lo que sí no podemos estar de acuerdo es con aquellos que se prestan para poner a rodar noticias falsas. Ni tampoco con los que aprovechan las redes y muchas veces el anonimato para atentar contra la reputación de otros, llegando al extremo de meterse en la intimidad y vida privada de los demás. Las víctimas de las agresiones tienen hijos, familiares y amigos, a quienes se causa también un daño moral, doliéndoles lo se dice, especialmente cuando se trata de un invento, un rumor infundado o un chisme de mal gusto.
La invitación que hago es a corroborar las noticias, a buscar medios, fuentes y periodistas confiables donde se reconfirman las informaciones antes de su publicación.
El que replica una noticia falsa se hace cómplice del que la genera o del que escribe para destruir. Muchas veces se pasan de forma automática y sin medir las consecuencias.
El gobierno genera montones de noticias falsas y no muestra nunca las pruebas de lo que hace circular, como el relato de la guerra económica, la inflación inducida o la aniquilación moral de la oposición.
En las redes, usemos la mayoría que somos, para con fuerza y razón, proclamar la esperanza, la necesidad de cambio y la verdad.
oscar.arnaln@gmail.com
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