Persiste la incertidumbre en el sector petrolero
Todo parece indicar que el año en curso estará marcado por una elevada volatilidad en el ámbito energético, con implicaciones económicas, políticas y geoestratégicas de considerable alcance
La incertidumbre económica global continúa afectando de manera significativa al sector energético, particularmente en lo concerniente al mercado de hidrocarburos.
Los precios del petróleo, el gas natural y sus derivados ejercen una influencia determinante en los niveles de inflación, lo cual repercute directamente en la estabilidad macroeconómica de numerosas naciones.
Los precios del petróleo, el gas natural y sus derivados ejercen una influencia determinante en los niveles de inflación, lo cual repercute directamente en la estabilidad macroeconómica de numerosas naciones.
Desde la asunción del presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, el pasado 10 de enero, las decisiones de política comercial adoptadas por su administración han generado impactos inmediatos en los mercados bursátiles internacionales.
La aplicación de medidas arancelarias punitivas, dirigidas a diversos países exportadores con alto grado de dependencia del mercado estadounidense, ha acentuado las tensiones económicas a nivel global.
Regiones estratégicas como la Unión Europea y Asia —esta última encabezada por China e integrada por economías clave como India, Japón y Corea del Sur— han visto comprometidos sus intereses comerciales, lo que ha motivado esfuerzos orientados a redefinir los términos de intercambio con el objetivo de lograr relaciones más equitativas.
Este clima de tensión geopolítica no solo ha generado fluctuaciones en los principales índices bursátiles, sino que también ha influido directamente en la cotización internacional del crudo. Las variaciones en el precio del petróleo responden, en gran medida, a los mensajes y decisiones emanadas desde Washington.
En el caso venezolano, el panorama se presenta aún más complejo.
A las ya severas restricciones comerciales se han sumado sanciones específicas que obstaculizan las operaciones de empresas extranjeras, no solo, a Chevron, la única norteamericana con intereses en el país, sino que se han extendido a la europeas tales como ENI, Repsol, Morell & Prom, Shell y compañías asociadas de Trinidad y Tobago. Medidas profundizadas, aún más, a quienes compren crudo venezolano.
En medio de este contexto volátil, se observa una creciente reacción por parte de actores relevantes del sistema internacional. Tanto China como la Unión Europea han comenzado a expresar posturas más firmes, mientras que la presión ejercida por los mercados financieros estadounidenses ha derivado en una pausa temporal de 90 días en algunas de ellas.
Durante este periodo, el precio del petróleo, que había descendido desde niveles superiores a los 70 dólares por barril hasta por debajo de los 60, ha mostrado una leve recuperación. Aunque el precio más bajo, lo marcará el costo de producción en EEUU, que en algunos casos en más del doble del costo en los países de la OPEP+.
Todo parece indicar que el año en curso estará marcado por una elevada volatilidad en el ámbito energético, con implicaciones económicas, políticas y geoestratégicas de considerable alcance.
@eromeronava
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