Son corruptos, pero de los nuestros
La USAID destinó 656 millones de dólares a Venezuela distribuidos de la siguiente manera: 467 millones de dólares de asistencia humanitaria para venezolanos migrantes y otros 189 millones para connacionales dentro del país
Indignante el silencio de los principales dirigentes de la oposición extrema; María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU), entre otros integrantes de la cúpula de la Plataforma Unitaria (PU), tras el escándalo por el desvío de recursos de la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID). Ninguno de los principales voceros de esa parte del antichavismo venezolano ha dicho nada por tamaño escándalo.
Ahora se confirma que el “chorro” abrió con fuerza a partir de 2017, cuando Julio Borges asumió la presidencia de la Asamblea Nacional; 2018 con Omar Barboza; y en 2019, se vació la alcancía completa con Juan Guaidó.
La USAID destinó 656 millones de dólares a Venezuela distribuidos de la siguiente manera: 467 millones de dólares de asistencia humanitaria para venezolanos migrantes y otros 189 millones para connacionales dentro del país. Ni los unos, ni los otros, vieron un dólar.
Ahora se confirma que el “chorro” abrió con fuerza a partir de 2017, cuando Julio Borges asumió la presidencia de la Asamblea Nacional; 2018 con Omar Barboza; y en 2019, se vació la alcancía completa con Juan Guaidó.
La USAID destinó 656 millones de dólares a Venezuela distribuidos de la siguiente manera: 467 millones de dólares de asistencia humanitaria para venezolanos migrantes y otros 189 millones para connacionales dentro del país. Ni los unos, ni los otros, vieron un dólar.
En la única página digital activa de la USAID que ubicamos en Google con el subtítulo de “preguntas frecuentes” se lee: “Estados Unidos está apoyando los esfuerzos de respuesta en 16 países (…). La cooperación de EE.UU. ayuda a satisfacer las necesidades humanitarias más urgentes, detener la propagación de enfermedades infecciosas y apoyar a las comunidades que albergan venezolanos en condición vulnerable”. ¿Existe algún registro con los nombres de las personas y los países donde nuestros compatriotas recibieron siquiera un tapabocas adquirido con esos fondos?
“Dentro de Venezuela (…) USAID ha comprometido $128 millones para apoyar a defensores de derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil, medios independientes y supervisores electorales en Venezuela”. ¿Cuales defensores de DDHH, cuales ONG, cuales medios de comunicación independiente? La ayuda a los supervisores electorales la presumimos, a la gente de Súmate, la misma que fundó MCM.
“La USAID proporciona compensación, costos de viaje y otros gastos para algunos asesores técnicos de la Asamblea Nacional y la Administración interna de Guaidó a través de fondos de asistencia”. Por supuesto, además de pasajes, alimentos y bebidas.
Para rematar: “Docenas de representantes del gobierno interino, partidos políticos, sociedad civil y sectores de alta prioridad han participado en estas consultas. Su participación es fundamental para nuestro proceso de brindar asistencia útil y estratégica a la gente de Venezuela”. ¿Entre cuantas docenas se repartieron ese botín?
A comienzos de 2019, USAID proporcionó productos humanitarios por $334.000 que serían transportados desde Cúcuta a Venezuela. El 23 de febrero de 2019, los camiones con estos productos fueron detenidos en la frontera y 34.000 dólares en mercancía de USAID fueron destruidos. Días después, The New York Times mostró a gente de Guaidó, incendiando las gandolas.
El 8 de octubre 2019, el Administrador de USAID, Mark Green, y el supuesto embajador de Venezuela en USA, Carlos Vecchio, suscribieron un Convenio de Donación para Objetivos de Desarrollo (DOGA por sus siglas en inglés), el primer acuerdo bilateral que USAID había firmado con nuestro país en más de 65 años (1954). Este acuerdo serviría como mecanismo para que USAID y la Asamblea Nacional, colaboraran formalmente en programas de desarrollo en Venezuela.
El 8 de octubre 2019, el Administrador de USAID, Mark Green, y el supuesto embajador de Venezuela en USA, Carlos Vecchio, suscribieron un Convenio de Donación para Objetivos de Desarrollo (DOGA por sus siglas en inglés), el primer acuerdo bilateral que USAID había firmado con nuestro país en más de 65 años (1954). Este acuerdo serviría como mecanismo para que USAID y la Asamblea Nacional, colaboraran formalmente en programas de desarrollo en Venezuela.
De acuerdo con un informe difundido por las RRSS estadounidenses en días pasados, a partir de la firma del convenio en 2019, se dispusieron 200 millones de dólares para financiar programas de desarrollo, los cuales habrían sido desviados atendiendo prioridades políticas.
Además, hubo redireccionamiento de fondos, y USAID redujo el financiamiento a agencias de la ONU por pedido de Guaidó, alegando preocupaciones sobre un posible apoyo al gobierno de Nicolás Maduro. Los fondos fueron dirigidos a organizaciones alineadas con el gobierno interino.
Este documento confirmaría que la distribución de estos recursos fue coordinada con el gobierno interino, y que la asistencia humanitaria fue utilizada con fines políticos. USAID habría admitido que la ayuda humanitaria también tenía el objetivo de fortalecer el apoyo a Guaidó y aumentar la presión sobre el gobierno de Maduro desviándose de los principios humanitarios.
Hasta ahora solo nos hemos referido a los fondos proporcionados a la oposición venezolana por la USAID, agencia del gobierno de los EEUU cerrada por orden de Donald Trump, el pasado 3 de febrero.
Todavía falta mucha tela que cortar, por ejemplo, los bonos 20-20 de PDVSA, el caso de Monómeros, de Citgo, del oro en custodia en Londres, la ayuda en divisas de unos cuantos países de Europa, Canadá, Australia, organizaciones y organismos internacionales y unos cuantos empresarios venezolanos martillados y en algunos casos extorsionados por esta falsa oposición, que hasta la amenaza de conseguir la eliminación de la visa americana utilizó para requerir fondos millonarios.
Pero nadie dice nada, y en los corrillos de la plana mayor de esa oposición se escucha un susurro, “son corruptos, pero de los nuestros”.
jotaerre577@gmail.com
Este documento confirmaría que la distribución de estos recursos fue coordinada con el gobierno interino, y que la asistencia humanitaria fue utilizada con fines políticos. USAID habría admitido que la ayuda humanitaria también tenía el objetivo de fortalecer el apoyo a Guaidó y aumentar la presión sobre el gobierno de Maduro desviándose de los principios humanitarios.
Hasta ahora solo nos hemos referido a los fondos proporcionados a la oposición venezolana por la USAID, agencia del gobierno de los EEUU cerrada por orden de Donald Trump, el pasado 3 de febrero.
Todavía falta mucha tela que cortar, por ejemplo, los bonos 20-20 de PDVSA, el caso de Monómeros, de Citgo, del oro en custodia en Londres, la ayuda en divisas de unos cuantos países de Europa, Canadá, Australia, organizaciones y organismos internacionales y unos cuantos empresarios venezolanos martillados y en algunos casos extorsionados por esta falsa oposición, que hasta la amenaza de conseguir la eliminación de la visa americana utilizó para requerir fondos millonarios.
Pero nadie dice nada, y en los corrillos de la plana mayor de esa oposición se escucha un susurro, “son corruptos, pero de los nuestros”.
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