Nunca ha sido fácil
En vez de ver los obstáculos como algo desventajoso, podemos usarlos como trampolines, para que nuestra vida y las de otros terminen siendo mejores que antes
No hay que ser genio para admitir que la vida no es fácil. Nunca lo ha sido. Otra verdad es que nosotros podemos hacerla aún más difícil, según nuestras reacciones y respuestas a lo que nos sucede. Podemos describir 2 tipos de reacciones:
1. Una optimista, positiva, de fe verdadera, madura, que se hace cargo de sus decisiones y responsabilidades, busca aprender de las adversidades, en medio de controversias trata de hallar puntos en común con sus oponentes, para así luego buscar conciliar (sin que esto implique transigencia en las convicciones)
1. Una optimista, positiva, de fe verdadera, madura, que se hace cargo de sus decisiones y responsabilidades, busca aprender de las adversidades, en medio de controversias trata de hallar puntos en común con sus oponentes, para así luego buscar conciliar (sin que esto implique transigencia en las convicciones)
2. Lo contrario al punto 1
Empecemos por admitir que las situaciones muy difíciles exigen personas optimistas, motivadoras y llenas de fe verdadera. Sobran ejemplos de personas que, a lo largo de la historia, remontaron obstáculos casi imposibles. Salieron triunfantes a pesar de la pobreza, defectos físicos, ambientes familiares que dejaban qué desear, así como de condiciones adversas de todo tipo. Muchas vivieron experiencias que las hubiesen podido llenar de hostilidad hacia otros, o agobiarse por ellas, pero ¡no cayeron en eso! En cambio se esforzaron aún más para superar los obstáculos, y así se fortalecieron.
Hay gente que vivía en la más abyecta pobreza, pero luchó por salir de ella y hacer algo en la vida a pesar de su origen. Muchas veces por haber tenido esas dificultades, ellos fueron capaces de compadecerse de otros con problemas similares, y luego trabajaron por mejorar su suerte.
Usualmente los que sí saben lo que es tener dificultades y las han superado, son los que luego son capaces de ejercer gran influencia e infundir en otras personas el valor y la fe necesarios para superar dificultades que éstas tengan. Son un testimonio para todos de que las circunstancias difíciles no tienen forzosamente que derrotarnos, sino que podemos superarlas si tenemos la actitud constructiva y el ánimo debidos.
Jerome K Jerome fue un escritor inglés. Su padre murió cuando él tenía 12 años, a los 14 tuvo que trabajar para mantener a su madre y hermana. Luego murió su madre, y después de muchos empleos se convirtió en escritor. Y no de relatos tristes, se dedicó a redactar obras humorísticas para alentar a la gente. Él, con tantas dificultades en sus primeros años, afirmó: Lo que nos fortalece es la lucha, no la victoria. George B Shaw por ejemplo, aunque era muy tímido por su determinación llegó a ser un orador brillante, además de un escritor importante.
En vez de ver los obstáculos como algo desventajoso, podemos usarlos como trampolines, para que nuestra vida y las de otros terminen siendo mejores que antes.
Sin dificultades podríamos sentirnos satisfechos de nosotros mismos, y así no adquiriríamos la fortaleza de carácter que viene de bregar para superar dificultades. No nos compadeceríamos de los que han pasado por lo mismo, ni hallaríamos algo muy valioso: amigos verdaderos, esos que no se van en nuestro momento de necesidad, sino que acuden a ayudarnos.
@viviendovalores
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