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Historia del 23 de enero de 1958

Fue un proceso complejo que involucró los más diversos factores y circunstancias sobre los cuales se han adelantado importantes estudios y testimonios

  • JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ

19/01/2025 05:02 am

El 23 de enero de 1958 es parte de esas fechas históricas significativas de nuestra historia política moderna, y que representa un símbolo de los esfuerzos y los sacrificios que tuvo que hacer el país para rescatar y establecer un sistema democrático, y cómo éste debe ser consecuente con las libertades y derechos de los ciudadanos, ser el escenario de una equilibrada y constructiva interacción política y representar, en definitiva, una alternativa cierta para el desarrollo de la Nación y superar así los vicios y limitaciones que ponen el peligro la real vigencia de sus instituciones y de los derechos de todos.

Un breve resumen de la jornada cívica del 23 de enero de 1958, mediante la cual concluyó la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, nos ubica en diversos acontecimientos:

Se iniciaron los contactos cívico-militares en diciembre de 1957 y luego del 1 de enero de 1958, el pueblo empezó a evidenciar su oposición y se acentuó la protesta. El 03 de enero, la Junta Patriótica emitió clandestinamente un manifiesto en el cual invitaba a la unión popular y del ejército para acabar con la dictadura. De la misma manera, los obreros y los estudiantes comenzaron sus movilizaciones. Los habitantes de los barrios se enfrentaron en diversos lugares a las patrullas policiales del gobierno.

El día 09, cinco destructores de las Fuerzas Navales se alejaron de la costa de La Guaira y de Puerto Cabello y presentan un pliego peticiones. El día 10 de enero, el gobierno procedió a designar nuevos Ministros. El pueblo se congregó en la Plaza Miranda y en El Silencio (Caracas) y se escucharon consignas en contra de la dictadura. Se señaló que Pedro Estrada y Laureano Vallenilla, altos funcionarios del régimen, abandonaron el país. A escasos tres días del nombramiento del gabinete, el dictador Pérez Jiménez escogió nuevos Ministros, retiró al Ministro de la Defensa general Rómulo Fernández y lo expulsó hacia Santo Domingo.

Circularon en el país diversos manifiestos reclamando el rescate de las libertades por parte de los intelectuales, de los abogados, de los ingenieros, de los médicos y otros gremios, al mismo tiempo que circularon los de la Junta Patriótica. Las barriadas populares y las Iglesias Católicas fueron vigiladas y numerosos sacerdotes que se manifestaron contra la dictadura fueron detenidos.

El día 20, grupos estudiantiles se enfrentaron en distintos lugares con la policía. Se incrementó el número de presos en la Seguridad Nacional y se siguieron aplicando procedimientos de tortura y asesinatos.

La Junta Patriótica convocó a una Huelga General y el día 21 de Enero se inició la misma, amaneciendo la capital sin prensa. Se desarrollaron enfrentamientos y protestas en las calles de Caracas. El gobierno dictó el estado de sitio. Se esperaba el estallido de rebeliones militares en la Marina, la Academia Militar y de la Guardia Nacional prevista en horas de la madrugada, pero no se produjeron.

A partir del mediodía del día 21, se escuchó un repique de campanas y el sonido ensordecedor de las cornetas de los carros. Los habitantes de San Agustín y de otros lugares de Caracas, bajaron de los cerros y salieron a las calles coreando el himno nacional y portaban banderas nacionales. Se escenificaron los enfrentamientos en distintos lugares. A las 5:00 p.m. el gobierno dictó un toque de queda.

El 22, Caracas amaneció con algunos transportes públicos con soldados y se produjeron en el centro las primeras manifestaciones. La policía se desmoralizó y disminuyeron sus acciones represivas. Volvieron a escucharse al mediodía las cornetas, las campañas y sirenas. Los manifestantes desafiaron en distintos lugares el toque de queda.

A las 10:00 p.m., se confirmó que la Marina y la Guarnición de Caracas se sumaron al derrocamiento. Los últimos oficiales hasta entonces leales al régimen dictatorial parlamentaron con el contralmirante Wolfang Larrazábal.

El 23 de enero, a primera hora de la madrugada, el dictador Marcos Pérez Jiménez, algunos ministros y su secretario, abandonaron el país en el avión “La Vaca Sagrada” con rumbo a Santo Domingo, República Dominicana. En el ínterin, dejaron una maleta con gran cantidad de dinero. Una hora después, al conocerse la noticia, el pueblo de Caracas y de Venezuela se volcó a las calles en señal de júbilo patriótico. En los sótanos de la Seguridad Nacional se escucha el grito: “¡Cayó Pérez Jiménez…!” y empezaron a salir de la cárcel los presos. A las 4:00 a.m., se constituyó una Junta Militar de Gobierno que presidió Larrazábal y se nombró un primer gabinete. El pueblo incendió las instalaciones de la Seguridad Nacional, en la Plaza Morelos de Caracas. Se produjeron cambios en la Junta de Gobierno y se retiraron algunos integrantes militares hasta el último momento leales a la dictadura.

Fue un proceso complejo que involucró los más diversos factores y circunstancias sobre los cuales se han adelantado importantes estudios y testimonios.

Uno de los más graves errores de la dictadura de Pérez Jiménez y que terminó de develar la verdadera naturaleza del régimen, junto a la persecución, las torturas y los crímenes producidos por la Seguridad Nacional contra los adversarios políticos, fue el desconocimiento del resultado de las elecciones del 30 de noviembre de 1952 para la formación de la Asamblea Nacional Constituyente que designaría al Presidente de la República.

Mientras que importantes sectores políticos opositores se encontraban ilegalizados y en la clandestinidad e incluso inicialmente sostenían tesis abstencionistas, en especial dentro de Acción Democrática, y, por su parte, el gobierno consideraba que triunfaría en esa elección, la realidad política evidenció un cambio significativo en contra de este último, surgiendo la alternativa opositora representada por el partido Unión Republicana Democrática, U.R.D., liderado por Jóvito Villalba.

Mientras todas las otras agrupaciones y sus líderes se encontraban en la cárcel o en el exilio (Acción Democrática, el Partido Comunista, principalmente, mientras que COPEI y U.R.D, actuaban con severas limitaciones), el partido de Jóvito Villalba agrupó el descontento, indicando representar -tal y como lo hizo en un importante manifiesto, desconocido hoy, denominado: “U.R.D. A LOS VENEZOLANOS” del 27 de septiembre de 1952-, la: “…voluntad democrática y nacionalista de toda Venezuela”, apreciando entonces que: “La solución del problema político está en la unidad de todos los buenos venezolanos bajo un programa de paz, libertad y trabajo. Con la unidad por delante, con el sincero empeño de trabajar por Venezuela y por su pueblo, estamos seguros que la democracia triunfará: primero en las elecciones, si un mínimum de garantías permite que los venezolanos expresen electoralmente su universal repudio a la política dictatorial; después de ellas, si el fraude impera, porque lo que se edifique sobre el fraude no podrá resistir la rotunda condenación cívica y democrática de la nación venezolana”.

Para sorpresa, consternación y profundo desagrado del gobierno, se evidenció desde horas de la mañana de ese día la creciente derrota del mismo. Así lo constató también el embajador de los Estados Unidos en Venezuela, Fletcher Warren, testimoniando que U.R.D. había ganado en todo el país, excepto en Mérida donde triunfó COPEI y en Táchira, donde había nacido Pérez Jiménez. Un informe diplomático indicó: “…el voto combinado de la oposición era más de dos a uno contra el voto de aquellos partidos favorables a la administración” (Franklin W.Wolf, 10-12-1952).

Un telegrama del coronel Pérez Jiménez a los dirigentes principales de U.R.D. fechado el 02 de diciembre de 1952, a nombre de la Institución Armada, dejó a las claras que no se admitiría ningún triunfo que, a su juicio: “vaya a lesionar el prestigio y el progreso de la nación”.

No obstante ello y que en sus sustanciales mensajes ante el Congreso Nacional, Pérez Jiménez evidenciaba que Venezuela había alcanzado en distintos ámbitos los más altos índices de bienestar económico y social, de desarrollo, infraestructura y sanidad, el país unificado optó por el rescate de la democracia, y bajo la vigencia de la Constitución de la República de Venezuela de 1961, se produjeron -hecho histórico indudable- sucesivas elecciones presidenciales, parlamentarias y locales en las cuales se alternaron partidos de todas las tendencias políticas, tal y como es de todos conocido, en esa etapa fundamental de nuestra vida republicana.

jfd599@gmail.com 
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