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El conocimiento como herramienta de liberación y justicia

Cuando se levantan barreras contra la creatividad y el cuestionamiento, el potencial humano se dispersa y se convierte en una fuerza descontrolada que arrasa con todo a su paso

  • PEDRO ARCILA

18/01/2025 05:00 am

En la actualidad, el avance del conocimiento y la tecnología ha transformado radicalmente la dinámica del comportamiento humano y las condiciones de vida en nuestro planeta. Esta evolución ha traído consigo no solo ventajas en términos de eficiencia y productividad, sino también retos significativos para la humanidad, presentando un dilema preocupante: la creciente desigualdad entre aquellos que se adaptan a estos cambios y quienes quedan atrapados en un pasado que les niega oportunidades.

La premisa fundamental es clara: la tecnología, aunque facilitadora, también actúa como una fuerza de dominación en la vida cotidiana de los individuos. En la medida en que las innovaciones tecnológicas se consolidan como elementos imprescindibles de nuestra existencia, quienes no logran seguir el ritmo de estos avances corren el riesgo de quedar relegados a un estado de atraso inconmensurable y oprobioso. Este fenómeno no solo afecta a individuos, sino también a naciones enteras, creando una brecha insalvable en términos de desarrollo económico y social.

La transformación de los recursos y energías en el contexto contemporáneo es palpable. Las energías renovables, aunque esenciales para un futuro sustentable, han pasado a ser vistas como insumos de segundo orden, subordinados a las estrategias de explotación y distribución impuestas por grandes corporaciones. Estas entidades, que dominan el panorama político y económico global, establecen estándares que muchas veces priorizan sus intereses sobre el bienestar colectivo y el respeto por el medio ambiente.

Por otro lado, la inteligencia y el ingenio humano alcanzan niveles sin precedentes, pero la competitividad hoy radica más en la velocidad de adaptación que en la resistencia ante el cambio. Aquellos países que han cultivado una educación proactiva, que fomenta la armonización con el entorno y la integración de la academia como pilar fundamental, son los que están disfrutando de las ventajas de este nuevo orden global. Sin embargo, la falta de una educación integral y accesible para todos acentúa la desigualdad, dejando a millones de individuos en un estado de desventaja permanente.

La llegada de la inteligencia artificial y la robótica está reconfigurando el mercado laboral. Estas tecnologías están desplazando no solo la mano de obra tradicional, sino también afectando la creación intelectual y las relaciones sociales. La interacción humana se vuelve cada vez más efímera y superficial, generando un ambiente en el que las conexiones familiares y afectivas se ven seriamente comprometidas. Este aislamiento, en un mundo supuestamente interconectado, plantea serias interrogantes sobre la naturaleza misma de la humanidad, así como sobre los valores éticos y morales que rigen nuestras vidas cotidianas.

A nivel global, la situación se complica aún más. Hay naciones que avanzan rápidamente hacia la socialización de los sistemas de comunicación, promoviendo una conexión impersonal y a bajo costo entre los ciudadanos. Este fenómeno puede parecer positivo desde un punto de vista superficial; sin embargo, oculta un grave riesgo de deshumanización y alienación. Simultáneamente, existen países que, en un intento de controlar la narrativa, restringen el acceso a la comunicación crítica y penalizan la libertad de pensamiento. Este retroceso hacia un escenario de censura y control es una amenaza latente para el progreso social y cultural.

El ostracismo de aquellos que optan por mantener cerradas sus mentes y restringir la verdad se traduce en una represión que, eventualmente, se revertirá. La subordinación del pensamiento libre y la autonomía del individuo solo puede conducir a una explosión de frustración y deseo de libertad. Cuando se levantan barreras contra la creatividad y el cuestionamiento, el potencial humano se dispersa y se convierte en una fuerza descontrolada que arrasa con todo a su paso, incluido el propio sistema opresor.

Este ciclo de dominación y liberación representa un dilema fundamental en nuestra era. La esencia de la humanidad radica en nuestra capacidad para crear, cuestionar y evolucionar. En lugar de permitir que la tecnología y el conocimiento se conviertan en instrumentos de control, debemos aprovechar estas herramientas para empoderar a cada individuo, fomentando una formación integral que permita a las personas no solo comprender el mundo que les rodea, sino también contribuir activamente a su mejora.

En conclusión, el desafío que enfrentamos no es solo tecnológico, sino profundamente humano. La clave está en cómo elegimos usar el conocimiento y la tecnología: como un medio para construir muros que dividan y opriman, o como una oportunidad para derribar barreras y fomentar una sociedad inclusiva y equitativa. Solo así podremos asegurar que el avance del conocimiento y la tecnología beneficien a todos, evitando que queden relegados aquellos que aún luchan por adaptarse a un mundo en constante cambio. La reflexión es válida sobre todo en aquellos países donde los regímenes que gobiernan, intentan frenar la información mediante subterfugios, control grosero de los medios de comunicación y alienación de una población a contenidos vacíos, judicializando la inteligencia y propugnando la mediocridad como instrumento de dominación.

Vale recordar la sentencia de José Antonio Páez en su última entrevista dada a un periodista colombiano en Nueva York: “es un error pernicioso creer que, la ignorancia hace a los hombres obedientes y apacibles; al contrario, -afirmaba, -los hace inhumanos y más violentos”. He allí, que el conocimiento y el acceso a la tecnología y la información, es el más caro y valioso instrumento para el empoderamiento de los individuos en una sociedad cambiante y exigente. Acceder a los avances que propugnan las sociedades pensantes, es determinante como indicador de libertad y justicia.

Pedroarcila13@gmail.com 
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