En un mundo como el de hoy una de las lecciones que deberíamos estar aprendiendo es a darle prioridad a ser una mejor influencia para otros, que de paso al final sería una influencia para el bien común. Una forma de lograrlo sería aprendiendo a sacar lo mejor de otros, del potencial que tiene todo ser humano para el bien. Nada saca lo mejor de uno de cualquier otra persona más rápido que tener a alguien que crea en uno.
Quisiera compartir con los lectores un escrito que leí hace un tiempo, en el que un muchacho explica cómo aprendió varias cosas realmente significativas al ver lo que hacía su padre sin que él se percatara de ello, lo cual a su vez resalta cómo es mucho más convincente y efectivo un ejemplo que un sermón. Si bien esta es una magnífica guía de cómo un padre podría influenciar para bien a su hijo, también pudiera ser un buen ejemplo para nuestra relación con otros, aunque creamos que no nos están mirando:
La mejor manera de ayudar a la gente es ver lo mejor de ellos John C Maxwell
@viviendovalores
Quisiera compartir con los lectores un escrito que leí hace un tiempo, en el que un muchacho explica cómo aprendió varias cosas realmente significativas al ver lo que hacía su padre sin que él se percatara de ello, lo cual a su vez resalta cómo es mucho más convincente y efectivo un ejemplo que un sermón. Si bien esta es una magnífica guía de cómo un padre podría influenciar para bien a su hijo, también pudiera ser un buen ejemplo para nuestra relación con otros, aunque creamos que no nos están mirando:
- Cuando pensabas que no estaba mirando, te vi colgar mi primer cuadro en el refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, vi que alimentabas a un perro callejero y aprendí que era bueno ser amable con los animales.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, vi que tú me estabas haciendo mi pastel favorito y yo aprendí que las pequeñas cosas pueden ser las cosas especiales en la vida.
- Cuando pensabas que no estaba mirando te escuché rezar una oración, y supe que existe un Dios vivo con el que siempre podría hablar, y así comencé a aprender a confiar en ese Dios.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, vi que estabas haciendo una comida y luego se la llevaste a un amigo que estaba enfermo, y así aprendí que todos tenemos que ayudar a cuidarnos unos a otros.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, te vi dando de tu tiempo y de tu dinero para ayudar a personas que no tenían nada, y aprendí que los que tienen algo deberían dar a los que no tienen.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, vi que tú cuidas de nuestra casa y a todos los que vivimos en ella, y aprendí que tenemos que cuidar lo que se nos da.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, vi cómo manejaste tus responsabilidades, incluso cuando no te sentías bien, y aprendí que yo deberé ser responsable cuando sea mayor.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, yo vi lágrimas salir de tus ojos, y yo aprendí que a veces las cosas duelen, pero que está bien llorar.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, yo vi que a ti te importaba lo que hacías, y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, yo aprendí la mayoría de las lecciones de vida que necesito para saber ser una persona de bien y productiva cuando sea mayor.
- Cuando pensabas que no estaba mirando, yo te miré y quise decirte: "Gracias por todas las cosas que vi cuando pensabas que yo no estaba mirando”.
La mejor manera de ayudar a la gente es ver lo mejor de ellos John C Maxwell
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