Espacio publicitario

El Grado de Bachiller conferido por la UCV entre 1725 y 1951

Entre 1899 y 1900 gobernaron a Venezuela los generales Castro y Gómez, declarados enemigos de las universidades, quienes cerraron las Universidades del Zulia y de Carabobo en 1904

  • ALBERTO NAVAS

09/10/2023 05:00 am

Hoy es un grado devaluado, académicamente y por el mercado de trabajo, el Título de Bachiller se nos ha convertido en un mero requisito para acceder a algunas otras instancias del sistema educativo o a alguna condición laboral igualmente limitada. Hasta los años de 1970 los llamados “Bachilleres de la República” llevábamos con orgullo ese grado, ya fuese en Humanidades, Ciencias, normalista, etc. Los bachilleres eran ampliamente respetados por la comunidad, como docentes, como apoyo en los tribunales y hospitales, en el periodismo, la literatura, la política, como universitarios, etc. Muchos personajes importantes de nuestra historia venezolana fueron solamente bachilleres y figuraron en los más altos niveles de la política, la literatura, el derecho y las artes. Don Andrés Bello fue el ejemplo más claro de estas cualidades, como también lo fueron en el siglo XX Rómulo Gallegos y Rómulo Betancourt, ambos egresados de la UCV como Bachilleres en Filosofía.

Conceptualmente, el origen del título de Bachiller se hunde en las profundidades de la Edad Media, posiblemente con el vocablo del latín medieval: “Bacalaureus” que, posiblemente emanaba del medio religioso educativo católico remoto, así como probablemente, en el mundo laico, usado para designar a un joven aspirante a la investidura como caballero en aquel remoto contexto de la cultura feudal. Pero en el medio del Studium medieval remoto, el bacalaureato expresaba una investidura académica, una especie de “coronación” por medio del conferimiento del título materializado en la imposición de una “corona de laurel con bayas”, (Laureado con frutos), ceremonia que hoy revivimos con la imposición de la medalla de grado y que acompañamos con el diploma correspondiente. Inicialmente, el grado de Bachiller era conferido individualmente por el Rector, pero el Acto era presidido por el Padrino, que era un graduado o profesor de la Universidad. Los grados mayores de Licenciados, Maestros y Doctores eran conferidos por el Cancelario de la Universidad (Canciller o Juez de Estudios), hasta el siglo XVIII, en el caso de España e Iberoamérica, cuando las reformas borbónicas elevaron el papel del Rector, alejando a las universidades de la influencia catedralicia.

En Venezuela desde el siglo XVIII temprano la Real y Pontificia Universidad de Caracas (elevada sobre el antiguo Colegio Seminario de Santa Rosa) comenzó a otorgar los grados de Bachiller desde 1725, cuando el Rector Dr. francisco Martínez de Porras: “confirió el grado de Br. En Philosofia a Dn. Antonio de Tovar y Bañes”1, el graduado más antiguo de la UCV en la Facultad de Filosofía, otorgándole a ésta la primera precedencia en el ceremonial y protocolo, como le corresponde. Ese mismo año se graduaron otros 11 bachilleres en Filosofía, dos en Ciencias Eclesiásticas-Teología, dos Licenciados y dos Doctores. Setenta y cinco años más tarde, en el año 1800, se graduaron 17 Bachilleres en Filosofía, entre ellos el joven Andrés Bello López, 7 Bachilleres en Teología, 4 bachilleres en Leyes, 3 Bachilleres en Cánones y uno en Medicina, para completar un total de 32 Bachilleres, una cifra elevada para aquel contexto.

Un siglo más tarde, para el año de 1900, la Universidad Central de Venezuela estaba graduando 45 Bachilleres en Filosofía, 8 Bachilleres en Medicina,7 Bachilleres en Ciencias Políticas, 3 Bachilleres en Cánones, para un total de 63 graduados de bachilleres, una cantidad que se había duplicado en un siglo de guerras, pestes y crisis de todo tipo. Para la primera mitad del siglo XX, la UCV, los Colegios Federales y algunas instituciones privadas avanzaron progresivamente hacia el conferimiento de los grados de bachillerato, sin embargo, los que pretendían continuar una carrera universitaria hacia los grados mayores, tenían que convalidar su grado en la Universidad, presentando una serie de recaudos y defendiendo ante un Jurado universitario una Tesis de Bachiller demostrando los conocimientos adquiridos. En el Archivo Histórico de la UCV reposan muchas de estas tesis anexas a sus respectivos expedientes de grado.

Entre 1899 y 1900 gobernaron a Venezuela los generales Castro y Gómez, declarados enemigos de las universidades, quienes cerraron las Universidades del Zulia y de Carabobo en 1904. Mientras que la Universidad Central fue clausurada entre 1912 y 1922, siempre en resguardo de los intereses del tirano de turno. Todo esto hizo, en el caso de Caracas, una acumulación de estudiantes que saturaría la Universidad desde 1923 en adelante alimentando un clima de conflictividad que explotaría en las protestas estudiantiles de 1928. Sin embargo, pese a la gran cantidad de estudiantes perseguidos, presos y exiliados, veremos que para 1935 se graduaron en la UCV 84 Bachilleres en Filosofía.

Muerto Gómez en 1935, la apertura política de los gobiernos de los generales López Contreras y Medina Angarita, favorecieron un repunte de la vida universitaria en muchos aspectos, lo que se relejó en la graduación de 815 bachilleres en 1940 de la UCV. Esta cifra bajó a la cantidad de 544 Bachilleres en 1942 y asombrosamente siguió bajando hacia solo 171 Bachilleres en 1945. La expansión de los liceos e institutos de educación media en aquella Venezuela de los años de 1940, fue descargando a las universidades del peso académico del Bachillerato y ya, para el año de 1950, en plena dictadura de la Junta Militar que había derrocado al maestro Rómulo Gallegos en 1948, los graduados de bachiller en filosofía se habían reducido a 13. Finalmente, se cerró el ciclo del egreso de Bachilleres en la UCV el año de 1951, con solo 5 graduados, cómo Bachilleres en filosofía y Letras.

Los últimos Bachilleres de 1951 fueron: Gerónimo Arenas, Juan Antonio Figuera, Carlos Ignacio Kauffmann, Ángel Ruiz y José Sánchez Peña. Una sólida red de institutos de educación media, pública y privada, dio al Bachillerato venezolano un impulso cualitativo y cuantitativo sin precedentes entre 1950 y la década de 1970. Desde la destrucción de las Escuelas Técnicas por el gobierno del Dr. Caldera y con la crisis económica desatada desde los años de 1980, las escuelas secundarias venezolanas se arrojaron al camino del deterioro continuo y permanente. En el día de hoy la situación es negativamente impresionante, los profesores y maestros viven con sueldos de indigencia, los estudiantes son parias y víctimas del deterioro humano y físico en los planteles, los padres y representantes sufren huyendo de los planteles públicos mientras que los privados especulan con precios inaccesibles en matrículas y mensualidades. Si se disuelve la educación desaparecerá la nación y viviremos en una entidad socio cultural distópica.

ANB Cronista de la UCV.

1 Archivo Histórico de la UCV, Caracas, Tomo 33, folio 1.
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario