Presidentes de Venezuela egresados de la UCV
Nuestra UCV es anterior y causa de la República y el aporte de sus profesionales a todos los niveles de la vida nacional constituye el nervio central del destino republicano y democrático
Es realmente determinante la idea de la Universidad de Caracas como coautora principal de la Independencia y de la República de Venezuela desde comienzos del siglo XIX, pues el movimiento Juntista en Caracas, desde 1808 hasta el 19 de abril de 1810, apuntaba claramente hacia una ruptura con el poder metropolitano español, tal vez en medio de indefiniciones políticas, combinación de estructuras coloniales y republicanas, y con estructuras de mando colectivo como lo fue la Junta Suprema de Caracas integrada por 23 miembros. Ciertamente el proceso del 19 de abril de 1810, en cuanto a la deposición del Capitán General Vicente Emparan, como por la integración de la Junta Suprema de Caracas, quedaba muy clara la presencia de la Universidad, lo que se verificaba también con la actuación del catedrático y Doctor Juan Germán Roscio, primero como Diputado del Pueblo, luego como Miembro de dicha Junta y finalmente como Secretario de Relaciones Exteriores.
Luego de la aprobación de la declaración de Independencia Absoluta de Venezuela por el Congreso el 5 de julio de 1811, se verificó un interesante proceso con la elección de un Triunvirato de Gobierno para ejercer las funciones del poder ejecutivo, siendo escogidos por el Congreso el Dr. Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltazar Padrón, el primero de ellos egresado de la Universidad de Caracas y de la de Santo Domingo, seleccionado en base a su prestigio académico y profesional, siendo por ello Cristóbal Mendoza el primer Presidente que le correspondió el turno en el Triunvirato de Gobierno. Destaca en este proceso que el propio Francisco de Miranda, quien también fue estudiante de la Universidad de Caracas, aspiraba a ser miembro de dicho Triunvirato y solo obtuvo 8 votos entre los 31 Congresantes que escogieron a esos altos funcionarios. Esta presencia universitaria se completa con la asignación que hizo el Congreso sobre otras figuras universitarias, como al Dr. Juan Germán Roscio para la redacción de la Proclama que expusiera a los venezolanos y al mundo los motivos y causas de la declaración de Independencia.
Desde el Gobierno de triunviros presidido por el universitario Dr. Cristóbal Mendoza en su primer turno en 1811, hasta el Gobierno Constitucional del Dr. Rafael Caldera elegido en 1993, han transcurrido 182 años de vida republicana en los que han ejercido la Presidencia de la República 24 venezolanos que han sido, estudiantes, egresados o profesores de la Universidad Central de Venezuela. De estos 24 presidentes ucevistas 17 fueron profesionales del Derecho, 2 de ellos Médicos, 1 Teólogo, 2 Bachilleres y otros con estudios no terminados. De entre ellos destacaron profesionales con valiosa actuación como escritores en Historia, Derecho, Filosofía, Pedagogía y Literatura, como Mendoza, Vargas, Gil Fortoul, Gallegos, Sanabria, Caldera y Ramón J. Velásquez. Algunos pocos combinaron su formación académica con actividades y altos grados militares, como Francisco de Miranda y Antonio Guzmán Blanco. Cabe también destacar que de los 24 presidentes ucevistas señalados solo 9 eran naturales de Caracas, siendo el resto nacidos en los más diversos espacios de la nación: 3 de Portuguesa, 2 de Anzoátegui, 2 del Táchira, 1 de Yaracuy, 1 de Trujillo, 1 de Bolívar, 1 de Lara, 1 de Barinas, 1 de Carabobo, 1 de la Guaira (Vargas) y 1 de Guatire (Miranda). Todo ello revelaba una tendencia de cobertura nacional de la UCV como modelo y centro de referencia nacional desde el siglo XVIII hasta nuestros días, influencia que se reflejaba en la matrícula estudiantil, los egresados y los profesores.
La apertura social de la Universidad en Venezuela ha sido gradual y creciente, como la mayoría de los aspectos históricos de nuestro sistema social y de derecho, conociendo una expansión en términos de matrícula y egresados desde la década de 1940, precisamente cuando las reformas democráticas se acentuaron en su cobertura social, en cuanto al voto, la salud, la vivienda y educación. Un momento propicio para el desarrollo de la política moderna, como lo enseñó José Ortega y Gasset, “trasponiendo” las relaciones jurídicas e incluyendo las formas, principios e instintos de socialización. Mario Briceño Iragorry advirtió allí un momento crucial de este proceso precisamente a mediados del siglo XX, en su obra “Mensaje sin destino” donde citaba la preocupación por la “crisis de hombres” capaces, lo que nos recuerda una queja similar de Fermín Toro en el siglo XIX. El problema que se presentó ante la necesidad de las reformas modernizadoras para en la sociedad postgomecista y que era tanto de “capacidades” como lo señaló Briceño, sino principalmente de barreras ancestrales, basadas en “cálculos y previsiones mezquinas” de sectores políticos conservadores que pretendían administrar las reformas modernizadoras iniciadas desde 1936 con la “usura de cuentagotas”, como también lo definió Mariano Picón Salas en 1946 durante el acto de inauguración de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCV. Por todo ello debemos destacar que la apertura de la Universidad venezolana, especialmente la UCV, a todos los sectores sociales y regionales del país ha sido evidente desde la ya señalada década de 1940, lo que se reflejó tanto en el origen social medio y bajo de gran parte de sus estudiantes y egresados, como también en el nivel social y sello regional de los presidentes de Venezuela egresados de la UCV que desde 1945 en adelante han provenido fundamentalmente de sectores medios y bajos de la población, hijos de trabajadores, maestros, pequeños comerciantes, agricultores y profesionales quienes a través de la Universidad dieron el salto desde los Colegios Federales y Liceos hacia los más altos niveles del liderazgo nacional.
Este privilegio ucevista de haber podido dirigir los destinos de Venezuela en tantas oportunidades, puede implicar también una responsabilidad en los errores que se pueden haber cometido en el desarrollo del Proyecto Nacional. Fallas tal vez menores en comparación con las de los caudillos y militares quienes también han detentado el poder en oportunidades más extensas y frecuentes. Nuestra UCV es anterior y causa de la República y el aporte de sus profesionales a todos los niveles de la vida nacional constituye el nervio central del destino republicano y democrático.
ANB Cronista de la UCV.
Luego de la aprobación de la declaración de Independencia Absoluta de Venezuela por el Congreso el 5 de julio de 1811, se verificó un interesante proceso con la elección de un Triunvirato de Gobierno para ejercer las funciones del poder ejecutivo, siendo escogidos por el Congreso el Dr. Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltazar Padrón, el primero de ellos egresado de la Universidad de Caracas y de la de Santo Domingo, seleccionado en base a su prestigio académico y profesional, siendo por ello Cristóbal Mendoza el primer Presidente que le correspondió el turno en el Triunvirato de Gobierno. Destaca en este proceso que el propio Francisco de Miranda, quien también fue estudiante de la Universidad de Caracas, aspiraba a ser miembro de dicho Triunvirato y solo obtuvo 8 votos entre los 31 Congresantes que escogieron a esos altos funcionarios. Esta presencia universitaria se completa con la asignación que hizo el Congreso sobre otras figuras universitarias, como al Dr. Juan Germán Roscio para la redacción de la Proclama que expusiera a los venezolanos y al mundo los motivos y causas de la declaración de Independencia.
Desde el Gobierno de triunviros presidido por el universitario Dr. Cristóbal Mendoza en su primer turno en 1811, hasta el Gobierno Constitucional del Dr. Rafael Caldera elegido en 1993, han transcurrido 182 años de vida republicana en los que han ejercido la Presidencia de la República 24 venezolanos que han sido, estudiantes, egresados o profesores de la Universidad Central de Venezuela. De estos 24 presidentes ucevistas 17 fueron profesionales del Derecho, 2 de ellos Médicos, 1 Teólogo, 2 Bachilleres y otros con estudios no terminados. De entre ellos destacaron profesionales con valiosa actuación como escritores en Historia, Derecho, Filosofía, Pedagogía y Literatura, como Mendoza, Vargas, Gil Fortoul, Gallegos, Sanabria, Caldera y Ramón J. Velásquez. Algunos pocos combinaron su formación académica con actividades y altos grados militares, como Francisco de Miranda y Antonio Guzmán Blanco. Cabe también destacar que de los 24 presidentes ucevistas señalados solo 9 eran naturales de Caracas, siendo el resto nacidos en los más diversos espacios de la nación: 3 de Portuguesa, 2 de Anzoátegui, 2 del Táchira, 1 de Yaracuy, 1 de Trujillo, 1 de Bolívar, 1 de Lara, 1 de Barinas, 1 de Carabobo, 1 de la Guaira (Vargas) y 1 de Guatire (Miranda). Todo ello revelaba una tendencia de cobertura nacional de la UCV como modelo y centro de referencia nacional desde el siglo XVIII hasta nuestros días, influencia que se reflejaba en la matrícula estudiantil, los egresados y los profesores.
La apertura social de la Universidad en Venezuela ha sido gradual y creciente, como la mayoría de los aspectos históricos de nuestro sistema social y de derecho, conociendo una expansión en términos de matrícula y egresados desde la década de 1940, precisamente cuando las reformas democráticas se acentuaron en su cobertura social, en cuanto al voto, la salud, la vivienda y educación. Un momento propicio para el desarrollo de la política moderna, como lo enseñó José Ortega y Gasset, “trasponiendo” las relaciones jurídicas e incluyendo las formas, principios e instintos de socialización. Mario Briceño Iragorry advirtió allí un momento crucial de este proceso precisamente a mediados del siglo XX, en su obra “Mensaje sin destino” donde citaba la preocupación por la “crisis de hombres” capaces, lo que nos recuerda una queja similar de Fermín Toro en el siglo XIX. El problema que se presentó ante la necesidad de las reformas modernizadoras para en la sociedad postgomecista y que era tanto de “capacidades” como lo señaló Briceño, sino principalmente de barreras ancestrales, basadas en “cálculos y previsiones mezquinas” de sectores políticos conservadores que pretendían administrar las reformas modernizadoras iniciadas desde 1936 con la “usura de cuentagotas”, como también lo definió Mariano Picón Salas en 1946 durante el acto de inauguración de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCV. Por todo ello debemos destacar que la apertura de la Universidad venezolana, especialmente la UCV, a todos los sectores sociales y regionales del país ha sido evidente desde la ya señalada década de 1940, lo que se reflejó tanto en el origen social medio y bajo de gran parte de sus estudiantes y egresados, como también en el nivel social y sello regional de los presidentes de Venezuela egresados de la UCV que desde 1945 en adelante han provenido fundamentalmente de sectores medios y bajos de la población, hijos de trabajadores, maestros, pequeños comerciantes, agricultores y profesionales quienes a través de la Universidad dieron el salto desde los Colegios Federales y Liceos hacia los más altos niveles del liderazgo nacional.
Este privilegio ucevista de haber podido dirigir los destinos de Venezuela en tantas oportunidades, puede implicar también una responsabilidad en los errores que se pueden haber cometido en el desarrollo del Proyecto Nacional. Fallas tal vez menores en comparación con las de los caudillos y militares quienes también han detentado el poder en oportunidades más extensas y frecuentes. Nuestra UCV es anterior y causa de la República y el aporte de sus profesionales a todos los niveles de la vida nacional constituye el nervio central del destino republicano y democrático.
ANB Cronista de la UCV.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones