Del cómo y por qué Venezuela y los venezolanos llegamos a este estado de calamidades signadas por el pauperismo y atraso, y pérdida de la libertad y democracia, las respuestas están en la implantación anticonstitucional del Castro-comunismo desde 1999. Así el lobo feroz nos devoró disfrazado de mansa oveja - “el socialismo del siglo XXI”. Para ello el intervencionismo cubano apuntaló con miles de agentes destacados en el país, al gobierno de Venezuela que desde entonces a dos manos se maneja entre Caracas y La Habana. De esta forma Cuba ha logrado financiarse ventajosamente en forma parasitaria con nuestro petróleo y petrodólares, a expensas del empobrecimiento, ruina y tiranía de nuestro país.
Siendo obvio que la solución al colapso económico y social que sufre el país, pasa por el cambio de políticas y de políticos fracasados que rigen, destacamos que ello incluye cesar la injerencia cubana en nuestros asuntos de Estado y su parasitismo financiero. Libres entonces del yugo comunista cubano, podremos en democracia realizar las transformaciones que se necesiten para retomar el camino del ansiado desarrollo y bienestar.
En ese objetivo la nación y los sucesivos nuevos gobiernos que vendrán, deberán deslastrarse de todo lo que ate al atraso, al subdesarrollo, formando y preparando mejor a los jóvenes que son el futuro. De esta forma y mediante la promoción del esfuerzo, del trabajo y de la meritocracia, se desterrarán definitivamente el ocio y manguareo que impuestos por el Castro-comunismo en su objetivo colonizador, tan comprometedores del progreso han sido al país.
Mientras ese tiempo mejor llega, los venezolanos debemos enfocarnos en superar unidos nuestra desgracia y restablecer el orden constitucional. La hiperinflación y devaluación imparables nos arruinan. Como no se hace nada efectivo para resolverlas, no es difícil prever que la crisis nacional cada día más se agrava. Esto significa que el colapso económico que a los pobres y clase media ya afecta, terminará afectando a todos, determinando el cobro y pago del costo político a sus causantes. Por eso no pueden prolongar su permanencia en el poder tal como pretenden. Se olvidan que la economía no perdona y que dado el daño causado a Venezuela y los venezolanos, tienen que pagarlo con su salida.
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