Alertas y soluciones
El bienestar nacional demanda políticas públicas inteligentes y urgentes, protección sanitaria y social de los más vulnerables, una reactivación inteligente de la economía, y el plan nacional de vacunación...
La pandemia que azota al país afecta no solo a los infectados por el coronavirus, sino que abarca la inseguridad sanitaria física y mental, la desigualdad social, pobreza extrema, desnutrición, educación deficiente, y el desequilibrio económico generalizado. Pero también hay soluciones, de corto y mediano plazo, según se desprende del XIX Congreso Venezolano de Ciencias Médicas, organizado con mucho éxito por la Academia Nacional de Medicina, la semana pasada del 15 al 18/09/2021.
La lucha contra la Covid-19, sin un plan nacional de vacunación no es solo caótica, sino que además señala una reducción general del 83% del acceso a las vacunas de rigor en todo el país. El subregistro de la morbilidad y mortalidad por Covid-19 es la norma, así como la escasez de diagnóstico, y la poca vigilancia epidemiológica de variantes virales. A esto se suma una inseguridad alimentaria cercana al 70% de la población, así como la inadecuada calidad nutricional de la mayoría de los alimentos.
La salud mental no escapa a la crisis en virtud del confinamiento, la falta de educación escolar, el mercado laboral deprimido y la violencia doméstica. Los adultos mayores están desatendidos y mal nutridos. La depresión en aumento y los suicidios también, a escala mundial. ¿Qué hacer?
El bienestar nacional demanda políticas públicas inteligentes y urgentes, protección sanitaria y social de los más vulnerables, una reactivación inteligente de la economía, y el plan nacional de vacunación. Los expertos ofrecieron soluciones como la atención personalizada a domicilio, la capacitación y atención mediante salud digital y telemedicina, así como la medicina simplificada con el médico facilitador y gerente de salud. Para ello, sin embargo, se requiere la unión del sector público con el privado y la cooperación internacional, además de un sistema transparente de información y orientación ante la pandemia, y la crisis humanitaria que vivimos ahora. Hay que convocar a todo el país.
@rrangelaldao
La lucha contra la Covid-19, sin un plan nacional de vacunación no es solo caótica, sino que además señala una reducción general del 83% del acceso a las vacunas de rigor en todo el país. El subregistro de la morbilidad y mortalidad por Covid-19 es la norma, así como la escasez de diagnóstico, y la poca vigilancia epidemiológica de variantes virales. A esto se suma una inseguridad alimentaria cercana al 70% de la población, así como la inadecuada calidad nutricional de la mayoría de los alimentos.
La salud mental no escapa a la crisis en virtud del confinamiento, la falta de educación escolar, el mercado laboral deprimido y la violencia doméstica. Los adultos mayores están desatendidos y mal nutridos. La depresión en aumento y los suicidios también, a escala mundial. ¿Qué hacer?
El bienestar nacional demanda políticas públicas inteligentes y urgentes, protección sanitaria y social de los más vulnerables, una reactivación inteligente de la economía, y el plan nacional de vacunación. Los expertos ofrecieron soluciones como la atención personalizada a domicilio, la capacitación y atención mediante salud digital y telemedicina, así como la medicina simplificada con el médico facilitador y gerente de salud. Para ello, sin embargo, se requiere la unión del sector público con el privado y la cooperación internacional, además de un sistema transparente de información y orientación ante la pandemia, y la crisis humanitaria que vivimos ahora. Hay que convocar a todo el país.
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