Análisis de entorno
Más de lo mismo
Caracas.- El chavismo ya tiene clara su estrategia para este año y principios del año próximo, y no parece que en el ambiente haya nada relevante que los haga cambiar de dirección. Lo cual no significa ni que lo están haciendo bien, ni que la dirección sea la correcta; sino que tienen un propósito y –aun con diferencias profundas internas- están todos alineados con él. Son pocos, pero suficientes.
Caso distinto ocurre con la oposición que no ha conseguido proponer una línea de acción que pudiera ser compartida por todos sus componentes, y están a punto de dejar pasar, una vez más, el inmenso apoyo popular que concita cualquier alternativa al gobierno y que ellos pudieran capitalizar. El core de la oposición sigue siendo el G4 y ellos ya asumieron una postura de que no irán a las parlamentarias, pero sin informar –porque quizá aun no lo saben- qué es lo que si harán en cambio; porque abstenerse no es una estrategia per se, sino solo una parte, que debe ser complementada con alguna acción afirmativa. Y hasta que esta propuesta no sea presentada a la sociedad, habrá dirigentes que seguirán llamando a votar, rompiendo de esa manera la precaria unidad de la oposición. El chavismo no tiene nada que ofrecerle al votante, y la oposición tampoco al abstencionista. Es como si toda esta discusión tuviera el solo propósito de que nada cambie y se consolide el statu quo.
Político
El ecosistema chavista, que incluye algunos opositores, promueve ir votar el 6D, mientras que el opositor promueve la abstención. El chavismo logrará ganar con un porcentaje alto de los que acudan a votar; y tendrá su AN, tal como lo hicieron con su ANC. Y al final, el 7D, estaremos, más o menos como ahora, porque esa nueva AN tendrá poco efecto frente a terceros en el exterior, y de cara adentro, no hará mayor diferencia con lo que está pasando ahora, que es un hiper presidencialismo que arropa todos los poderes del estado.
He escuchado propuestas a la oposición de que todos salgan a votar masivamente el 6D, y por avalancha logren ganar la asamblea; y también comentarios de que si la ganaran, nunca podrían ejercer y seguirían desactivados, tal como ya ocurrió con la que ganaron en el 2015. ¿Repitiendo errores?
Social
Es tal vez el peor momento para nuestra sociedad en estos últimos 20 años, porque por primera vez se está produciendo un trasvase socioeconómico, donde los segmentos comienzan a perder integridad y homogeneidad, y tienden a empobrecerse. El receptáculo final es la clase F (indigencia), que es adonde van a parar los E “empobrecidos”; y los D van recibiendo a los C, que cada vez más se acumulan en C-, vía el empobrecimiento acelerado de la clase media (tradicionalmente C+ y C-); alguien que, por ejemplo, puede tener casa y carro, pero no posibilidades para alimentarse. Nuestra sociedad ya había comenzado a cambiar el año pasado, pero la cuarentena aceleró los procesos, modificando patrones de consumo y comportamiento, y convirtiéndonos en algo diferente, que no encuentra ni referente, ni interlocutor en las dirigencias, tanto la del gobierno, sin posibilidades reales de asistirlos, como de la oposición, que aun no ha acertado en la oferta que les haga “click”.
Económico
El estatismo -participación del estado, y del gobierno, como un actor empresarial en nuestra economía- pareciera que forma parte del ADN de toda nuestra dirigencia, tanto la del chavismo, como de la oposición. La realidad nos muestra un resultado de gestión altamente negativo; y la propuesta opositora, no ofrece mayores alternativas para mejorar. La diferenciación competitiva para que una opción de cambio tenga viabilidad, debe ser una apertura liberal, donde el estado asuma un fuerte rol regulador y contralor, y que el sector privado haga lo propio con la producción, el comercio y los servicios. Una de las posibles explicaciones de por qué es que la oposición no logra resultados, es que en vez de diferenciarse, tiende a parecerse, lo cual de alguna manera va dejando el meta mensaje de que al final, será un “salte tú, para ponerme yo”.
Internacional
La presión de EEUU sobre el gobierno chavista, lejos de tranquilizarse continúa aumentando, colocando sanciones quirúrgicas en cada resquicio que pudo haber quedado sin cubrir. Un empoderado Abrams, que ahora maneja también las relaciones con Irán, le ha puesto como dead line “antes de fin de año” a la salida del gobierno. Y si no fuera porque en el pasado ya hicieron vaticinios similares que no lograron cumplir, perdiendo credibilidad, al tratarse del gobierno de Trump, en campaña, habría que considerarlo como una posibilidad a tener en cuenta.
Recomendación
Caso distinto ocurre con la oposición que no ha conseguido proponer una línea de acción que pudiera ser compartida por todos sus componentes, y están a punto de dejar pasar, una vez más, el inmenso apoyo popular que concita cualquier alternativa al gobierno y que ellos pudieran capitalizar. El core de la oposición sigue siendo el G4 y ellos ya asumieron una postura de que no irán a las parlamentarias, pero sin informar –porque quizá aun no lo saben- qué es lo que si harán en cambio; porque abstenerse no es una estrategia per se, sino solo una parte, que debe ser complementada con alguna acción afirmativa. Y hasta que esta propuesta no sea presentada a la sociedad, habrá dirigentes que seguirán llamando a votar, rompiendo de esa manera la precaria unidad de la oposición. El chavismo no tiene nada que ofrecerle al votante, y la oposición tampoco al abstencionista. Es como si toda esta discusión tuviera el solo propósito de que nada cambie y se consolide el statu quo.
Político
El ecosistema chavista, que incluye algunos opositores, promueve ir votar el 6D, mientras que el opositor promueve la abstención. El chavismo logrará ganar con un porcentaje alto de los que acudan a votar; y tendrá su AN, tal como lo hicieron con su ANC. Y al final, el 7D, estaremos, más o menos como ahora, porque esa nueva AN tendrá poco efecto frente a terceros en el exterior, y de cara adentro, no hará mayor diferencia con lo que está pasando ahora, que es un hiper presidencialismo que arropa todos los poderes del estado.
He escuchado propuestas a la oposición de que todos salgan a votar masivamente el 6D, y por avalancha logren ganar la asamblea; y también comentarios de que si la ganaran, nunca podrían ejercer y seguirían desactivados, tal como ya ocurrió con la que ganaron en el 2015. ¿Repitiendo errores?
Social
Es tal vez el peor momento para nuestra sociedad en estos últimos 20 años, porque por primera vez se está produciendo un trasvase socioeconómico, donde los segmentos comienzan a perder integridad y homogeneidad, y tienden a empobrecerse. El receptáculo final es la clase F (indigencia), que es adonde van a parar los E “empobrecidos”; y los D van recibiendo a los C, que cada vez más se acumulan en C-, vía el empobrecimiento acelerado de la clase media (tradicionalmente C+ y C-); alguien que, por ejemplo, puede tener casa y carro, pero no posibilidades para alimentarse. Nuestra sociedad ya había comenzado a cambiar el año pasado, pero la cuarentena aceleró los procesos, modificando patrones de consumo y comportamiento, y convirtiéndonos en algo diferente, que no encuentra ni referente, ni interlocutor en las dirigencias, tanto la del gobierno, sin posibilidades reales de asistirlos, como de la oposición, que aun no ha acertado en la oferta que les haga “click”.
Económico
El estatismo -participación del estado, y del gobierno, como un actor empresarial en nuestra economía- pareciera que forma parte del ADN de toda nuestra dirigencia, tanto la del chavismo, como de la oposición. La realidad nos muestra un resultado de gestión altamente negativo; y la propuesta opositora, no ofrece mayores alternativas para mejorar. La diferenciación competitiva para que una opción de cambio tenga viabilidad, debe ser una apertura liberal, donde el estado asuma un fuerte rol regulador y contralor, y que el sector privado haga lo propio con la producción, el comercio y los servicios. Una de las posibles explicaciones de por qué es que la oposición no logra resultados, es que en vez de diferenciarse, tiende a parecerse, lo cual de alguna manera va dejando el meta mensaje de que al final, será un “salte tú, para ponerme yo”.
Internacional
La presión de EEUU sobre el gobierno chavista, lejos de tranquilizarse continúa aumentando, colocando sanciones quirúrgicas en cada resquicio que pudo haber quedado sin cubrir. Un empoderado Abrams, que ahora maneja también las relaciones con Irán, le ha puesto como dead line “antes de fin de año” a la salida del gobierno. Y si no fuera porque en el pasado ya hicieron vaticinios similares que no lograron cumplir, perdiendo credibilidad, al tratarse del gobierno de Trump, en campaña, habría que considerarlo como una posibilidad a tener en cuenta.
Recomendación
- Al gobierno, que estudie opciones y alternativas, porque la situación, y la gobernabilidad asociada, es cada vez más compleja
- A la dirigencia de la oposición, que haga planteamientos disruptivos y diferenciadores, pues de otra manera no se verá con claridad cuál es su oferta superadora. Nadie quiere más de lo mismo
- A los empresarios, que consideren a la RSE como una obligación, especialmente en tiempos de cuarentena y recesión. Y el valor reputacional de esa acción, superará con creces cualquier esfuerzo económico
@btripier
@benjamintripier
btripierntn@gmail.com
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