Caracas, "la ciudad de los techos rojos", cumple 454 años
Fue el 25 de julio de 1567, cuando el español Diego de Losada pobló el hato ganadero de San Francisco y ordenó su reedificación bajo el nombre de Santiago de León de Caracas
Nuestra maravillosa Caracas está de cumpleaños. Fue el 25 de julio de 1567, hace 454 años, cuando el español Diego de Losada puebla el hato ganadero de San Francisco y ordena su reedificación bajo el nombre de Santiago de León de Caracas.
Historias señalan que previo al día en que Caracas fue fundada, ya los españoles habían intentado colonizar dos veces el valle de los Toromaimas. El primero en 1560 con Francisco Fajardo, quien era hijo de un general español y una indígena de la isla de Margarita, relata Globovisión.
El segundo ocurrió un año después (1561) con Juan Rodríguez Suárez, quien pretendió refundar el poblado que Fajardo había construido en aquel valle. En ambas ocasiones los europeos fracasaron debido a la fuerte resistencia de los indios.
Fue durante el primer mandato del presidente Eleazar López Contreras (1935) cuando se presentó el primer plan urbano para el reordenamiento de la ciudad, a cargo de un grupo de arquitectos franceses. El proyecto, conocido como Plan Rotival, contempló la construcción de edificios gubernamentales y avenidas.
A principios de la década de 1940, el presidente Isaías Medina Angarita ordenó el inicio de la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Lugares naturales
Aún en medio de la adversidad, como una madre que da el pecho, Caracas nutre con las bondades de su clima y recursos naturales a sus habitantes.
Cuando falta el agua, El Ávila está siempre dispuesta a darle de beber a quienes tienen sed.
Historias señalan que previo al día en que Caracas fue fundada, ya los españoles habían intentado colonizar dos veces el valle de los Toromaimas. El primero en 1560 con Francisco Fajardo, quien era hijo de un general español y una indígena de la isla de Margarita, relata Globovisión.
El segundo ocurrió un año después (1561) con Juan Rodríguez Suárez, quien pretendió refundar el poblado que Fajardo había construido en aquel valle. En ambas ocasiones los europeos fracasaron debido a la fuerte resistencia de los indios.
Sobre el nombre de la ciudad existen varias teorías. La más aceptada es que lleva el nombre Santiago en honor a Santiago el Mayor, apóstol tradicional de la conquista española; León, en honor al apellido del gobernador de la Provincia de Venezuela para la época: Pedro Ponce de León; y Caracas, por la tribu que poblaba la provincia al momento de su fundación.
La ciudad de los techos rojos
La ciudad de los techos rojos
A principios del siglo XX, Caracas era una pequeña ciudad agrícola con edificaciones pequeñas y de techos rojos. Sin embargo, es esta época cuando se producen los primeros adelantos y se construyen innovadoras obras públicas.
Fue durante el primer mandato del presidente Eleazar López Contreras (1935) cuando se presentó el primer plan urbano para el reordenamiento de la ciudad, a cargo de un grupo de arquitectos franceses. El proyecto, conocido como Plan Rotival, contempló la construcción de edificios gubernamentales y avenidas.
A principios de la década de 1940, el presidente Isaías Medina Angarita ordenó el inicio de la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En la gestión de Marcos Pérez Jiménez inició otro plan para desarrollar la ciudad y modernizar su infraestructura. Fue así como se construyó el Teleférico de Caracas, el Hotel Humbolt, el Hotel Tamanaco, la autopista Caracas – La Guaira y los paseos públicos Los Próceres, Los Ilustres y Los Precursores.
En esa época también inició la construcción de El Helicoide y se culminó el Centro Simón Bolívar y la Ciudad Universitaria.
Lugares naturales
Aún en medio de la adversidad, como una madre que da el pecho, Caracas nutre con las bondades de su clima y recursos naturales a sus habitantes.
Cuando falta el agua, El Ávila está siempre dispuesta a darle de beber a quienes tienen sed.
Y aunque los techos rojos han desaparecido poco a poco, las guacamayas se pavonean como eternas guardianas del cielo caraqueño.
Estos coloridos pájaros alegran la vista de los más atribulados, recibirlas por un momento en balcones y ventanas, darles de comer o simplemente contemplarlas, es incluso terapéutico.
Estos coloridos pájaros alegran la vista de los más atribulados, recibirlas por un momento en balcones y ventanas, darles de comer o simplemente contemplarlas, es incluso terapéutico.
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