Carlos Cruz Delgado tenía ocho años sin pisar tierra natal. Uno de los hijos del Maestro Carlos Cruz-Diez se apersonó a la semana organizada y prevista para conmemorar la memoria monumental del Maestro, y a ser garante de la concentración de voluntades que están dispuestas a cumplir uno de los proyectos que el artista plástico dejó como altísima prioridad en vida: restaurar las obras que dejó para los habitantes su país.
Desde la residencia del Embajador francés Romain Nadal, y antes de regresar a su taller en Panamá, Cruz Delgado hace balance del regreso: “la última vez vine para acompañar a Papá a recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar, y el de la Universidad de los Andes”. Y en este viaje fue su hijo quien recibió el de la Universidad Centra de Venezuela. Ya el Maestro había recibido la noticia por parte del rectorado, eran cuestión de tiempo y agenda dárselo personalmente. “Se fue de este mundo sabiendo de ese reconocimiento”.
Con el impulso de la Embajada de Francia y la Alcaldía de Chacao, en coordinación con el Atelier Cruz-Diez, Arti Cruz, el apoyo de instituciones como el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, la UCV, la Embajada de España y el aporte de diversas empresas privadas, se ha desarrollado el homenaje más concreto desde la desaparición física del artista caraqueño con un manos a la obra en donde In:situ Art Project (Grupo Odalys), empresa homologada por la Familia Cruz-Diez, asume la conducción de las propuestas y ofrecimientos que existen para restaurar y mantener un invaluable patrimonio de más de 60 años de existencia.
“Restaurar una obra no es sencillo, primero la autoridad del artista tiene que prevalecer, los planos los tenemos nosotros, hay una familia y su Fundación. En lo administrativo hay otras dificultades, como permisología, alcaldías, gobernaciones”, y finalmente el segundo hijo del artista subraya que el reto principal es que el resultado del trabajo sea lograr una obra como la original.
El ingenio del llamado Mago del color, estudió, investigó y experimentó a lo largo de toda su carrera la interacción del arte y el ser humano modernos. De sus testimonios se rescatan pensamientos como el siguiente: “Transitar a diario por el espacio urbano cambia nuestra personalidad convirtiéndonos en seres rutinarios y obedientes de códigos que nadie cuestiona. El artista puede crear manifestaciones efímeras que generen acontecimientos inéditos capaces de trastocar la linealidad citadina y al mismo tiempo que sorprendan la rutina urbana. Es una forma de producir lecturas distintas de tales espacios, y de desacralizar los objetos utilitarios del mobiliario urbano”.
El pasado fin de semana decenas de ciudadanos atendieron la convocatoria y se abocaron a pintar “los pasos peatonales de color aditivo” del municipio Chacao. “Pinturas Montana regaló el material, ellos también lo donaron en la época de la primera intervención”, celebra Cruz Delgado.
Cómo ha sido el proceso que conllevó a la manera en que ustedes restauran la obra de Cruz-Diez. Qué rasgos del artista sobresalen en ese momento.
Yo tengo cincuenta años trabajando con papá. Soy ahora el mayor, porque mi hermano (Jorge) que en paz descanse era un año y medio mayor que yo. Soy entonces el más viejo de la familia. Participé en un montón de cosas con mi padre, los planos los hicimos juntos, como todos lo saben soy partícipe de la obra, toda la familia siempre lo ha sido. Rehacer o readaptar la obra es algo que la familia hace constantemente. Mi padre dejó indicaciones sobre qué hacer si los materiales originales no existen, por ejemplo, estaba abierto a las nuevas tecnologías con la salvedad de que conservaran el mismo color, las mismas transparencias, etc… La obra de mi padre es participativa, con mucha gente involucrada. Y cuando la gente participa cuida aún más. De ahí surge algo de lo que mi papá siempre disfrutó, del cariño de la gente.
Ahora hay una orquesta conformada por migrantes con el nombre de su padre, y los Cruz-Diez han hecho también una familia musical, además con música de raíz tradicional. Qué expectativas tiene con este proyecto.
Hay una Orquesta aquí en Chacao con el nombre de Cruz-Diez, y la recién formada con la diáspora en Madrid, quienes me pidieron el permiso para usar el nombre por una petición del propio Maestro Abreu. Es una lástima lo que ha sucedido, pero es una maravilla que esas personas se conviertan en embajadores, eso no tiene precedentes, son embajadores de la belleza y de la esperanza. Yo no creo que todos vayan a regresar, pero van a invertir en el país.
Ustedes hablan de una restauración total. Qué plazos tienen en mente.
Claro que va a tomar un cierto tiempo. Vamos a empezar por las obras más necesitadas, las que hay que atender con premura. Como estamos canalizando todos los aportes por una misma vía, los tiempos deben hacerse más cortos.
Esto tiene una claro potencial pedagógico donde aprende el estudiante de arquitectura, diseño y las carreras afines a las restauraciones artísticas.
Yo creo que sí, eso va a despertar esas ideas. En todo caso estuve en el Museo Cruz-Diez, que está espectacular y anticipó este homenaje, la gente que está ahí hace apostolado. Ser profesor o trabajar en un museo y seguir con el amor, el interés y dándole importancia a la educación. El cambio del país tiene que empezar por la educación. En el museo vamos a emprender un proyecto de concientización para los jóvenes, porque luego de restaurar hay que cuidar.
Qué planes hay en cuanto a exposiciones que abarquen toda la vida del Maestro Cruz-Diez.
Mi padre dejó muchos proyectos. Inclusive dejó instrucciones estratégicas para readaptar obras arquitectónicas. Estamos esperando una gran retrospectiva, y creo que será en el Pompidou.
Cómo ha acompañado la tecnología la construcción de la obra del Maestro.
Mi padre usaba la computadora como un lápiz. En el Museo Cruz-Diez hay una aplicación original para jugar a hacer tu propio Cruz-Diez. Como un músico interpreta una obra, así mismo tiene la herramienta para interpretar una obra de Papá. Yo lo enseñé a manejar la suite de Adobe. Antes cuando una obra se fabricaba y no le gustaba el resultado había que destruirla. Con la computadora se sentaba, modificaba, si le gustaba se imprimía y lo firmaba; todo eso gracias a la tecnología. Así que la tecnología, como la propia obra de Cruz-Diez, es algo que está en permanente transformación. Pero los jóvenes tienen que salirse de la fascinación del medio porque todo el mundo está haciendo lo que un ingeniero programó, y esa no es ninguna búsqueda.
Al día de hoy y sin la presencia física, cuál es la gran lección recibida por parte de su Papá.
Creo que la gran lección es la alegría. Nosotros como familia traemos la forma de ser de Papá. Él decía que hay que tener cuidado con la gente que no se ríe.
CRUZ-DIEZ EN PALABRAS DEL EMBAJADOR NADAL
El Embajador de Francia en Venezuela se confiesa un hombre inspirado por la vanguardia del movimiento cinético y un auténtico admirador de sus representantes. Considera que cada apoyo y espaldarazo a la resignificación y construcción que se hace a través del arte para la acciones que forman parte de la solución a la crisis venezolana vienen del “crisol francés” y de su espíritu universal: “Leonardo Da Vinci murió en Francia, Pablo Picasso se desarrolló en Francia y Carlos Cruz-Diez está enterrado en el emblemático cementerio del Père-Lachaise, mismo donde descansan Chopin o Miguel Ángel Asturias”. Destaca el Embajador Nadal a la hora de describir el valor que esa nación tiene por nuestro artista.
Qué impresión le ha dejado esta interacción con la ciudadanía para los tiempos que vivimos en Venezuela.
He podido medir, y Carlitos Cruz me lo dijo a lo largo de su estancia, que fue impactado por la emoción de su regreso a Caracas, y el número de personas que han participado en todos los actos, exposiciones, paseos por la ciudad de Caracas. Los paseos peatonales que se han inaugurado y restaurado, las proyecciones de cine, actos en Valencia con el Maestro cinético Juvenal Ravelo, compañero histórico de arte de Cruz-Diez. Hemos constatado en todo el país que hay una afición, una admiración y un afecto para la persona de Cruz-Diez. Merecida, porque siempre reivindicó la identidad cultural venezolana.
Cada vez recorre más el país. Sabemos que de momentos como estos surgen las grandes creaciones. Qué ha encontrado a su paso en los creadores venezolanos contemporáneos.
Que el alma venezolana, la identidad venezolana es inquebrantable y a pesar de la crisis hay una fuerza interior en el pueblo de esta nación que es realmente impactante. En el campo cultural, la crisis no impide a los artistas seguir creyendo en el país y creando, y desarrollando su obra a pesar de las dificultades. Muchos viajan, se van para algunas estancias en el extranjero, pero siguen vinculados al país, siguen volviendo al país para ver a su familia o para desarrollar su obra en todos los sectores artísticos. Pero es también inherente al artista no tener fronteras, la cultura se nutre de todas las civilizaciones. La identidad cultural venezolana es multifacética. A su diversidad de origen se añadió el aporte de poblaciones extranjeras. La cultura venezolana es mestiza y es particularmente adaptada al siglo XXI o emblemática del siglo XXI, probablemente por eso tiene tanto éxito.
Qué lo atrae del arte cinético.
Los artistas cinéticos son auténticos revolucionarios, trabajan como científicos de laboratorio. Cruz-Diez fue un artesano y científico del color. El espectador fabrica con la mirada la relación con la obra y se integra a la obra, eso sigue siendo novedoso, un encanto siempre renovado.
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