93 estudiantes asesinados en Caracas desde mayo de 2017
Según Cecodap, la violencia se ensaña contra jóvenes de entre 15 y 17 años
El martes 28 de junio una emboscada planificada por dos jóvenes menores de 16 años terminó cobrándose la vida de otro adolescente de 16 años.
Como si fuese una película, los dos jóvenes implicados en la muerte relataron a los funcionarios policiales que los detuvieron, las razones del crimen: era un testigo.
Había visto cuando sus excompañeros de clase cargaron con el teléfono celular de un amigo y le dijo al dueño del equipo que sabía quién lo había robado, decidieron, asesinarlo. Para ello lo encontraron en las cercanías del liceo y lo mataron a puñaladas. Su cadáver permaneció cuatro días en un barranco a un lado del liceo Josefa Irausquin, ubicado en El Cafetal.
Cifras de una muerte joven
La violencia ha dejado su sangrienta huella en la sociedad venezolana. En el período comprendido entre mayo de 2017 y mayo de 2019 al menos 185 niños y adolescentes fueron asesinados en la ciudad de Caracas, según cifras recopiladas por el Monitor de Víctimas.
El 84% de las muertes fue de adolescentes con edades comprendidas entre 15 y 17 años, en total 156 jóvenes perdieron la vida violentamente.
La mayoría de las víctimas además son de sexo masculino y de piel morena.
Jóvenes muertos en riñas
Un dato que resalta es que el 25% de los asesinatos de jóvenes estuvo vinculado a venganzas, riñas y ajustes de cuentas, l44 jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 17 años murieron en estas vendettas.
Al respecto Fernando Pereira, coordinador de Cecodap señala que en Venezuela “la violencia se instaló como el mecanismo para lograr la solución de los conflictos, son miles los jóvenes que mueren de esta manera, y muchas veces se trata de historias que no salen a la luz pública que quedan para el dolor de las familias, en su círculo más íntimo”.
Al no haber mecanismos alternos para solventar el conflicto, la violencia está contenida y como se dice popularmente cuando se encuentra la culebra, la pelea es la respuesta.
El panorama se agrava ante la facilidad de conseguir armas de fuego que hay en el país, 65% de las muertes fueron provocadas por armas de fuego.
Las armas blancas constituyen la segunda causa de muerte en este grupo, con 8,11% del total, 14 niños y jóvenes murieron así y la fuerza física terminó cargando con la vida de 23 menores de 18 años de edad.
Ausencia de políticas
En relación al caso ocurrido en el liceo Josefa Irausquin, Pereira dijo que la falta de una política efectiva de protección al ciudadano, la falta de respuestas a la denuncia terminó inhabilitando los mecanismos de acción de la comunidad educativa del plantel.
“La denuncia perdió valor y eso terminó empoderando al infractor, lo hizo envalentonarse y terminó tomando por la fuerza los espacios de la convivencia normal del plantel, hasta que al final, la falta de capacidad impidió que se activaran los mecanismos para atender el caso y la conclusión fue la más violenta y trágica que pudo haber ocurrido”.
La muerte de estudiantes
Durante el período analizado 93 estudiantes perdieron la vida, lo que representa poco más del 50% de las muertes de jóvenes.
En este particular la inseguridad ciudadana, bandas y delincuentes individuales cobraron la vida de 54 jóvenes.
Los organismos de seguridad del estado la PNB/FAES asesinaron a 13 estudiantes, el mismo número de muertes las provocó el Cicpc. La GNB asesinó a tres jóvenes y el Sebin a uno.
Reforzar la institucionalidad
Como solución al problema de la violencia entre jóvenes Pereira señala que es necesario rescatar la institucionalidad, terminar con la impunidad y rescatar el valor de la denuncia como mecanismo para obtener justicia.
"Debemos tener políticas de prevención, la violencia no debe ser vista como un mecanismo de solución de los conflictos. La gente debe poder contar con el Estado para protegerse”, dijo finalmente.
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