Sombras del mal: El “médico divino”de Henan
Un falso médico, quien decía haber conseguido la cura del cáncer con medicina tradicional china, fue acusado de asesinar a más de 140 personas
Uno de los países de los que menos se conocen asesinos en serie es China. Debido a los años de cierre y lo misterioso de su cultura, poco se sabe sobre los asesinos en serie y sus crímenes en el gigante asiático.
Pero que se sepa poco, no quiere decir que este fenómeno de la criminología no ocurra y muestra de ello es la historia de Hu Wanlin, un asesino serial chino quien podría acumular la astronómica cifra de más de 190 víctimas.
Hu Wanlin es conocido como "El asesino del Qigong" o "El ángel de la muerte de Henan" y es considerado uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia. Nació en 1949 en Mianyang, China, y de su infancia, no se conoce nada.
Lo que se sabe de su historia incluye antecedentes de violencia y problemas legales desde niño, al extremo que su madre lo echó de casa a los ocho años, lo que lo habría llevado a una vida de delincuencia.
Ya adulto fue arrestado por homicidio intencional, fraude, secuestro y trata de personas. Mientras estaba en prisión, en 1993, abrió una consulta médica en la que trabajó. Cuatro años más tarde fue liberado, y continuó ejerciendo la medicina ilegalmente en el norte de Shanxi. Durante este tiempo trabajó en dos hospitales donde envenenó a varios pacientes, y en febrero de 1998 fue destituido por las autoridades locales y trasladado a Henan en junio del mismo año.
En Henan, Hu Wanlin se presentaba como el “médico divino”. Practicaba el Qigong, una forma de medicina tradicional china que utiliza la energía interna (qi) para tratar diversas dolencias, y había logrado cierta fama gracias a los rumores boca a boca que él mismo inició.
Anunciaba una serie de milagros médicos, lo que hizo que tuviese miles de pacientes a quienes diagnosticaba y supuestamente curaba de cáncer, hepatitis y presión arterial alta.
Sin formación médica, utilizaba tratamientos peligrosos y suministraba a sus pacientes el “agua curadora”, un brebaje de hierbas con altas cantidades de sulfato de sodio. El brebaje resultó letal para muchos de sus pacientes.
En enero de 1999, su fama llamó la atención de las autoridades por esos supuestos milagros y fue arrestado. Las investigaciones de la policía lo vincularon a más de 190 asesinatos, pero fue enjuiciado por 146 de ellos.
Sorpresivamente no fue condenado a muerte, como tradicionalmente se trata en ese país a quienes cometen delitos graves. Los tribunales lo condenaron a 15 años de prisión en 2004.
El caso Hu Wanlin hizo que se revisara la medicina alternativa en China y se establecieran regulaciones para su práctica, pero dejó al descubierto la vulnerabilidad de las personas que buscan tratamientos alternativos para recuperar la salud.
Pero que se sepa poco, no quiere decir que este fenómeno de la criminología no ocurra y muestra de ello es la historia de Hu Wanlin, un asesino serial chino quien podría acumular la astronómica cifra de más de 190 víctimas.
Hu Wanlin es conocido como "El asesino del Qigong" o "El ángel de la muerte de Henan" y es considerado uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia. Nació en 1949 en Mianyang, China, y de su infancia, no se conoce nada.
Lo que se sabe de su historia incluye antecedentes de violencia y problemas legales desde niño, al extremo que su madre lo echó de casa a los ocho años, lo que lo habría llevado a una vida de delincuencia.
Ya adulto fue arrestado por homicidio intencional, fraude, secuestro y trata de personas. Mientras estaba en prisión, en 1993, abrió una consulta médica en la que trabajó. Cuatro años más tarde fue liberado, y continuó ejerciendo la medicina ilegalmente en el norte de Shanxi. Durante este tiempo trabajó en dos hospitales donde envenenó a varios pacientes, y en febrero de 1998 fue destituido por las autoridades locales y trasladado a Henan en junio del mismo año.
En Henan, Hu Wanlin se presentaba como el “médico divino”. Practicaba el Qigong, una forma de medicina tradicional china que utiliza la energía interna (qi) para tratar diversas dolencias, y había logrado cierta fama gracias a los rumores boca a boca que él mismo inició.
Anunciaba una serie de milagros médicos, lo que hizo que tuviese miles de pacientes a quienes diagnosticaba y supuestamente curaba de cáncer, hepatitis y presión arterial alta.
Sin formación médica, utilizaba tratamientos peligrosos y suministraba a sus pacientes el “agua curadora”, un brebaje de hierbas con altas cantidades de sulfato de sodio. El brebaje resultó letal para muchos de sus pacientes.
En enero de 1999, su fama llamó la atención de las autoridades por esos supuestos milagros y fue arrestado. Las investigaciones de la policía lo vincularon a más de 190 asesinatos, pero fue enjuiciado por 146 de ellos.
Sorpresivamente no fue condenado a muerte, como tradicionalmente se trata en ese país a quienes cometen delitos graves. Los tribunales lo condenaron a 15 años de prisión en 2004.
El caso Hu Wanlin hizo que se revisara la medicina alternativa en China y se establecieran regulaciones para su práctica, pero dejó al descubierto la vulnerabilidad de las personas que buscan tratamientos alternativos para recuperar la salud.
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