Vanished
Así que necesitamos una fuerte dosis de realismo. Venezuela ya no es lo era, ni lo volverá a ser. El daño es irreparable por generaciones, en lo económico, en lo político y en lo cultural. Sobre todo en lo social
No es una cuña ni una pantallería. Es que vanished (desaparecido, volatilizado, desvanecido) tiene un sesgo, como ocurre con toda lengua extranjera, que es difícil trasladar al castellano: un toque de absoluta ausencia, de abandono del universo, que es precisamente al que se quiere referir aquí.
Venezuela está vanished. Esa ausencia ocurre en el plano mundial, planetario, sencillamente no aparecemos, ni en economía, ni en importancia estratégica, ni en cultura, al menos la popular. A todos los efectos, por ejemplo, las estadísticas de todos los organismos internacionales, como el FMI o el Banco Mundial, sencillamente dejaron de nombrarnos.
En el correo oficial del Fondo, que lo envían diariamente al menos, cuando se habla de América Latina, lo que es frecuente, Venezuela no se menciona. Ni para bien ni para mal. Latinoamérica es México, Brasil, Argentina, Chile y Colombia. Si acaso Panamá o Perú. Para la OPEP, lo único que se dice es que tenemos las mayores reservas del mundo, pero hasta ahí: son conscientes de que jamás las aprovecharemos. Entre el temor al calentamiento global y la incompetencia manifiesta de la industria petrolera venezolana, no llegamos ni a un millón de barriles diarios, y eso desde mucho antes de las sanciones.
Cualquier éxito cultural, científico, deportivo o de cualquier tipo que logre un venezolano, lo hace en el exterior. Hasta la súper campeona de triple salto, sólo está en Venezuela en sus retratos de la propaganda del Banco de Venezuela. Entrena afuera, compite afuera, vive afuera. Y así, hasta el infinito.
Vanished. Nadie pierde el sueño por Venezuela, ni en Washington, ni en Beijing, ni en Moscú, como ocurría mientras el Comandante tenía real. Ni lo más progre de lo progre se raya con las palabras Chávez o chavismo, en el reciente súper ñángara congreso de la juventud del partido surafricano en el poder, antes oficialmente chavista, se oyó también el lema “ Suráfrica no es Venezuela”. Ni los chulos de Unidas Podemos recuerdan a la revolución bolivariana, a pesar de los dólares de Cadivi que los sacaron a la luz pública.
El nuevo diseño de los préstamos internacionales chinos es así de brutal: China presta a proyectos que sean rentables y que puedan devolver los reales; o a países ricos que salden la cuenta aunque los boten; o países que ni tengan buenos proyectos ni dinero, pero sean de importancia estratégica. Venezuela no está en ninguna de las categorías, punto final. Vanished, como Ghana. (El chavismo sacó a Venezuela de América latina y la llevó a África, viene diciendo este lugar desde hace años).
Quizás el único lugar en que aparezcamos, pero todavía falta para eso, es en los estudios académicos sobre catástrofes inexplicables, sobre la investigación de las causas de fenómenos únicos en la historia mundial, de búsqueda arqueológica de data nacional, que dejó de publicarse hace más de diez años. El estudio científico de algo que hasta es posible que se haga de un nombre propio, como la “Gran Depresión”, el “Milagro Alemán” o la “Paz Armada”. Se podría llamar “La Catástrofe”, “El Colapso”, o “El Gran Deslave”, para rememorar algo trágico de nuestra propia historia.
Así que necesitamos una fuerte dosis de realismo. Venezuela ya no es lo era, ni lo volverá a ser. El daño es irreparable por generaciones, en lo económico, en lo político y en lo cultural. Sobre todo en lo social: la inmensa mayoría de los venezolanos sólo conoce esto y lo ve normal, o al menos insuperable: por eso se van. A la vez, su formación cultural, por supuesto totalmente de contenido importado porque maestros no hay, toca en muy mal momento: reguetón, radicales de derecha, radicales de izquierda, la ética es para los bolsas.
Pero vanished y todo, es Venezuela es nuestra y aquí hay que luchar, sólo eso nos queda.
@glinaresbenzo
Venezuela está vanished. Esa ausencia ocurre en el plano mundial, planetario, sencillamente no aparecemos, ni en economía, ni en importancia estratégica, ni en cultura, al menos la popular. A todos los efectos, por ejemplo, las estadísticas de todos los organismos internacionales, como el FMI o el Banco Mundial, sencillamente dejaron de nombrarnos.
En el correo oficial del Fondo, que lo envían diariamente al menos, cuando se habla de América Latina, lo que es frecuente, Venezuela no se menciona. Ni para bien ni para mal. Latinoamérica es México, Brasil, Argentina, Chile y Colombia. Si acaso Panamá o Perú. Para la OPEP, lo único que se dice es que tenemos las mayores reservas del mundo, pero hasta ahí: son conscientes de que jamás las aprovecharemos. Entre el temor al calentamiento global y la incompetencia manifiesta de la industria petrolera venezolana, no llegamos ni a un millón de barriles diarios, y eso desde mucho antes de las sanciones.
Cualquier éxito cultural, científico, deportivo o de cualquier tipo que logre un venezolano, lo hace en el exterior. Hasta la súper campeona de triple salto, sólo está en Venezuela en sus retratos de la propaganda del Banco de Venezuela. Entrena afuera, compite afuera, vive afuera. Y así, hasta el infinito.
Vanished. Nadie pierde el sueño por Venezuela, ni en Washington, ni en Beijing, ni en Moscú, como ocurría mientras el Comandante tenía real. Ni lo más progre de lo progre se raya con las palabras Chávez o chavismo, en el reciente súper ñángara congreso de la juventud del partido surafricano en el poder, antes oficialmente chavista, se oyó también el lema “ Suráfrica no es Venezuela”. Ni los chulos de Unidas Podemos recuerdan a la revolución bolivariana, a pesar de los dólares de Cadivi que los sacaron a la luz pública.
El nuevo diseño de los préstamos internacionales chinos es así de brutal: China presta a proyectos que sean rentables y que puedan devolver los reales; o a países ricos que salden la cuenta aunque los boten; o países que ni tengan buenos proyectos ni dinero, pero sean de importancia estratégica. Venezuela no está en ninguna de las categorías, punto final. Vanished, como Ghana. (El chavismo sacó a Venezuela de América latina y la llevó a África, viene diciendo este lugar desde hace años).
Quizás el único lugar en que aparezcamos, pero todavía falta para eso, es en los estudios académicos sobre catástrofes inexplicables, sobre la investigación de las causas de fenómenos únicos en la historia mundial, de búsqueda arqueológica de data nacional, que dejó de publicarse hace más de diez años. El estudio científico de algo que hasta es posible que se haga de un nombre propio, como la “Gran Depresión”, el “Milagro Alemán” o la “Paz Armada”. Se podría llamar “La Catástrofe”, “El Colapso”, o “El Gran Deslave”, para rememorar algo trágico de nuestra propia historia.
Así que necesitamos una fuerte dosis de realismo. Venezuela ya no es lo era, ni lo volverá a ser. El daño es irreparable por generaciones, en lo económico, en lo político y en lo cultural. Sobre todo en lo social: la inmensa mayoría de los venezolanos sólo conoce esto y lo ve normal, o al menos insuperable: por eso se van. A la vez, su formación cultural, por supuesto totalmente de contenido importado porque maestros no hay, toca en muy mal momento: reguetón, radicales de derecha, radicales de izquierda, la ética es para los bolsas.
Pero vanished y todo, es Venezuela es nuestra y aquí hay que luchar, sólo eso nos queda.
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