La bienvenida la dio Cactus Notebooks, con sus libretas ilustradas con dibujos que reproducen las hojas, las flores o el fruto del café. Más adelante se ubicó Ana María Lora con sus pastillas de jabón, una llamada Espresso y la otra Mocaccino, cuyo beneficios están muy bien definidos, pero ambas están libres de agentes químicos artificiales que puedan dañar la piel o el ambiente, como todos los productos de su marca Herbolaria. Los chocolates no podían faltar esa tarde y llegaron de la mano de PH5, que esta vez tuvo combinado con café y Paula Herrera junto a su equipo explicó a todo aquel que se acercó a su stand los secretos de esa ricura. Las catas estuvieron dirigidas por uno de los embajadores de Santa Teresa. Allí se saboreó 1796 y se disfrutó de su calidad. En la barra estaban los cocteles preparados con lo rones provenientes de esa bodega del estado Aragua. Tampoco estuvo ausente la cerveza, esta vez la alianza se selló con una artesanal,  Norte del Sur, con sus originales recetas que dan como resultado una bebida hecha para el disfrute. El vino también dijo presente y se brindó con Forever Blend, una de las etiquetas del protafolio que distribuye Askar.

La sorpresa de este encuentro que tuvo como escenario El Patio, estuvo a cargo de Marterpiece, con sus originales franelas. Los estampados, de una estética pop, recordaron que el café es parte de la venezolanidad. Desfilaron modelos profesionales y algunos rostros que no deben su fama a la pasarela y que en esta oportunidad también cosecharon aplausos, entre ellos Valentina Quintero y Adrián Lara, mejor conocido como Wachu.

La música fue otra de las columnas vertebrales de esta fiesta y de ello se encargaron Song3 con su nueva concepción de los ritmos venezolanos, trabajados bajo el concepto de lo urbano. El trío integrado por Manuel Ortiz en el violín, María José Castejón con las maracas y José Lunar en el cuatro eléctrico recibió una gran ovación y los invitados decidieron quedarse un poco más.

Pietro Carbone es un venezolano que ha querido retornar a los valores de un producto que por un buen tiempo fue bandera en el país. Pietro se ha dado a la tarea no sólo de dar a conoces las diferentes técnicas para preparar un buen café, con sus cursos de baristas, sino que también se ha dedicado a buscar los mejores granos y a incentivar a los agricultores. Buscar un buen grano y tostarlo como se merece es su tarea. Esta vez  estuvo a su lado, Anabella Campos, su esposa. Fue una tarde con aroma de café.

Fue un encuentro original que demostró que el café es más que una bebida estimulante, también es una fuente de inspiración.