Nos encontramos frente a un momento crucial de nuestra historia política contemporánea pues en 2024, tendremos la necesidad y obligación de concurrir a las urnas electorales para escoger al abanderado opositor, lo cual no representa un escollo fácil de superar.

La amplia porción del electorado opositor muestra aversión ante los partidos políticos, misma que éstos han hecho esfuerzo por franquear, por su actuación cotidiana y la imposibilidad de construir una postura fructifica ante las distintas situaciones políticas cotidianas.

El momento actual exige un liderazgo sensato que permita enfocarnos al objetivo común, que no es otro que obtener el triunfo electoral y, llevar a un opositor a Miraflores.

Es lamentable que, los dirigentes opositores no sean capaces de poner a un lado, diferencias y apetencias personales, para con un esfuerzo unitario, como ocurrió en la consulta parlamentaria de 2015 y, de esta forma, construyan una salida apta para aproximarse a la meta.

La inflación, los bajos salarios y las carencias económicas, en general, afectan a todos los venezolanos; no tiene color político ni ideología. Los programas de bonos del sistema Patria, son apenas un paliativo que no permite sacar a flote a nuestros grupos familiares tras la salvaje explosión hiperinflacionaria que está afectando fuertemente a la economía local.

El tema unitario y la necesidad de llegar a acuerdos, superando obstáculos es preciso. Urge diálogo y criterio para mover al electorado opositor en dirección al encuentro nacional y el reencuentro de todos los venezolanos hacia una misma meta tras casi veintitrés años de ausencia de alternabilidad democrática tan necesaria. Misma que construimos tras el esfuerzo de 1958 y varias dictaduras durante el siglo XX; y, no me refiero al bipartidismo.

¿Tendremos las primarias como consenso con un abanderado opositor único? Es posible. ¡Estamos construyendo nuestra historia!

@RafaelMartinezN