El conflicto entre Corea del Sur y Japón se remonta a antes de la Segunda Guerra Mundial
Tras la anexión de la península coreana por parte del imperio japonés en 1910, los coreanos fueron forzados como trabajadores esclavos y las mujeres como "Damas de Confort"
El imperio japonés anexó la península coreana a través de un polémico tratado en 1910, dando inicio a un completo dominio nipón que se extendió hasta la culminación de la Segunda Guerra Mundial. Dicho proceso había comenzado en 1905 con la firma de un pacto impuesto a la fuerza por Japón denominado el Tratado de Eulsa, en el que se especificaba que la península formaría parte de su protectorado.





“Las primeras etapas de la colonización de Japón a Corea se encuentra entre las experiencias más brutales de este tipo, y esta incluye la que llevó a cabo el Rey Leopoldo II de Bélgica en el Congo” declara el profesor de historia Alexis Dudden de la Universidad de Connecticut a RN Rear Vision.
“Hubo personas que protestaron, movimientos armados, pero eran pequeños y alejados comparados con la organizada fuerza militar japonesa de ese tiempo” destacó Dudden. “Japón era dueño de los bancos, las vías férreas, la electricidad, educación, el ejército”.

A partir de entonces, se impuso en la península un gobierno conformado por un gobernador y por oficiales militares nombrados por el emperador japonés Mutsuhito.
Los coreanos quedaron privados de derechos elementales como la libertad de expresión y de asociación, mientras que las autoridades coloniales intentaban impulsar su asimilación a través de un sistema educativo que favorecía la enseñanza del japonés y excluía la formación sobre lengua e historia coreana.
Ivan Tselichtchev, experto en economía asiática e historia, indica que “Japón hizo un gran esfuerzo por la modernización coreana, construyendo infraestructura como escuelas y hospitales”. “Querían integrarla a Japón, para hacerla parte del rápido crecimiento japonés”
Mientras se acercaba el final de la Segunda Guerra Mundial, “la asimilación se amplificó”. “Toda enseñanza del idioma coreano fue baneada. Los coreanos fueron forzados a cambiar sus nombres por unos japoneses”, señaló Tselichtchev.
Mientras algunos coreanos se ofrecieron como voluntarios para pelear con el ejército japonés, de acuerdo con fuentes surcoreanas, se estima que hasta 7,8 millones de coreanos fueron reclutados como soldados o como trabajadores esclavos desde la etapa previa hasta el final de la guerra.

Muchos fueron enviados a trabajar en minas o en fábricas de municiones a lo largo de Asia, mientras otros tuvieron que combatir en las filas del Ejército nipón.
“De hecho… las condiciones eran tan terribles que alrededor de 60.000 coreanos murieron trabajando en las fábricas japonesas” asegura Gregg Brazinsky, profesor de historia y asuntos internacionales en la Universidad George Washington.
Las mujeres, sin embargo, tuvieron un destino distinto, incluso peor. Decenas de miles de ellas fueron forzadas a trabajar en prostíbulos creados para satisfacer a los soldados japoneses.

Eran llamadas "mujeres de confort" y se estima que hubo unas 200.000 de ellas, incluyendo coreanas, chinas y filipinas.
Desde el fin de la II Guerra Mundial, pasaron más de diez años antes de que Corea del Sur y Japón establecieran relaciones diplomáticas y empezaran a lidiar con los temas de perdón y compensación, con los cuales Japón tenía mucho problema para lidiar con ello.
Un tratado: dos visiones diferentes
El acuerdo de 1965, firmado el 22 de junio de ese año, es el centro de la disputa actual entre ambos países, según expertos.

Como Corea no era signataria del Tratado de San Francisco (donde se establecía la asignación compensación a civiles y antiguos prisioneros de guerra que habían sufrido crímenes de guerra japoneses), no tenía derecho a los beneficios del artículo 14 que estipula las reparaciones por parte de Japón.
Sin embargo, según las disposiciones del artículo 21 del tratado, Corea tenía derecho a ser una autoridad aplicada al artículo 4 del tratado que establece la disposición de los bienes y las reclamaciones.
“Lo esencial del debate actual es que el tratado de 1965 es totalmente claro: El dinero transferido de Japón a Corea del Sur no es para las reparaciones, ni una compensación… Es básicamente un dinero de ‘Felicidades por tu independencia’”, señaló el profesor Dudden.
En la narrativa progresista “el tratado de 1965 fue desigual impuesto en parte por EEUU” explica Daniel Sneider, que estudia la relación Japón-Corea del Sur en la Universidad de Stanford.
“El gobierno surcoreano estaba bajo el liderazgo militar de Park Chung Hee… y aceptaron el arreglo que de ninguna manera lidiaba con una compensación real para cada una de las víctimas”. “El gobierno actual de Moon Jae In es progresivo y abraza la idea de que el tratado del 65 ‘no es un acuerdo legítimo porque no fue hecho por los coreanos’ “, destacó Sneider.
Por otra parte, la narrativa conservadora es un tanto diferente. “Park Chung Hee… estaba determinado a lograr la modernización e industrialización de Surcorea” reseña Sneider. “El veía a los japoneses no solo como un modelo de como industrializarse, sino también como una fuente de tecnología y capital. Y eso fue lo que obtuvo del Tratado de 1965”
La visión conservadora se basa en que están de acuerdo en que el tratado no fue justo, pero se decidió tomar el dinero entregado por Japón y usarlo para ese propósito que para compensar individualmente a las víctimas.
Gran parte de historiadores y economistas están de acuerdo en que la gran suma de dinero que entregó Japón fue base para la Corea industrial que conocemos ahora, una potencia mundial moderna e industrial.
Pero esto no es del todo cierto, pues fueron las medidas implementadas por los gobernantes del momento y los grandes esfuerzos y sacrificios realizados por la población coreana, los que lograron que la economía de Corea del Sur pasara de ser netamente agrícola a una potencia tecnológica cómo lo es ahora.
Algunas de las medidas económicas que se tomaron en el periodo 1953-1979 fueron: Sustitución de importaciones utilizando la sobrevaloración del tipo de cambio, proteccionismo generalizado de la industria nacional por medio de altos aranceles, creación del Buró de Planeación Económica, política de estimulación del ahorro.

La posición estratégica de Corea durante la Guerra de Vietnam consiguió que recibiera importantes inversiones de EEUU y Japón, llegando a conformar el 8% del Producto Interno Bruto (PIB).
Fue así como la economía creció a un ritmo anual del 9,2% y las exportaciones aumentaron con una media anual de 32,8%, pasando de 56 millones de dólares en 1962 a 17.500 millones de dólares en 1980.
En el aspecto social, el modelo de desarrollo se basaba en las ideas nacionalistas, valores culturales y la interacción con la historia. Todo esto iba ligado a ideas y éticas confucianas como la piedad filial, solo que era trasladado al ámbito laboral infundiendo el deber moral de que sus logros forman parte de un gran proyecto de bienestar nacional.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones