El equinoccio de primavera tiene dos momentos en el año, el 21 de marzo y el 21 de septiembre, momento en el que el sol se coloca sobre la línea ecuatorial, causando que la duración del día y de la noche sea la misma en toda la Tierra, 12 horas.

Estos dos momentos en el año se vinculan con el color amarillo. El equinoccio de marzo marca la llegada de la primavera en el hemisferio norte, mientras el equinoccio de septiembre marca el inicio de la primavera en el hemisferio sur y el amarillo se interpreta como un “renacer”.

En la cultura popular, desde el año 2005, con el éxito de la canción “Flores amarillas” de la serie infantil Floricienta, se tiene por costumbre regalar flores amarillas.

“Ella sabía que él sabía, que algún día pasaría. Que vendría a buscarla con sus flores amarillas", es la letra del tema musical que se viraliza cada equinoccio de primavera, y que se convierte en uno de los días de mayor exposición en redes sociales por el tradicional acto de obsequiar flores amarillas.

La romántica entrega de las flores y vestir de color amarillo se asocia con varios aspectos a nivel espiritual, entre ellos, el deseo de compartir amor y felicidad con un ser amado.